Por: Javier Cortés (@jeips)
El domingo 22 de Febrero, tendrá lugar la 87° ceremonia de la entrega del Oscar en la ciudad de Los Angeles, meca de la industria cinematográfica que vio nacer este ambicioso proyecto que hoy en día es un parámetro obligado para juzgar la calidad y popularidad de las películas.
La historia se remonta al 11 de Mayo de 1927, año en que un inmigrante bielorruso de origen judío decidió formalizar una asociación que defendiera y diera la cara por la industria cinematográfica. Su nombre, Louis B. Mayer, fundador y presidente de los estudios Metro GoldwynMayer (MGM) que se dio a la tarea de juntar un equipo de profesionales que representara la industria del cine.
Una vez acordados los términos de esta nueva sociedad, se presentaron como la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS), misma que hoy en día se mantiene vigente con casi seis mil miembros. Ese año decidieron crear un evento en el que se reconociera la excelencia del cine, por lo que luego de dos años de ideas, organizaron la primera ceremonia de la entrega del Oscar el 16 de Mayo de 1929 en el Hotel Roosevelt, convirtiéndose así en el primer evento de premiación a las artes en Estados Unidos, previo al Tony (al teatro) en 1947, el Emmy (a la televisión) en 1949 y el Grammy (a la música) en 1959.
Esa noche, asistieron 700 personas al evento que tuvo apenas quince minutos de duración. Reconociendo lo mejor de los años 1927 y 1928, la ceremonia tuvo como ganadora a Mejor Película el drama bélico Wings, narrando una historia de amor que aborda el tema de la aviación durante la Primera Guerra Mundial.
Aquella noche de 1929, la Academia repartió doce estatuillas entre los diferentes 
departamentos, además de un par más en reconocimiento honorario. Dichas estatuillas, representan la figura de un caballero desnudo sosteniendo una espada entre sus manos, diseño confeccionado con oro chapado y sobre una base metálica negra que sostiene un rollo con cinco radios, cada uno representando las principales áreas en la industria del cine: actores, escritores, directores, productores y técnicos.
Sobre el nombre y la imagen de la estatuilla, surgen muchas leyendas que ensalzan el valor de la misma. La propuesta creativa, fue llevada a cabo por el director artístico de la MGM, Cedric Gibbons, quien habría conseguido la
colaboración del director mexicano, Emilio “El Indio” Fernández, para ser el modelo sobre el cual basó la figura.
Acerca del título “Oscar”, una de las versiones más aceptadas es la que se narra en la biografía de la actriz Bette Davis, que dice la figura fue nombrada en honor a su primer esposo, Oscar Nelson. Otra de las historias, establece que una secretaria ejecutiva de la Academia dijo que se parecía a su tío Oscar. Finalmente, una vertiente más cuenta que la asistente de Louis B. Mayer habría exclamado al verla: “¡Se parece al Rey Oscar II!”, en referencia al monarca sueco de finales del siglo XIX.
Bien es sabido que la Academia tiene sus protocolos y sus preferencias, así como figuras enormes que son de gran peso en las decisiones que reparten los premios. Entre los géneros, podemos detectar tres pilares principales que son la base para la llamada Fórmula del Oscar.
En primer lugar está el Drama como categoría reina, pues en ella se han gestado clásicos monumentales como Lo que el Viento se Llevó y Casablanca, pasando por historias memorables como la de Titanic y The Artist. Este año no es la excepción, y entre las nominadas aparecen las dos favoritas. En primer lugar, está Birdman del mexicano Alejandro González Iñárritu, que nos presenta un producto muy original con una narrativa fantasiosa y un enorme trabajo de fotografía. No obstante, Boyhood se perfila como el pez grande por los galardones hasta ahora conseguidos y su novedosa filmación, misma que duró 14 años.
De igual manera, el género de los Biopics siempre ha sido una apuesta segura para las grandes productoras, que en historias como las de Amadeus y Gandhi han sabido ganarse el corazón de una Academia siempre sensible ante las historias de vida más inspiradoras y conmovedoras. Para esta ocasión, la rama la acaparan dos científicos británicos. En primer lugar, está el papel de Alan Turing en The Imitation Game, que para los aficionados a las computadoras y la Segunda Guerra Mundial, resulta un trabajo muy interesante aterrizado en la excelente actuación de Benedict Cumberbatch; aunque la que llega con mayor ruido es The Theory of Everything, que nos presenta a un Eddie Redmayne con mano y media en la estatuilla para el Mejor Actor, pues el deterioro físico que construyó en torno a la figura de Stephen Hawking, el astrofísico más trascendente del momento, se ha ganado las palmas de todo el mundo, iniciando por el mismo Stephen.
La terna cierra con el género Bélico, pues luego de que Wings fue la primera ganadora, una larga serie de películas han desfilado por la alfombra roja, pasando por All Quiet on the Western Front, Platoon y más recientemente Hurt Locker. Además, aquí se erige uno de los grandes símbolos de la Academia, Steven Spielberg, quien después de ganarse el corazón de América con Schindler’s List, creó una sociedad muy productiva junto a Tom Hanks, con quien ratificó el género en Saving Private Ryan. En 2015, Clint Eastwood levanta la mano por el género con American Sniper, que cuenta la historia del francotirador estadounidense con más muertes en acción.
Así como la Academia ha demostrado preferencia hacia ciertos realizadores, también se caracteriza por las grandes omisiones a lo largo de su historia, dejando sin premiar a figuras que hoy en día son valoradas como las más importantes en la historia del cine.
El primero en la lista de ignorados es el mítico Orson Welles, quien a sus 25 años se encumbró para siempre con Citizen Kane, obra maestra que se volvió un clásico instantáneo, y que hoy en día es considerada como la mejor de toda la historia por los expertos. Años después, el trabajo del cineasta volvió a ser ignorado en trabajos como The Lady from Shanghai y Touch of Evil. Hoy, con 30 años recién cumplidos, podemos dar por hecho que Damien Chazelle será ignorado por su dirección en Whiplash, una historia llena de estrés, adrenalina y buena música; aunque el honor será salvado por J.K. Simmons, que salvo alguna sorpresa monumental será el Mejor Actor de Reparto.
Otro de los grandes, y considerado el Maestro del Suspenso, fue Alfred Hitchcock, quien marcó época con historias como Vertigo, The Rear Window, y por supuesto Psycho, que cuenta con una de las escenas más clásicas y aterradoras; sin embargo, no ganó en ninguna de sus cinco oportunidades.
Finalmente, no podía faltar el único e inigualable Stanley Kubrick, con justicia referenciado como el más grande de todos los tiempos, pues revolucionó el cine en tema y técnica con películas de un tremendo impacto como Dr. Strangelove, 2001: A Space Odyssey, y A Clockwork Orange. Ninguna de estas le valió la estatuilla, salvo una compartida en 1969 por su trabajo en los efectos especiales de 2001.
Más allá de una persona, el género de la Ciencia Ficción se puede señalar como el eterno ignorado por los Oscar, pues incluso el Western ya fue reconocido en
1993 con Unforgiven, pero el SciFi se ha quedado mil y un veces en la orilla con títulos que van desde 2001 hasta Inception, pasando por Star Wars, Alien, Blade Runner, Terminator y Matrix. Este año, la sequía se extenderá con Interstellar, que a pesar de su ambiciosa trama y su tremenda producción, apenas se tendrá que conformar con uno de los premios técnicos.
La persona que más premios Oscar ha ganado, fue el genio de la animación Walt Disney, quien recolectó 22 estatuillas a lo largo de su prolífica carrera. Hoy, su empresa postula a Big Hero 6 como favorita a mejor película animada.
Los actores que más veces han ganado son Walter Brennan y Jack Nicholson, tres veces. Por las actrices destaca Katharine Hepburn, única con cuatro premios, seguida con tres por Ingrid Bergman y Meryl Streep, quien podría alcanzar los cuatro el domingo por su nominación en Into the Woods.
La saga más condecorada es The Lord of the Rings, que acumuló 17 premios en tres entregas, 11 de ellos por la última, The Return of the King, que se suma a BenHur y Titanic como las más ganadoras en una sola ceremonia. El domingo, la tercera entrega del Hobbit apenas participará en la categoría de Mejor Edición de Sonido.
En 1971, George C. Scott se convirtió en el primer actor en rechazar un Oscar, argumentando que no se sentía digno de competir contra los otros nominados. Dos años después, Marlon Brando envió a una mujer nativa en su lugar en protesta por el trato discriminante de la Academia hacia personas de su etnia.
Uno de los momentos más polémicos en la historia de la ceremonia, se dio en 1999 durante la 71° entrega, cuando se entregó el premio honorario al director Elia Kazan, quien en la década de los cuarentas fue señalado por colaborar en la llamada Cacería de Brujas, donde se persiguió a todo individuo sospechoso de prácticas comunistas. Cuando Kazan subió al escenario, personalidades como Ed Harris, Nick Nolte y Sir Ian McKellen, permanecieron sentados y sin aplaudir en protesta por lo sucedido.
Finalmente, Woody Allen no asistió a ninguna de las 16 ceremonias en las que ha recibido 24 nominaciones y ganado cuatro estatuillas, pues coincide con su noche de jazz en alguno de los clubes neoyorquinos que acostumbra visitar; aunque muchos otros creen que se debe a su famosa agorafobia.
