Cada uno de nosotros disfrutó de las fabulosas mieles del consumismo y el neoliberalismo en la era dorada de los juguetes durante los ochentas y noventas, niños compulsivos que adoramos al plástico durante años hasta que se convirtieron en los dioses de nuestras generaciones, esta es la primera lista de juguetes que marcaron nuestra infancia, tengo el honor de estrenar esta lista con piezas clave que de alguna u otra manera influyeron en quien soy el día de hoy, a ver si les gusta.
Mighty Max es sin duda mi línea de juguetes favorita, creados por Bluebird Toys y distribuidos en América por Mattel en 1992, Mighty Max era playsets portátiles similares a Polly Pocket pero digido principalmente a niños.
La línea de playsets incluía las Doom Zones y las Horror Heads, las primeras eran playsets completos que incluían un escenario, dos “enemigos” y un Mighty Max, todo lo necesario para que yo me entretuviera por horas mientras mis papás me obligaban a acompañarlos a sus aburridísimos eventos o mandados, las Horror Heads eran más pequeñas pero incluían el mismo número de figuritas.
Recuerdo perfectamente el momento en que mi madre me compró mi primer Doom Zone Palace of Poison a $35 pesos en un MEGA mercado en mi cumpleaños, a la semana me hice de Doom Dragon y esa navidad me regalaron uno de los sets más grandes, Dragon Island.
Creo que para mi la portabilidad siempre fué un diferenciador importantísimo (que explica perfectamente por qué los Game Boys siempre han sido mis consolas favoritas) no había lugar al que me pudieran llevar mis padres (y vaya que me obligaban a acompañarlos) en el que yo me aburriera, al día de hoy le agradezco a Mighty Max las horas de diversión que me otorgaron y me quito el sombrero ante los niños que la armaban sin nada de nada, lástima de los videojuegos tan malos que salieron para Super Nintendo y SEGA Genesis.
El Jurassic Park Command Compound tiene una gran historia en mi vida, una que con el tiempo me fui enterando cuando mis papás me contaban sus hazañas para conseguirlas. Al igual que muchos otros, mis papás siempre dejaban todo para el final (sobre todo cuando se trataba de algo tan frívolo como el regalo de navidad para sus hijos) aún así, siempre se las arreglaron para conseguir las cosas así fuera la tarde del 24 de diciembre y así fue como mi papá fue motivo de burla cuando ese día le preguntó a quien lo atendió en Fabricas de Francia (aka. Liverpool) si aún tenía un Jurassic Park Command Compound que era lo más cercano a tener el Visitor Center en juguete.
Su desventura los llevó a Obregón (un semi-Tepito tapatío) donde finalmente encontraron la cajota en la última tienda que revisaron, mi cartita que pedía el set incluía un recorte de un catálogo de JCPenney que mi mamá había traído de San Diego hace unos meses y en mi vida había visto la cajota en persona por lo que mi sorpresa al encontrarla al volver a casa en la madrugada del 25 de Diciembre es algo que estaré eternamente agradecido con mis padres.
El set incluía el edificio con todo y techo Jurassic Parksezco, una computadora que “hablaba”, una incubadora con huevos de Velociraptor, la icónica puerta del parque y rejas para poner dentro a tus dinosaurios (each sold separately), tardes enteras se fueron mientras tirado en el suelo de mi cuarto jugaba con mi Alan Grant y mi Tiranosaurio (small size), para una sesión realmente épica bastaba con sacar el set al pasto y añadir algún amigo (y sus dinosaurios).
Good times.
Muchos jugaron con Hot Wheels, otros jugamos con Micro Machines, una línea de carritos del tamaño de un sacapuntas desarrollada por Galoob (ahora parte de Hasbro) durante los ochentas y noventas, esta línea de juguetes miniatura tenía para todos gustos, desde carritos, tanques, botes, aviones, helicópteros hasta la Slave 1 de Boba Fett con su fabulosa línea Micro Machines Space de Star Wars.
Durante alrededor de cuatro años, Micro Machines fue la línea de carritos más vendida en Estados Unidos, sobrepasando las ventas combinadas de Hot Wheels y Matchbox, cuando la marca se vendió a Hasbro la línea fue descontinuada en su mayoría y esta leyenda de los juguetes se fué perdiendo al punto que hoy en día es casi imposible encontrar niños que conozcan lo que son los Micro Machines.
Dentro de mis líneas favoritas estaba Private Eyes en la cual podías ver por una “ventanita” en el techo de los vehículos su interior, ilustraciones nos retrataban un vistazo a la vida de quienes iban dentro del vehículo, desde espías, familias hasta granjeros, meter mi mano al bolsillo, sacar uno de estos carritos y mirar a su interior hacían que mi mente completara la historia de estas “personitas”.
Sin embargo, el Micro Machines que se robó mi corazón fue sin lugar a dudas el Super Van City Playset (bastante común en nuestro país), incluía una pequeña ciudad con todo y estación de policía, puente, banco, pista de carreras, taller y demás en forma de una van.
Pocos juguetes tuvieron la magia que tenía Micro Machines, ni hablar de los playsets de Star Wars que básicamente eran Mighty Max de lujo.
El único juguete de esta lista que aún podemos encontrar en jugueterías y súpermercados es Play-Doh, creada en Cincinnati en los treintas, está pasta para modelar fué creada con la intensión de ser limpiador de posters y tapíces, fué hasta unos años más tarde que esta pasta fue utilizada en salones de clases y a mediados de los cincuentas Play-Doh fue lanzado oficialmente al mercado.
Recuerdo que el climax de mi furor por Play-Doh fue cuando me trajeron de EU uno de las decenas de playsets de Pizza y Pasta, recuerdo perfectamente el placer de meter la masa a un tubo y exprimirla para crear tiras de spaghetti, durante muchos años la armé con tres botecitos hasta que finalmente se hizo popular en nuestro país.
Aún sigo comprando Play-Doh de vez en cuando, aunque sea para estarla aplastando con mi palma u oler el inconfundible aroma, recordemos que el olfato es nuestro sentido más capaz para evocar a la nostalgia.
Uno de los mayores aciertos de Sonric’s fue traer a nuestro país la fabulosa franquicia de Monster in my Pocket, creada por Morrison Entertainment Group (dos ex-Mattel), esta franquicia consistía en monstruos y criaturas legendarias de la mitología, literatura fantástica, religión, ciencia ficción y demás fenómenos anómalos.
La línea principal consistía en figuritas de plástico de un sólo color, cartitas, comics, un juego de mesa y hasta un videojuego publicado por Konami en 1991.
En nuestro país la mayoría nos llegaron en cajitas de Sonric’s que contenían (aparte de dulces de esta marca) cartitas coleccionables (algunas transparentes), comics y una figurita, estas cajitas estaban vestidas con el fabuloso arte de la serie y al día de hoy tengo impreso en mi cerebro la imagen de “Espectro” un fantasma que sostenía su propia cabeza, mi Monstruo de bolsillo favorito.
Es una verdadera lástima que las otras series jamás llegaron a nuestro país, sobre todo cuando Sonrics había posicionado la marca como lo hizo, para aquellos que aún conservan algunos de los productos de esta serie me gustaría recomendar los dos libritos de elige tu propia aventura que salieron dentro de las cajas de Sonric’s, ignoro donde fueron creados (sospecho que en nuestro país) y agradecería muchísimo si alguno de ustedes sabe algo al respecto, por lo pronto si aún conservan algunos de estos, cuídenlos, no son nada baratos.
Espero que hayan disfrutado esta nostálgica lista con algunos de mis juguetes/productos favoritos, en la próxima edición algún otro miembro del staff nos compartirá su lista, en un futuro me encantaría compartirles las decenas de juguetes de mi infancia que dejé fuera.
