Minecraft vio la luz en 2009 con una versión alfa que no alcanzó su forma final hasta dos años después. No obstante, el sandbox independiente del rockstar Notch alcanzó alta popularidad desde sus inicios en PC, desembocando inevitablemente en versiones para consolas y toneladas de productos de mercadotecnia como juguetes, peluches, figuras, ropa y más.
En este punto daré por hecho que todos conocemos de qué va Minecraft: un juego indie del género sandbox donde literalmente podemos hacer lo que queramos. Un mundo casi infinito creado a partir de bloques cúbicos donde todo puede ser destruido y reconstruido a nuestro antojo. Un universo donde nos podemos perder en cultivar, criar ganado, construir minas interminables, hacer realidad la casa de nuestros sueños o buscar la muerte del Ender Dragon.
Después de versiones para dispositivos móviles, el único paso lógico era que Minecraft llegara a consolas, cambiando totalmente el esquema del público que consume este juego. Pasando de manera sorpresiva a los más pequeños y creciendo exponencialmente hasta lograr una cantidad inimaginable de productos basados en la franquicia para la satisfacción del público que ama la marca.
Lo que incluye la versión de consolas parte del núcleo y la naturaleza de la versión original, es decir, los modos Creative y Survival. Además de encontrar todas las facilidades y perfecciones de la edición de PC, 4J Studios se dio a la tarea de hacer de la experiencia una más agradable para nuestras manos. Las versiones de consolas incluyen un nuevo sistema de elaboración de objetos mucho más simplificado, un rediseño de la interfaz de controles, tutorales que explican detalladamente las mecánicas del juego, modo multijugador a pantalla dividida y la habilidad de jugar con nuestros amigos a través de internet.
Vamos por pasos. Una de las más grandes bondades de Minecraft para consolas es el sistema de elaboración de objetos, el cual se presenta mucho más simplificado y sin poner sobre nuestros hombros la necesidad de consultar guías en internet para ver la posición de los ingredientes en cada receta. Ahora, un fantástico y detallado menú elaborará los objetos de la manera más simple: con sólo poseer los elementos necesarios y al presionar un botón tendremos el objeto en nuestro inventario de manera automática. Ya no más memorizar las recetas ni la posición de los objetos en el menú, el proceso se volvió mucho más sencillo. Claro que los más puristas podrían ver un elemento negativo en esta cuestión, puesto que se pierde la magia del “crafting” preciso. Sin embargo, no está de más recalcar que esta versión simplificada va a otro público, uno que jamás haya tocado Minecraft y que de tomar el control y pasar directo al gameplay sin complicaciones es la expectativa principal de esta versión.
Los controles son sencillos e intuitivos. Nada del otro mundo, solo están muy bien logrados y se sienten como una extensión de nuestro cuerpo, como se espera de cualquier videojuego que se considere decente. Saltar, golpear, correr y tomar objetos será de lo más instintivo y hará de nuestra experiencia una mucho más fluida que la que el teclado y el ratón nos ofrece en la versión de PC. Sentarse en el sofá y escuchar el increíble apartado musical del juego mientras talamos árboles con nuestros puños como un verdadero bárbaro será de lo más cómodo con esta versión de consolas.
La adición de tutoriales es de lo más lógico para facilitar la inmersión de los nuevos jugadores. No obstante, 4J Studios no sólo se conformó con añadir textos y simplificar las mecánicas para dárselas masticadas al usuario, sino que creó algo totalmente equivalente a un modo de juego por separado. Después de aprender los componentes básicos del gameplay (los controles), pasaremos a un área inmensa en la que podremos probar directamente las mecánicas más avanzadas del juego. Sin tanta complicación podremos cultivar, criar ganado, crear pociones, pelear, e incluso llegar al área final The Nether para ver todo lo que el juego tiene para nosotros. Todo esto sin ningún esfuerzo, contaremos ya con todas las armas, equipo y elementos necesarios para sobrevivir y probar todo sin mover un dedo. Una vez que completemos los tutoriales podremos quedarnos en ese mundo con todo pre-construido para pasar directo a la acción si no contamos con mucho tiempo para construir nuestro universo propio.
Lo más divertido del juego y lo que hace destacar a esta versión sobre las demás (PC y móviles) es el modo multijugador a pantalla dividida. Con sólo presionar un botón, un amigo podrá unirse a la partida de manera automática para ayudarnos en nuestra aventura, o para hacernos la vida imposible si lo competitivo es lo nuestro. El grado de entretenimiento que encontremos en el modo multijugador dependerá totalmente de la química que tengamos con nuestro compañero, dividirnos tareas será imprescindible para avanzar mucho más rápido en nuestra aventura. Por ejemplo, mientras un jugador mina materiales el otro puede dedicarse a expandir el refugio y ahuyentar a los enemigos para construir una granja. Por otro lado, siempre habrá espacio para lo competitivo y actividades como atraer enemigos para matar a nuestro compañero será de las experiencias que se quedarán en nuestra memoria, sin importar si son buenas o malas. El estudio le dio al clavo y creó una verdadera experiencia multijugador de sillón que muchos extrañamos en la industria en general.
Uno de los beneficios (para Mojang) de tener Minecraft en consolas es la capacidad de adquirir dinero a través de los DLC, los cuales se traducen en decenas de skins para los cubos en general y Steve, el personaje principal. Obviamente todos estos extras son totalmente opcionales y no alteran para nada el gameplay ni la experiencia si es que se juega con vista en primera persona. Tendremos a nuestra disposición un catálogo con más de 50 skins de nuestros personajes favoritos de los videojuegos de PlayStation como God of War, The Last of Us, Beyond Two Souls y muchos más a un precio de dos dólares americanos cada uno.
Por muchas bondades que ofrezca este juego, no es perfecto por varias razones. Una de ellas es la caída de framerate que sufre de vez en cuando al explorar los biomas o al jugar el modo en pantalla dividida. Aunque no rompe con la experiencia de juego, si peca de ser bastante notable a la hora de interrumpir la fluidez con la que corremos el juego. Además, el apartado gráfico (sí, en Minecraft), peca de fallar en la distancia de dibujo y en el espesor de los biomas, aunque si ponemos en contexto que nuestras consolas salieron hace más de 7 años es comprensible.
Aunque con ligeros fallos técnicos, Minecraft en consolas es sin duda la experiencia definitiva si de comodidad se trata. El nuevo giro que toma el juego al incluir el modo multijugador y hacerlo más accesible para cualquier usuario, sea conocedor o no, lo hace una excelente propuesta. Las posibilidades de gameplay infinitas que parten de la naturaleza del juego lo hacen una gran experiencia que sin duda muchos considerarán como la definitiva. 4J Studios lo hizo de nuevo, y nos entregó un port con modificaciones muy acertadas que no fallarán en entretener a cualquier jugador.