Tribute Games, los ex desarrolladores de Ubisoft encargados de Scott Pilgrim vs The World: The Game, iniciaron en septiembre de 2012 una campaña a través de Kickstarter para financiar un proyecto que a primera impresión parecía ser una secuela de la popular serie Metal Slug fusionada con el característico arte de Brian Lee O’Malley. Casi dos años después, podemos disfrutar de esta interesante y divertida entrega para PlayStation 4 y Steam, que nos sumerge en una atmósfera bélica al estilo de los action heroes ochenteros, con todo y diálogos llenos de humor.
El experimentado equipo de guerreros Mercenary Kings debe detener al malvado grupo CLAW, cuyo objetivo es dominar al mundo. En el primer intento, el ejército enemigo barre totalmente con el heroico equipo, pero gracias a una fórmula de mandragora, pueden revivir a dos miembros del mismo y prepararlos para contra-atacar.
Una vez que seleccionamos a nuestro soldado, tenemos la opción de jugar un pequeño tutorial o viajar a lo profundo de la jungla donde se encuentra al campamento aliado, que servirá como hub, o sea que desde ahí podremos seleccionar misiones, comprar armamento, personalizar a nuestro avatar e invitar a otros jugadores a la partida. El juego se desarrolla a través de pequeñas misiones de objetivo que podemos completar en el orden que deseemos para después desbloquear más rangos, armamento, mejoras, otras misiones e incluso agregar miembros del equipo al campamento (como el castillo en Suikoden II); a pesar de la enorme cantidad de misiones, todas se catalogan en unos pocos tipos de objetivos, por lo que nos encontraremos durante varias horas recorriendo en el mismo escenario para neutralizar enemigos, llegar del punto A al B, o recolectar objetos según la misión que hayamos elegido.
Maestro de armas
Uno de los puntos más importantes del juego es el weapon crafting, que nos permite crear y actualizar nuestras armas con base en base el material que algunos de los enemigos dejan en el suelo al morir. Este sistema ofrece una extensa cantidad de piezas que afectarán los stats de nuestro equipo, por ejemplo: poder, velocidad de recarga, cantidad/tipo de munición, o peso; convirtiendo a esta característica en un buen incentivo para invertir varias horas de grinding en cada nivel. De la misma manera se pueden crear e instalar mods en el personaje, otorgándole características positivas a cambio de negativas; como la habilidad de correr más rápido a cambio de menor resistencia, o el regenerar lentamente la barra de vida a cambio de poder de ataque.
El modo multijugador juega un papel muy importante e interesante, ya que, a diferencia del modo cooperativo que hemos visto en títulos similares como Metal Slug o Contra, aquí la pantalla se divide hasta en cuatro segmentos (en el modo local), permitiendo que cada jugador de la partida se desplace por el todo el escenario a voluntad, lo cual repercute de manera positiva en el desempeño del equipo al completar más objetivos de una misión en menos tiempo, al agregar fuerza de ataque y soporte contra una sola ruta, o a conseguir material para la elaboración de armas. Sin embargo, en este modo todos los integrantes comparten el mismo número de vidas, por lo que, si los jugadores no aportan un nivel de habilidades promedio, será un frustrante para algunos miembros del equipo que verán a sus compañeros como un obstáculo en la misión. Además, cuenta con la opción de invitar amigos a una partida privada o crear una pública a través de internet.
Como era de esperarse, el control es similar a títulos de este género: se puede disparar en las cuatro direcciones básicas, brincar, rodar, recargar (muy al estilo de la recarga activa en la serie de Gears of War), utilizar cuchillo, e incluso escribir frases predeterminadas en pantalla para comunicarse dentro del modo multijugador a través de internet. Seguramente a algunos les tome un poco de tiempo acostumbrarse a este control, pero una vez que lo dominas, te permite ostentar tus habilidades frente a los espectadores de tu partida a través de un frenesí de metal, saltos y velocidad.
Gracias al aclamado talento de Brian Lee O’Maley, y a su peculiar estilo artístico, Mercenary Kings posee gráficos impecables llenos de detalles, sombras y abstracciones de objetos excepcionalmente realizadas, que seguramente no defraudará a los fanáticos de sus tiras cómicas y novelas gráficas. Por otro lado, Patrice Bourgeault fue el encargado de diseñar la música, claramente inspirada en melodías de Contra (y otros juegos exitosos de Konami publicados en esa época), asegurando que encajara perfectamente con el concepto principal del juego a través de su impecable ejecución.
En conclusiónMercenary Kings es un juego que a través de hermosos gráficos, música pegajosa, y un interesante sistema de armas, nos dejará maravillados entre sus abundantes detalles y opciones. Sin embargo el sentimiento será un tanto efímero por lo repetitivo de las tareas y la reducida cantidad de enemigos y escenarios. Irónicamente una menor cantidad de misiones, pero con mayor variedad de objetivos o dinámicas, hubiera aumentado el valor de este título. A no ser que estemos jugando en multiplayer (preferentemente con conocidos), el juego comenzará a tornarse aburrido, y a definir progresivamente el concepto de cantidad antes que calidad.
