Es común escuchar que se refieran a esta época como el tiempo de los remixes, lo cual no está lejos de la verdad. Empezando con que “nada nuevo hay debajo del sol”, prácticamente hacia donde miremos encontramos objetos e ideas inspiradas en predecesores: intencionalmente o no, conscientemente o no, explícitamente o no. ¿Cuántas veces hemos escuchado que describen a X juego como “Y + Z – N”? Es lo más normal del mundo, no sólo porque se nos escapen las palabras para describirlos, sino porque efectivamente tales son las bases de muchos videojuegos.
Por años, hemos visto que la industria –tanto estudios grandes como independientes– imita las fórmulas de Nintendo, cosa que que ellos mismos también han sabido explotar en muchos juegos. Sin embargo, la compañía japonesa decidió llevar esta idea de la remezcla en dirección de los llamados “metajuegos” con el título para descarga en Wii U llamado NES Remix.
Podemos ver un poco del gran impacto de Nintendo en la historia de la emulación de hardware por computadora: los famosos ROM hacks que se han producido por años, y que aún persisten en grandes comunidades en línea. ¿Cuántas versiones modificadas –o incluso mejoradas– no hemos visto de los juegos de Nintendo: Marios, Metroid, Pokémons, y más? Sin embargo, estas prácticas han sido consideradas como tabú, y hasta acusadas de ilegales ya que, aunque no impliquen lucro, modifican material protegido por copyrights.
Cuando vi el primer tráiler de NES Remix, lo primero que me vino a la mente fue el ROM hacking, pero al mirar un poco más de cerca, vi que más bien se dirigía hacia un área que Nintendo sabe hacer muy bien: los minijuegos.
NES Remix tiene un nombre sincero y acertado. Se trata de una colección de minijuegos que remezclan juegos y elementos de los primeros títulos de Nintendo para ofrecer buenos ratos de diversión y reto. Tenemos una selección compuesta de algunos de los juegos más populares de la era de 8 bits como Super Mario Bros., Ice Climber, Donkey Kong, Donkey Kong Jr., Golf, The Legend of Zelda, Excitebike y Tennis. Nintendo aprendió muy bien de la experiencia con WarioWare e incorporó minijuegos extravagantes con modificaciones y piezas de sus franquicias en un entorno de meta juegos, todo en un paquete que cuesta 15 dólares en la eShop.
Éste es uno de esos productos donde importa mucho la presentación; el juego está compuesto de otros juegos en un menú al que podemos acceder para elegir por dónde comenzar. De principio no todo es jugable: hay que ir desbloqueando minijuegos conforme uno vence los retos que se presentan. Dependiendo del desempeño en cada minijuego, nos darán una calificación que puede ser de hasta tres estrellas; por lo que regresaremos a los mismos desafíos hasta completarlos a la perfección. Aunque NES Remix en sí presenta un gran nivel de dificultad, el desbloqueo del contenido no tiene que ser un gran obstáculo para quien esté acostumbrado a la curva de aprendizaje del NES, lo cual implicará una inversión considerable de tiempo haciendo lo mismo una y otra vez.
Todo esto será un impedimento para los que prefieran los juegos modernos condescendientes, pero ese transfondo del juego quizá uno no lo ve desde el principio. NES Remix pareciera una buena oportunidad para que las nuevas generaciones conocieran estos juegos tan célebres en sus formatos “originales” (sobre todo Zelda y Mario), pero es lo contrario; realmente, quienes se interesarán en estos minijuegos son aquellos que sí los conocieron y que hoy en día buscan regresar a ellos con un toque extra de reto. Mucho reto.
Estos metajuegos pueden consistir, por ejemplo, en el Super Mario Bros. que todos conocemos, sin embargo, el objetivo no es precisamente llegar al final del nivel, sino recolectar todas las monedas en la pantalla tan rápido como uno pueda, o también patinando en hielo. O uno puede encontrarse con una versión del Mario Bros. (el de 1983), en donde el objetivo puede ser eliminar enemigos específicos. Al principio, los retos comienzan de manera muy simple y podría ser un poco desesperante, pero se ponen interesantes y caóticos mientras uno avanza.
Otro de los remixes consiste en jugar Excitebike en medio de la oscuridad y sólo contando con la luz de la motocicleta. Se puede jugar Donkey Kong usando a Link en vez de Mario, es decir, nuestro personaje no puede saltar y se verá en un aprieto al evitar los barriles. También podemos jugar un Donkey Kong Jr. en el que el escenario desaparece de repente y sólo podemos confiar en nuestro instinto y memoria.
Todas éstas son ideas fantásticas que parecen salidas de un ROM hack, pero de la mano de Nintendo, sin embargo la presentación del juego es, francamente, desagradable y de muy mal gusto: los juegos en sí –los personajes y escenarios– tienen a veces unas sombras terribles que parecen salidas de un textart de Microsoft Office 97. Los menús son un tropel tipográfico muy desafortunado que combina fuentes tipo pixel art y menús vectoriales con degradados, filetes y efectos que no esperaríamos de un videojuego con de esta ralea.
Uno está consciente de que lo visual no lo es todo. El jugador ávido por reto y nostalgia encontrará en NES Remix una buena dosis de diversión –sobre todo si juega con amigos– en cuanto haya pasado los primeros retos y comience con el verdadero caos que puede ser. No cabe duda que es un gran intento de Nintendo por revivir estos juegos en su forma original. Ojalá que en un futuro veamos una segunda entrega más refinada y con más elementos del amplio catálogo de la Gran N, ya sea de 8, o incluso con juegos de la era de 16 bits.