Debido a las agresivas políticas económicas que han surgido en las últimas semanas entre el gobierno de Donald Trump de los Estados Unidos con el de China, las tres principales compañías productoras de consolas de videojuegos se han aliado para mostrar su preocupación sobre el asunto. El motivo se debe a que las sanciones afectarán el costo y producción de sus consolas.
Como lo mencionamos el mes anterior, era muy probable que la industria de los videojuegos también se viera afectada por las sanciones económicas a productos de procedencia china, como ocurrió con el caso de Huawei. Por ello Microsoft, Nintendo y Sony enviaron una carta en conjunto al gobierno de los Estados Unidos para pedirles que reconsideren sus políticas, de lo contrario toda la industria se verá afectada.
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En la carta, mencionan que el 96% de las consolas que se venden en los Estados Unidos se fabricaron en China. Tan solo en el año 2018, se vendieron 15 millones de consolas en Estados Unidos de esas compañías. Así que el aumentar de precio en las consolas afectaría desde a los negocios que los venden, a los consumidores y a miles de empleados de la industria que realizan juegos para ellas. Las consolas no son productos cuya fabricación y ensamblaje se pueda modificar de forma simple, ya que dependen de complejas cadenas de producción que incluyen a muchas compañías.
Además, al afectar a las consolas, detendría el avance de la tecnología para la industria en otros aspectos. Recordando que los videojuegos son un medio que se encuentra en constante evolución.
La carta es firmada por Linda K. Norman, Vicepresidente y Representante General de Consejo de Microsoft Corporation; Devon Pritchard, Gerente de Consejo y Vicepresidente Ejecutivo de Asuntos de Negocios de Nintendo de America Inc.; y por Jennifer Liu, Gerente de Consejo, Vice Presidente Senior de Asuntos Legales y de Negocios de Sony Interactive Entertainment LCC.
En varias ocasiones las tres compañías han formado alianzas tanto para negocios como para desarrollo de tecnología. Ahora se unen en contra de políticas que podrían cambiar la industria de forma negativa.
