Enrique comienza el año enviándonos este interesante texto sobre Kotobukiya, un lugar que muchos llamarían “el paraíso de los videojugadores”. Por si no recuerdan, él es uno de nuestros corresponsales en Japón y nos estará enviando textos como éste a menudo sobre sitios de interés en aquel país. Su texto anterior trató sobre el restaurante de Resident Evil.
Mi primer encuentro con los productos Kotobukiya se debió a la saga Final Fantasy. Cuando FF VII y VIII estaban en su máximo apogeo, recuerdo haber visto a la venta figuras de distintas marcas que representaban a Squall, Seifer, Tifa y compañía. Sin embargo, eran de un tamaño pequeño y los rostros no estaban tan bien detallados. Pero también recuerdo una cajota de unos 30 centímetros con el logo de Final Fantasy VIII y el nombre “Squall Leonhart” atravesándola. Cuando me acerqué a mirar, se trataba de una figura de gran tamaño, con su gunblade elaborado con mucho detalle y los mismos rasgos faciales que había visto en los videos de la introducción del juego. Desde ese momento me convertí en fan de ese tal “Kotobukiya”…
Sí: en ese entonces pensaba que era el apellido del principal productor de estas figuras. Años después, ya cuando vivía en Japón, en mi primer tour por las tiendas de Akihabara me llevé una grata sorpresa al ver una tienda que decía, con letras grandes y brillantes, “KOTOBUKIYA”. Entonces, desperté de mi ingenuidad: se trataba de toda una compañía productora de figuras a escala de calidad. Al entrar a la tienda mi respiración se detuvo por un momento; era un paraíso para los videojugadores. No sólo había figuras de personajes de Final Fantasy, sino que a un lado vi formaditos los summons, a Sora y a Rikku de Kingdom Hearts, a Cloud y Tifa de FF VII: Advent Children y no paraba en sólo figuras, pues también había pósters, mantas, cuadernos, llaveros, toallas, barajas, carpetas, playeras y muchas otras cosas con el arte de los juegos de Square Enix.
Sin embargo, pronto descubrí que eso solamente era un árbol en un inmenso bosque. En los pasillos había productos de Studio Ghibli. Mi cabeza casi explota al ver productos de Tonari no Totoro, Majo no Takkyubin y la famosísima Sen to Chihiro no Kamikakushi. También, por si fuera poco, había llaveros con sonidos de Street Fighter II, peluches de Super Mario Bros., playeras de The Legend of Zelda: The Wind Waker, tazas con el arte de Persona 3 y un largo etcétera que volvería locos a muchos lectores de este texto. A partir de ese momento, mi cartera me maldice cada vez que visito esa tienda, que rápidamente se volvió un punto indispensable cada vez que voy a Akihabara.
Tal ha sido el éxito de Kotobukiya, que la tienda ha crecido de ser un solo piso a un edificio completo de cinco plantas, que recién fue inaugurado este último verano. La gama de productos que es posible encontrar aquí ha sido expandida. Ahora no sólo encontrarán figuras y mercancía de videojuegos y animes japoneses, sino que series occidentales como Batman, Star Wars e incluso Halo tienen ya sus propios productos. ¿Pero para qué sigo explicando más? Mejor miren la galería de imágenes que les hemos preparado. Si algún día se dan una vuelta por acá, les recomiendo muchísimo que vayan a Kotobukiya. Eso sí: dejen su cartera en el hotel o no puedo asegurar que les quede suficiente dinero para regresar a casa.
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