Mi primer encuentro con los productos Kotobukiya se debió a la saga Final Fantasy. Cuando FF VII y VIII estaban en su máximo apogeo, recuerdo haber visto a la venta figuras de distintas marcas que representaban a Squall, Seifer, Tifa y compañía. Sin embargo, eran de un tamaño pequeño y los rostros no estaban tan bien detallados. Pero también recuerdo una cajota de unos 30 centímetros con el logo de Final Fantasy VIII y el nombre "Squall Leonhart" atravesándola. Cuando me acerqué a mirar, se trataba de una figura de gran tamaño, con su gunblade elaborado con mucho detalle y los mismos rasgos faciales que había visto en los videos de la introducción del juego. Desde ese momento me convertí en fan de ese tal "Kotobukiya"...
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