Por años, las películas de videojuegos han sido consideradas como las peores representaciones del séptimo arte. En muchas ocasiones, este tipo de trabajos trataban de adaptar las complejas historias que abarcan horas y horas de una aventura interactiva en una cinta de poco menos de dos horas. En otros casos, las personas encargadas de estas producciones se limitaban a solamente tomar algún nombre reconocidos y crear una narrativa completamente original, pero sin entender qué hace especial a cierta obra. Uno de los pocos casos de éxito durante la década de los 90, fue Mortal Kombat de 1995, la cual logró capturar la esencia de uno de los más violentos títulos de las arcades.
Desde entonces, muchas franquicias han dado el salto a la pantalla grande. Aunque la mayoría han sido recibidas de manera negativa, durante los últimos años hemos visto como algunas series han logrado llegar a este medio con un alto nivel de calidad, resultado en un éxito comercial y un buen recibimiento crítico. Detective Pikachu y Sonic the Hedgehog son claros ejemplos de esto. Estas dos películas tal vez no adaptan una historia en particular de algún juego, pero son capaces de capturar la esencia de estos mundos y sus personajes.
Ahora, en medio de una pandemia, Mortal Kombat ha decidido regresar al mundo del cine e intentar retomar su posición como la mejor adaptación de videojuegos. Desde 1995, la serie creada por Ed Boon se ha expandido a niveles inimaginables. Con 11 juegos principales, cientos de personajes a su disposición y una base de fans que han crecido en compañía de Scorpion, Sub-Zero y demás peleadores, ¿acaso la nueva cinta de esta serie logra una victoria perfecta? O ¿La película sufre de un terrible Fatality? Descubre la respuesta a estas y más interrogante en nuestra Atomix Review.
Aunque por muchos años la historia de Mortal Kombat era algo prácticamente intrascendente para los jugadores, desde la llegada del reboot en 2011, los desarrolladores han implementado una narrativa general que logra complacer a los fans y, al mismo tiempo, ofrecer el tipo de aventuras extravagantes que caracterizan a la franquicia, algo que es un éxito con el público. De esta forma, la película busca capturar esta idea de exceso, pero sin intentar meter una década de conflictos en una cinta de dos horas.
En lugar de presentarnos a un personaje familiarizado con el concepto del Mortal Kombat para ser el protagonista, la cinta elige a Cole Young (Lewis Tan) para ser el guía del público en este mundo. Después de un encuentro desafortunado con Sub-Zero, o Bi-Han (Joe Taslim), Cole, y por extensión al público, son introducidos de una forma extremadamente rápido a los conceptos del torneo que definirá el destino de nuestro mundo.
Después de crear una alianza con Kano (Josh Lawson) y Sonya Blade (Jessica McNamee), Cole y los otros dos peleadores de Earthrealm tienen que buscar a Raiden (Tadanobu Asano) y entrenar para el siguiente Mortal Kombat. En su camino encontrarán a Liu Kang (Ludi Lin) y a Kung Lao (Max Huang). Juntos tendrán que defender su mundo de la invasión de Shang Tsung (Chin Han) y el resto de sus peleadores de Outerworld.
Como ya se lo imaginarán, la película trata de adaptar el conflicto del juego original, pero con una serie de cambios que, pese a que no modifican radicalmente la narrativa a la que ya estamos familiarizados, sí alteran algunas relaciones entre personajes y conceptos en particular. Cole Young, siendo la mayor novedad al mundo de Mortal Kombat, puede ser considerado el personaje principal y, lamentablemente, se siente como si no perteneciera a este universo. Mientras que Kano, Sonya Blade o Liu Kang son combatientes que claramente se siente como una parte más de este ridículo concepto, Cole es solo una herramienta para que aquellos que no están familiarizados con esta obra tengan una forma de recibir información.
Claro, esto viene desde una perspectiva de alguien que conoce Mortal Kombat y está al tanto de esta serie. Entonces ¿Cole funciona para alguien que no tiene idea de lo que es Mortal Kombat? Más o menos. Aunque es cierto que este personaje facilita la exposición al público, la historia no hace un buen trabajo explicando sus conceptos y reglas para los asistentes. Sí, al final del día la información es transmitida, pero se hace de una forma bastante brusca.
Afortunadamente, esto no llega a ser un gran problema en el esquema en general. Si bien es posible que alguien pueda tener problemas al entender algunos de los conflictos más grandes que permean en esta narrativa, como los diferentes reinos y las reglas del Mortal Kombat, la historia en general, aquella en donde Cole y compañía tienen que entrenar para combatir contra fuertes oponentes, es muy sencilla. Es una pelea de buenos contra malos, Cole necesita encontrar su coraje como peleador, y hay mucha violencia. Esto es todo.
Aunque esta simplicidad puede ser un problema para algunos personajes, principalmente Cole, quien sufre de un arco muy cliché y bastante sencillo, esto le da la oportunidad al guion de enfocarse en algo que es más importante que la historia, es decir, los personajes.
Mortal Kombat de 2021 es una película que vale mucho la pena por dos cuestiones, la primera de estas son los personajes. Fuera de Cole, cada uno de los peleadores en pantalla es una buena representación de su contraparte en los videojuegos. De esta forma, Raiden sí se llega a sentir como un Dios que trata de proteger a los humanos, pero sin interferir mucho en nuestra vida, dando como resultado una personalidad fría y distante. Sonya Blade y Jax (Mehcad Brooks) son los militares que siempre buscan hacer lo correcto y proteger a todos.
Sin embargo, es Josh Lawson en su papel como Kano quien sobresale más que todos. A la falta del bocón de Johnny Cage, el asesino australiano hace un fenomenal trabajo al ser el representante cómico de esta historia. Todas las escenas en las que sale hay una risa asegurada. Su personalidad es explosiva y sarcástica, dando como resultado interacciones en donde claramente se puede ver una inspiración por las historias tipo serie B de los videojuegos, y siempre está al tanto de la naturaleza ridícula que lo rodea. Es fenomenal, y me encantaría ver más de este actor y su personaje en un futuro.
Fuera de Lawson, el resto de los actores hacen un trabajo decente. Muchos de estos, como Jessica McNamee, Ludi Lin o Tadanobu Asano son usados principalmente para exposición, así que no tienen mucho espacio para demostrar sus talentos. Junto a esto, todos los personajes son completamente unidimensionales, así que tampoco hay algo que les permita explorar sus papeles.
Afortunadamente, si hay algo en donde Mortal Kombat sobresale, es en su segundo punto, y la razón principal por lo cual vale la pena disfrutar de esta cinta, y esto es sus peleas. Así es, Mortal Kombat de 2021 es una gran película de acción. Cada combate es extraordinario. Nos demuestra grandes coreografías, cuenta con buenas representaciones de los personajes y, probablemente lo más importante para muchas personas, la cinta está llena de violencia sin censura.
Mortal Kombat es una serie que se caracterizó por su violencia. Esto fue lo que puso en el mapa a la propiedad. De esta forma, la película, en lugar de ocultarse de su pasado para apelar a las masas, porta una bandera roja llena de sangre a mucha honra. Desde la primera escena de la cinta, la cual nos muestra un brutal enfrentamiento entre Scorpion (Hiroyuki Sanada) y Sub-Zero, pasando por todas las muertes, hasta los brutalities que suceden al final, la película goza de derramar sangre y bien podría ponerse frente a frente con alguna obra de Quentin Tarantino en este aspecto.
La clasificación de solo para adultos es más que merecida. Sin dar muchos spoilers, puedo decir que algunos de los fatalities más icónicos de la serie están presentes en esta adaptación y, lo mejor de todo, es que estos son tan brutales que lograrán sorprender a más de uno por lo bien representados que están en la pantalla grande. Desde intestinos que salen del cuerpo humano como si fueran dulces en una piñata, pasando por la explosión de extremidades, hasta los simples golpes que parecen que arrancarán una cabeza, Mortal Kombat hace un trabajo fenomenal en este apartado.
Junto a esto, cada personaje cuenta con un estilo de pelea único que va de acuerdo a su personalidad. Aquí el equipo coreográfico hace un gran trabajo. Desde el nivel militar de Sonya Blade, pasando por el estilo MMA de Cole Young, hasta el kung-fu de Liu Kang y Kung Lao. Sin embargo, son Scorpion y Sub-Zero los que se llevan las palmas en este aspecto. Cada uno de los actores involucrados en estos combates saben utilizar a la perfección las habilidades de sus respectivos combatientes.
La icónica daga de Scorpion deja de ser solo una herramienta para atraer a los enemigos, y se convierte en un arma de largo alcance que puede arrancar cabezas de un solo golpe. El poder de congelar todo lo que está alrededor de Sub-Zero es empleado de una magnífica forma como una técnica de ataque, para crear armas o congelar a los enemigos, y defensiva. Junto a esto, claramente se ve que la mayor atención por parte del equipo de efectos especiales fue destinado en hacer de estos poderes los más llamativos y fieles posibles, algo que definitivamente lograron.
Si hay algo negativo que se puede decir de las peleas, es que son muy constantes y son las que dictan el ritmo de la película. Parece que la cinta trata de llegar a estas lo más rápido posible, dejando otros puntos incompletos. De igual forma, llega un momento en donde la cinta se siente estancada en el segundo acto, en donde nada importante llega a pasar, debido a que varios conflictos se están llevando a cabo al mismo tiempo.
De esta forma, las peleas son lo mejor que Mortal Kombat nos puede ofrecer, y al mismo uno de los mayores detrimentos de esta obra como una película.
Entonces, ¿vale la pena Mortal Kombat de 2021? Sí. Es una película muy entretenida que se sostiene por divertidas interacciones entre los personajes y una serie de peleas bien coreografiadas que logran capturar lo mejor de la serie a cargo de NetherRealm. Claro, este trabajo tiene varios problemas, principalmente aquellos enfocados en el ritmo y cómo sus conceptos son introducidos a las personas que no están familiarizadas con la franquicia. Junto a esto, no hay nada que sobresalga fuera de las peleas. La cinematografía es muy simple cuando los personajes no se están golpeando, parecería que toda la cinta fue filmada en cuatro o cinco locaciones, y no hay nada remarcable en la dirección.
Mortal Kombat sabe muy bien lo qué es, y en ningún momento trata de aparentar otra cosa. De esta forma, se nos presenta una entretenida cinta que logra capturar la parte más importante de la serie de videojuegos: la violencia. Aunque esto sacrifica algunos apartados, la experiencia sigue siendo divertida y cualquier fan de esta obra podrá apreciar lo que Simon McQuoid, el director, realizó en esta ocasión.
No puedo invitar a la gente que vaya al cine en estos momentos, pero si tienen la oportunidad de ver Mortal Kombat en un ambiente legal, entonces podrán gozar de dos horas de acción y comedia. Quizás si la película tiene el suficiente éxito en taquilla veamos una secuela que logre expandir este mundo y arreglar algunos de sus mayores problemas.