Recordamos a Satoru Iwata a 10 años de su muerte

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10 años Satoru Iwata

Han pasado 10 años desde aquel 11 de julio del 2015. Lo que comenzó como un día normal para muchas personas, se transformó en un momento de tristeza total. A los 55 años, Satoru Iwata pasó a mejor vida. Aunque muchos de nosotros no lo conocimos en persona, su impacto y legado en la industria de los videojuegos fue capaz de conectar a millones de personas. Su partida dejó un agujero en el corazón de todos aquellos que crecieron con Nintendo y, ya sea que lo sabían o no, fueron influenciados por su trabajo. 

Iwata nació en Sapporo, Hokkaido, una tierra fría al norte de Japón, en 1959. A diferencia de otros desarrolladores de la época, quienes llegaron a la industria de los videojuegos sin un gusto en particular por este medio, Iwata expresó su pasión por este medio de arte entretenimiento desde la juventud, al grado de que en la secundaria creó su primer videojuego. Aunque su padre era un político, y esta carrera siempre estuvo a su disposición, su pasión por los juegos fue primero. Esto lo llevó a estudiar ciencias computacionales en el Instituto Tecnológico de Tokio con el deseo de, eventualmente, formar parte de esta industria.

Al terminar sus estudios, Iwata se unió a HAL Laboratory en 1980, año en que esta compañía abrió sus puertas. Aquí tuvo la oportunidad de trabajar junto a Masahiro Sakurai, ayudando a darle forma a series como Kirby. Hay un sin fin de anécdotas sobre su trabajo durante esta época. Desde la vez que hizo todo lo posible para que la región de Kanto estuviera en Pokémon Gold & Silver, pasando por desarrollar Super Smash Bros. a escondidas, hasta cómo trabajó junto a Shigesato Itoi para resolver todos los problemas en los que Earthbound se encontraba y por fin lanzar este juego. 

Su labor no fue ignorada. En 20 años, Iwata logró escalar el mundo corporativo de Nintendo, por lo que Hiroshi Yamauchi, el entonces presidente de la Gran N, notó todos sus esfuerzos, y en el 2002 le pasó la batuta de presidente, algo insólito. Nintendo fue fundado por la familia Yamauchi, y por tres generaciones estuvieron al mando de la compañía. Sin embargo, la llegada del nuevo siglo y los retos a los que se enfrentaban necesitaban de una dirección diferente, una que Iwata estaba dispuesta a enfrentar.

Sin embargo, su trabajo no fue sencillo. El GameCube no fue una consola muy exitosa, y Nintendo estaba perdiendo terreno ante Sony y Microsoft, por lo que Iwata tomó una decisión atípica en su momento. En lugar de enfocarse en crear una consola lo suficientemente poderosa para competir contra el PS3 y Xbox 360, el presidente optó por encontrar lo que muchos llaman el “océano azul”, un territorio poco explorado que les diera el éxito que todos deseaban.

Esto resultó en la creación del Wii el DS, dos consolas que hasta el día de hoy son consideradas un éxito, tanto comercial como crítico. Su filosofía era sencilla, poner la diversión del jugador antes que cualquier otra cosa, algo que fue del agrado de diseñadores y desarrolladores como Shigeru Miyamoto, con quien no solo tuvo una buena relación laboral, sino que ambos compartían visiones similares sobre la dirección que necesitaba seguir Nintendo. 

“Este 11 de julio se cumple el décimo aniversario del fallecimiento de Satoru Iwata. Todavía pienso en él casi a diario. Juntos, dibujamos muchas sonrisas en los rostros de la gente”.

Parte de lo que hizo especial a esta generación fue el hecho de que Iwata tuvo como objetivo principal el llevar los videojuegos a la mayor cantidad de personas posibles. Él era un jugador, alguien que amaba este medio, y en su posición como presidente de Nintendo hizo todo lo posible para compartir este sentimiento. Aunque algunas personas estuvieron en contra de su posición, es incuestionable que logró su objetivo al hacer que abuelos, padres, niños y cada miembro de la familia fuera capaz de disfrutar de títulos como Wii Sports, llevando alegría a millones de casas y acercando esta forma de entretenimiento a personas que tal vez nunca le hubieran dado una oportunidad.

Su carrera también se vio plagada de retos, y esto se pudo ver claramente con el Wii U y 3DS. Después de que su pasada generación fuera todo un éxito, sus nuevas consolas simplemente no fueron capaces de conectar con el público. Esto llevó a Nintendo a un periodo de incertidumbre. Hoy en día, esto hubiera resultado en la cancelación de proyectos y cientos de despidos, todo para tratar de proteger el salario de sus directivos y la posición de los inversionistas. Sin embargo, Iwata no tomó este camino.

Iwata sabía el valor de sus empleados, propiedades y de todo lo que significaba Nintendo. En un movimiento atípico para la industria actual, el presidente decidió reducir su salario para mantener intacto al resto de los empleados. Esto llevó a la compañía a buscar el océano azul una vez más, y en esta ocasión nos entregaron el Nintendo Switch, consola que ha vendido más de 150 millones de unidades y redefinió lo que un hardware era capaz de hacer.

Iwata tenía que actuar como un directivo, ya que al final del día ese era su trabajo, pero en su corazón siempre fue un jugador, y muchas de sus decisiones fueron tomadas con la diversión del público en mente. Él estaba seguro de que crear experiencias entretenidas era una forma de obtener el éxito deseado, y este es un pensamiento que muchas personas dentro de la compañía han adoptado.

Lamentablemente, mientras todos veíamos a una persona dispuesta a crear sonrisas siempre que fuera posible, detrás del ojo público, Iwata se enfrentó a una lucha contra un tumor en el conducto biliar. Incluso tras ser hospitalizado, siguió trabajando en la retroalimentación de Pokémon Go y ayudando siempre que era posible desde su cama en el hospital. Sin embargo, esta fue una batalla que no pudo ganar.

El 11 de julio de 2015, Nintendo confirmó que Iwata había muerto. Esta noticia impactó a toda la industria. Veteranos del medio compartieron sus vivencias con el presidente. Personas que fueron influidas por su trabajo lamentaron su partida. Millones de personas lloraron ante la pérdida de una persona que nos fue arrebatada antes de tiempo. Varias horas después del anuncio de la muerte de Iwata, una fotografía de un arcoíris sobre la sede de Nintendo en Kioto fue publicada en Twitter con el mensaje de “el camino del arcoíris al cielo”, en referencia a Mario Kart.

Pese al peligro que representó un tifón, más de cuatro mil personas fueron a su velorio en Japón. No solo personalidades de Nintendo asistieron para darle sus respetos, sino que varios miembros de la industria internacional realizaron este viaje para agradecerle por todo su trabajo. 

Hoy, 11 de julio del 2025, Iwata habría cumplido 65 años. En una industria en donde los bolsillos de los inversionistas son la prioridad para algunas compañías, en donde miles de personas han pérdido su trabajo, y en donde parece que la diversión ha desaparecido, la ausencia de Iwata es algo que se siente más que nunca, y todos seguimos recordando su increíble trabajo. Para despedirnos, hay que recordar esta icónica frase:

“En mi tarjeta de presentación, soy presidente corporativo. En mi mente, soy programador de computadoras. Pero en mi corazón, soy un jugador”.

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Vía: Atomix 

Sebastian Quiroz
27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.