Por instinto, los seres humanos pensamos en la noche como algo peligroso debido a su oscuridad, pero también es un momento del día que sabemos perfectamente que tiene que llegar; es natural. En la penumbra, podemos decir que es un lapso especial en el que su misticismo nos puede hacer una buena jugada, así que, cuando te topas con la chica que has estado buscando desde hace mucho tiempo, sabes que todo puede pasar. Si le agregas que es una película de Masaaki Yuasa, conocido por Mind Game (2004) Ping Pong: The Animation (2014) y haber dirigido algunos episodios de Space Dandy, Samurai Champloo y Devilman Crybaby, las posibilidades son infinitas.
Déjame que ponga todo esto en contexto; no solo Yuasa-san se encuentra en uno de sus mejores momentos como creativo, sino que la tecnología le ha ayudado a implementar diferentes técnicas que van más allá del público otaku, sino de la animación, tal y como Makoto Shinkai lo hizo hace un par de años con Kimi no Na wa (Your Name.).
En 2017, cuando su proyecto más reciente Night is Short, Walk on Girl (Yoru wa Mijikashi Aruke yo Otome) llegó a las salas de cine, causó furor entre el público y la crítica, ganándose el premio a la Mejor animación en la edición número 41 de los Japan Academy Prize, al igual que se llevó a la bolsa el reconocimiento de los asistentes al Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, uno de los más prestigiosos a nivel mundial. Pero ya era hora de verla como se debe, en una sala de cine con excelente sistema de sonido, algo que será posible a través del Konnichiwa Festival 2018 este mayo en México.
¿Qué guarda la noche entre sus entrañas? ¿Acaso fiesta y amigos? ¿Quizás soledad? La respuesta puede variar dependiendo de la persona, pero algo es cierto: en las manos correctas, puede traer una historia para recordar el resto de tus días. Night is Short, Walk on Girl es una película que nos presenta a varios personajes y la forma en que sus vidas se van uniendo, tanto por situaciones alocadas, como las más rutinarias. Todo empieza de una forma poco común en las películas anime: en el lado femenino.
Sin duda, una de las sorpresas que te gustará ver en pantalla es que, aunque todos los personajes tienen su momento, es nuestra chica misteriosa la verdadera protagonista de toda esta odisea. Conocida simplemente como “La chica de la cabellera negra”, es una amante de la bebida; los cócteles, la cerveza, el vino, el whisky y prácticamente todo lo que pueda tener varios grados de alcohol.
Pero no te adelantes a los hechos, que nuestra chica no es ninguna alcohólica, sino una conocedora y admiradora empedernida de la forma en que estas bebidas pueden unir a la gente. Así, en una noche donde no desea más que ir de lugar en lugar degustando los tragos más deliciosos, se topa con el dueño de un bar (en plena desgracia económica) una chica arriesgada y más, quienes la acompañarán en su aventura.
Cuando todo esto se lleva a cabo, es que el segundo eje de la película aparece y a quien se nos presenta como “Senpai”; tal y como su nombre lo indica, es mayor y está en un momento diferente al de nuestra chica de cabello negro, aunque nos confiese que lleva mucho tiempo fingiendo encuentros “por accidente” con la susodicha. Básicamente, Senpai no tiene el valor de hablarle y pedirle que salgan, por lo que hará hasta lo imposible por tener su atención esta noche mágica.
En la película, vamos de una situación a otra de forma vertiginosa, casi sin tiempo de leer todos los diálogos en la pantalla (¡dichosos aquellos de Japonés fluido!) y que se conectan sin mucho que pensar. Mas lo que me dejó boquiabierta fue el hecho de que, a partir del segundo acto de la cinta, Masaaki Yuasa hiciera suyo el género musical y lo adoptase como pocos pensamos que lo haría en una película de este tipo. No te miento cuando te digo que hay más, mucha más música que en La La Land (2016) así como secuencias 100% musicales y que encajan perfectamente con las locuras en pantalla. En cuanto a ritmo, debo decir que en el tercer acto sentí que la película claramente caía de ritmo, mientras que la resolución podría ser algo débil después de la relación que vimos entre nuestros dos protagonistas.
Como era de esperarse, Masaaki Yuasa ha hecho una labor impresionante en términos técnicos, pues incorpora perspectivas frescas, encuadres sofisticados y una gama de colores que quizás no sabía ni que existían. Al igual que en Mind Game, los patrones están a la orden del día, mientras se juega con la profundidad al mantener elementos en primer plano casi estáticos, al mismo tiempo que los escenarios cambian de un segundo al otro. El diseño de personajes es sumamente espigado, aunque no cae en la distorsión de Devilman Crybaby (2018) por lo su delicadeza llena de armonía tus pupilas. También te impresionará la cantidad de personajes que verás en pantalla.
A mis ojos, el humor es bastante inocente y, salvo una que otra insinuación, no es un factor que le dé menos o más valor, así que creo que depende del tipo de comedia que te guste. Sin embargo, hay algunas situaciones pícaras y temas que no son aptos para menores, por lo que debes tomarlo en cuenta en dado caso de querer llevar a un niño a la sala de cine. La banda sonora es espectacular y, como te contaba, tiene mucho que ver con los musicales en Night is Short, Walk on Girl, aunque no lo sean todo.
De hecho, desde el primer instante en pantalla te darás cuenta de la forma en que cada percusión, violín y sonido apoteósico encaja perfectamente con las imágenes, trabajo que se le atribuye a Michiru Oshima, quien ha participado en proyectos como Fullmetal Alchemist e Ico para PlayStation 2.
Los personajes de Night is Short, Walk on Girl son un reflejo de la madurez que Yuasa-san ha alcanzado con los años; por una parte, lo onírico, divertido y estrafalario conviven en sus personalidades, a pesar de que es una película que no quiere que la tomes en serio. Con esto quiero decir que no hay mucho contenido filosófico ni existencial que otras películas buscan, o al menos no se expresa en primer plano, pues la cinta es un conjunto de posibilidades en un sueño. No existe mayor certidumbre de que, una vez que llega la noche, ésta se acabará, así que Yuasa-san te pregunta: ¿qué quisieras recordar cuando despiertes?
Considerada como la Mejor animación del 2017 para los premios de mayor renombre en Japón, Night is Short, Walk on Girl (Yoru wa Mijikashi Aruke yo Otome) reitera el talento de Masaaki Yuasa en la animación a nivel internacional, sin pelear un lugar en la industria con otros como Makoto Shinkai. La película es un reflejo de la madurez que Yuasa-san ha encontrado como director; por un lado, es una película ambiciosa en términos técnicos; en lo artístico es impresionante y llena de carácter, mientras que en su trama guarda muchas sorpresas y locuras en sus entrañas.
Quizás uno de los rasgos que más nos gustaron de Night is Short, Walk on Girl es la serie de posibilidades que manera para una noche; Yuasa-san la retoma como un peligro, sino como un lienzo y la oportunidad de darle un giro a tu vida, de hacer todo aquello que nunca te atreviste, de luchar por tu felicidad al mismo tiempo que todo se une como si fuera un sueño, a pesar de que el ritmo de su trama cae en su último acto y la resolución no es la más ingeniosa.
Es entre nubes, una lluvia de libros, calzones que llevan tiempo sin lavarse, cócteles deliciosos y una comedia musical que lo onírico tiene su lugar en Night is Short, Walk on Girl.
Night is Short, Walk on Girl se exhibirá en sucursales selectas de Cinépolis en México este 19 y 20 de mayo a través del Konnichiwa Festival.