El cine de terror está plagado de elementos y cualidades muy alocadas. Si nos metemos a buscar temas como animales asesinos o infecciones intestinales, que en realidad son enormes parásitos que terminan por brotar de los vientres de sus huéspedes, seguramente encontraremos una película con esos extraños y hasta inverosímiles temas. Uno de ellos, y que es bastante recurrente, es el de un psicópata que se dedica a acosar y asesinar a un grupo de personas, un subgénero del cine de terror mejor conocido como Slasher y que a muchos de nosotros nos ha convocado al cine cada vez que está por expulsar a un nuevo hijo. Claro que algunas cintas de este tipo tienen una trama con un buen planteamiento o personajes tan aterradores que se vuelven emblemáticos para varias generaciones, pero también podemos encontrar otros ejemplos muy decepcionantes.
En 2008, el director estadounidense, Bryan Bertino, nos presentó Los Extraños, una propuesta que se vendía con el subtítulo “inspirada en hechos reales” protagonizada por Liv Tyler y Scott Speedman y que contaba la historia de una pareja que se veía acosada por un grupo de tres psicópatas enmascarados. Si la recuerdas, también tendrás presente que no fue una cinta realmente exitosa, pero que sí logró hacerse un lugarcito en el corazón de los fans del género debido a su interesante manejo del terror psicológico y el suspenso
Diez años después y, porque usted lo pidió -dijo nadie nunca- la secuela Los extraños: Cacería nocturna se estrena este 04 de mayo, pero ahora de la mano del director Johannes Roberts conocido por cintas como Terror a 47 metros y Del otro lado de la puerta, ¿cumplirá el reto de llegar al corazón de los fans? Acompañame a destripar al nuevo hijo de los Slasher en la reseña de Los extraños: Cacería nocturna.
La trama de Los extraños 2: Cacería nocturna es simple: una familia está por llevar a uno de sus integrantes a un internado lejos de su hogar, por lo que tienen que pasar la noche en el parque de remolques de uno de sus familiares. Al llegar al lugar se verán acosados por un trío de psicópatas enmascarados cuya intención es asesinarlos.
Listo, eso es todo lo que tienes que saber sobre la trama, la cual es extremadamente simple siendo esta su principal debilidad. No hay desarrollo de personajes y la motivación de los asesinos es prácticamente una tontería. Me gustaría hablar más sobre cosas como el origen de las máscaras, las motivaciones de los psicópatas, ¡vaya! incluso me gustaría saber qué es lo que habrá hecho ese miembro de la familia para tener que ser llevado a un internado, pero en esta ocasión la cinta no nos presenta nada de eso.
Lo único que sí se explora un poco más en la cinta, es el tipo de relación que mantienen los miembros de la familia. Los padres, Cindy y Mike, intentan mantener a su hijos unidos y los motivan a llevarse bien, mientras que los hermanos, Kinsey y Luke, tienen una relación clásica de amor y odio, ya sabes esos hermanos que se insultan un poco pero que al final darían la vida uno por el otro.
Tomando en cuenta que se trata de una cinta Slasher, quizá la trama es adecuada para una película de esta naturaleza, sin embargo, la falta de una historia más atractiva si es un inconveniente para retener la atención del espectador. Adicionalmente, los momentos de terror son completamente predecibles. En ningún momento me asusté, ni tampoco sentí la angustia de los personajes al ser perseguidos; es más, te confieso que seguramente te vas a reír al ver varios clichés en pantalla.
Como decía, si la trama no es tan importante, algunos de los elementos de la cinta tendrían que ser sumamente atractivos como para que saliéramos del cine con cierta satisfacción, pero desafortunadamente no es el caso.
La película se desarrolla durante una noche en un parque de remolques que se ve bien, aunque con muy pocos elementos. Se trata de un escenario poco práctico para una cinta de este tipo, debido a que cuenta con espacios muy grandes que le quitan esa pizca de estrés que tanto nos gusta cuando vemos al asesino perseguir a su víctima en un pasillo dibujado por los árboles de un bosque, por ejemplo.
Las partes en donde debería haber más sangre no están bien logradas e incluso pudimos notar errores de continuidad que nos dejaron asombrados. Por ejemplo, en algún momento de ésta, un auto explota con un personaje dentro, al momento de explotar, el vehículo se vio vació, sin nadie dentro. Ese tipo de errores le quitan mucho brillo a una cinta como esta que debería ser mucho más visceral.
Los extraños 2 cuenta con las actuaciones de Christina Hendricks, Martin Henderson, Bailee Madison, Lewis Pullman -quienes interpretan a la familia-, Emma Bellomy, Damian Maffei y Lea Enslin quienes juegan el papel de los psicópatas asesinos.
Para ser honesto la actuación más sobresaliente es la Bailee Madison, mejor conocida como la adorable niña que aparece en una de las películas de Drake y Josh. Si esa es tu referencia más cercana (como es mi caso) te sorprenderá ver cómo es que la joven actriz contrasta tanto con la que fuera una de sus primeras interpretaciones.
El resto del elenco hace un trabajo aceptable, aunque en los momentos de mayor tensión, me da la impresión de que sus interpretaciones lucen sin brillo y hasta sobreactuadas.
Por otro lado, los villanos de la cinta se sienten sobreactuados y el terror psicológico que caracterizó a la primera cinta queda de lado por lo predecible de la trama y de las secuencias “diseñadas” para espantar al espectador.
Con unas actuaciones poco destacadas, un mal desarrollo de personajes, trama poco inteligente y efectos especiales que te darán risa, Los extraños: Cacería nocturna es una de esas cintas que pasará desapercibida entre las hordas de fanáticos del género.
Personalmente, me hubiera gustado que, después de 10 años en “desarrollo”, Johannes Roberts y su equipo hubieran tenido la gentileza de crear una secuela digna o hasta superara a la primera entrega, pero es todo lo contrario; la cinta falla en crear una sensación de angustia en los espectadores con momentos predecibles y muy poco suspenso.