Los cómics son uno de los medios de entretenimiento más interesantes de la historia, pues de alguna manera consiguen combinar lo que es la literatura con algo como los dibujos animados. La forma en la que estas obras se apoyan de elementos visuales, las hacen verdaderamente únicas, pues su ritmo narrativo llega a ser muy peculiar en todo sentido. Por tal motivo, llevar una historia que originalmente fue concebida para funcionar dentro de una tira cómica, puede ser un proceso verdaderamente complejo. Batman: The Killing Joke es una de las novelas gráficas más importantes de todos los tiempos y por su misma naturaleza, su adaptación al cine no fue tan limpia.
Batman: The Killing Joke es una película verdaderamente disfrutable para todos los que digan amar el universo del caballero de la noche, sin embargo, cuenta con algunas decisiones a nivel de guión bastante extrañas que la terminaron frenando de convertirse en un verdadero clásico del cine animado, sobre todo por la forma en cómo abre y en cómo es que cierra. Técnicamente es muy destacable, mientras que en la parte actuaciones de voz, se hizo un trabajo del que vale mucho la pena hablar.
Batman: The Killing Joke es considerada por muchos como una de las novelas gráficas más importantes de todos los tiempos por la forma en las que Alan Moore tocó la relación entre Batman y Joker. Con tal de ir al grano sin darle tanta vuelta al asunto, la obra daba por sentado que los lectores sabían perfectamente el peso que personajes como Barbara y Jim Gordon tenían para la franquicia. Este tipo de decisiones hacen todo el sentido en un medio como los cómics por el tipo de público que los consume, no obstante, en el cine, al ser una industria tan masiva, la idea de dejar tantos cabos sueltos o de no profundizar en ciertos elementos narrativos, no suele ser de lo mejor.
Desde que Warner Bros. tomó la decisión de empezar a adaptar cómics de DC al cine animado, se dejó claro que la principal intención de estos era ser una fiel representación de la obra original, pero que pudiera se consumida sin problema por personas que normalmente no leen novelas gráficas o productos de este tipo. Uno de los ejemplos más claros de lo anterior es The Dark Knight Returns, clásico de Frank Miller que prácticamente fue calcado cuando fue convertido en largometraje animado.
El primer obstáculo con el que se enfrentó Sam Liu al momento de adaptar The Killing Joke a una película, tuvo que ver con la duración de la novela gráfica, la cual, es considerablemente más corta que otras basadas en las aventuras de Bruce Wayne, por lo que se tuvieron que añadir un par de cosas de las que te hablaré un poco más adelante. El punto aquí es que desde un inicio, la producción tuvo complicaciones a nivel guión para hacer que esta novela gráfica pudiera encajar en un filme.
Batman: The Killing Joke es una película completamente pensada para los fanáticos más apasionados del caballero de la noche, pues al igual que pasa con la obra en la se basó, no se detiene demasiado en explicar el contexto en el que se desarrolla la historia, sino que busca constantemente estar contando algo que sea verdaderamente interesante. Dicho asunto no la frenan de ser algo que también puede ser disfrutado por alguien que no esté tan familiarizado con este universo, incluso en el filme se hicieron un par de ajustes para reforzar un poco la narrativa para aquellos que se puedan llegar a sentir un tanto perdidos con lo que está pasando en pantalla.
Como te comentaba, hacer una película basada en un cómic de un sólo número que no supera las 70 páginas, fue un verdadero reto en todo sentido. Con tan poco material, simplemente no era posible hacer un largometraje de más de una hora, por lo que el equipo de producción decidió agregarle un par de extras, los cuales, además de tener el objetivo de ganar algo de tiempo, buscan poner más contexto para quienes no sepan tanto del universo de Batman.
La primera parte de Batman: The Killing Joke, es decir, entre 20 y 30 minutos de la película, fueron utilizados para contarnos más de quién es Barbara Gordon y cuáles fueron sus motivaciones para convertirse en Batgirl, esto claro, tomando en cuenta lo importante que es este personaje para toda la narrativa del cómic.
Cuando comenzó dicha sección recordé a la serie animada de Batman que tanto disfrutamos en los años noventa, asunto que por supuesto, me hizo pensar que la decisión de añadir este tipo de coas a The Killing Joke había sido una decisión bastante acertada; sin embargo, luego de que pasados 10 minutos simplemente no sucediera nada con esta mini historia, me comencé a preocupar. No me mal interpretes, el arranque del filme no es malo ni mucho menos, simplemente me parece que fue una gran oportunidad para darle fuerza a Batgirl que al final, se terminó desperdiciando por la poca relevancia que tienen los hechos que ahí se presentan.
Una vez superada dicha etapa, se empieza de lleno con la historia que se nos contó en el cómic de 1988. Algo que vale la pena destacar es lo mucho que se nota cuando la verdadera The Killing Joke arranca. Es como si alguien le hubiera puesto pausa a la cinta para que nos levantáramos por dulces y palomitas, y después regresáramos a ver un producto completamente diferente. Creo que al final, esta adición en la que se nos cuenta más sobre Barbara Gordon terminó siendo desperdiciada, incluso al punto de hacer que la película en general no se sintiera homogénea, cosa que sí em molestó bastante.
Ya que se nos está contado todo lo que pasa en la novela gráfica, las cosas mejoran sustancialmente, pues se hizo un gran trabajo al recrear cada una de estas dramáticas e intensas escenas en una película animada, consiguiendo ese sentimiento de que en efecto, estamos viendo las páginas del libro cobrando vida. Por supuesto que la transición no fue perfecta ni mucho menos, sobre todo en los momentos más intensos de la historia, puntualmente en ese punto de inflexión más o menos a la mitad (los que leyeron el cómic saben perfectamente de qué hablo) y por la forma en la que fue presentado el final, el cual, creo que no está ni cerca de lo épico que es en la obra original.
Puede ser que el mayor defecto de Batman: The Killing Joke tenga que ver con lo que le sobró y no con lo que le faltó como película. Creo que a pesar de que se hizo un trabajo bastante decente a nivel de guión, sí se cometieron un par de errores que terminaron afectando la experiencia en general. Lo bueno es que ninguno de ellos fue tan importante como para arruinar por completo la experiencia, tan sólo son obstáculos que la frenan de haber podido ser algo mucho más destacado en todo sentido.
Puede que a lo largo de la historia de Batman en el cine y en otros medios hayamos visto a un montón de diferentes interpretaciones de sus personajes, no obstante, creo que en la actualidad, podemos decir que al menos los principales, tienen una línea muy clara de la cual, no se puede salir quien les esté dando vida. Sabiendo de la importancia de algo como Batman: The Killing Joke, Warner Bros. no escatimó en recursos y trajo a los mejores actores de voz que esta franquicia ha tenido.
Para empezar, tenemos a Kevin Conroy haciendo a Batman igual o mejor que como lo hemos escuchado en el pasado en cosas como la serie animada de los noventa o incluso en los Batman Arkham. Cada una de sus entonaciones y forma en la que expresa las ideas del caballero de la noche, es un verdadero deleite. Lo que más disfruté de este personaje es que en ningún momento se llega a sentir sobrado o débil, creo que está en el punto exacto de emotividad.
Todos sabemos perfectamente que la verdadera estrella de la mayoría de las historias de Batman es Joker, el cual, es interpretado de nueva cuenta por Mark Hamill, quien en mi opinión, debería ser considerado como el verdadero Clown Prince of Crime por la forma tan increíble y fehaciente en la que hace su trabajo. Esos tonos en los que te hace pensar que está cuerdo, contrastan a la perfección con los puntos en los que llega a sonar como un verdadero desquiciado al que no te gustaría encontrarte. Sin duda alguna, Joker se termina robando por mucho esta película.
Por su parte, Tara Strong como Barbara Gordon y Batgirl, hace un papel bastante decente sin quedar a deber, sin embargo, creo que sí se nota mucho la calidad de las actuaciones de Batman y Joker contra la de ella. Repito, no es mala ni mucho menos, solo creo que es bastante fácil de ver la diferencia de nivel entre ella y sus compañeros. Ray Wise tuvo la importante misión de hacer al Commissioner Gordon, personaje crucial de la historia que afortunadamente fue interpretado de muy buena forma, sobre todo en la escena en la que es expuesto a cosas verdaderamente horribles. Me sigue poniendo la carne de gallina escuchar los lamentos del aliado de Batman cuando toda esta secuencia se está desarrollando.
Desde que se anunció el reparto para Batman: The Killing Joke, varios supimos que al menos en la parte de actuación de voces, la película no nos iba a quedar a deber de ninguna manera. Cada uno de los actores involucrados hizo un sensacional trabajo para traer de nueva cuenta a la vida a varios de los personajes más reconocidos de toda la industria del entretenimiento.
Para infortunio de muchos de los amamos los dibujos animados, el 2D dentro del cine lleva ya varios años prácticamente muerto. Muy de vez en cuando tenemos la oportunidad de volver a ver una producción mayor utilizando este tipo de arte en la pantalla grande y al tratarse de la adaptación de un cómic, justamente se volvió a echar mano de este estilo, el cual, con apoyo de las nuevas tecnologías, luce sensacional.
La forma en la que obscura atmósfera de Batman: The Killing Joke fue capturada a través de la dirección de arte y animación en general de la película es una verdadera maravilla. Una de las cosas que más me llamó la atención fue cómo se consiguió hacer funcionar partes mucho más estáticas de la historia. Lo que quiero decir es que por ejemplo, en el momento en el que Batman está entrevistando a Joker en Arkham Asylum, se expresan un montón de sentimientos con gesticulaciones faciales y corporales muy sutiles de los personajes. Sin duda alguna, estamos frente a un estilo de animación bastante refinado que apoya en todo momento a la parte narrativa de la cinta.
Otro elemento bastante interesante es la forma en la que Batman: The Killing Joke aprovecha el 3D para darle más dinamismo a algunas escenas, sobre todo a aquellas en las que vemos más acción. Lo mejor de este asunto es que esta forma de animación se integra casi a la perfección con el 2D, consiguiendo que los elementos que tenemos frente a nuestros ojos, resalten mucho más.
Sin duda alguna, Batman: The Killing Joke es una de esas cintas que valen la pena sólo por la forma en la que se ven y se escuchan. Si estás interesado en la animación 2D moderna o simplemente tienes ganas de ver algo que te llene el ojo, esta es una más que sensacional opción. Ojalá que más seguido nos tocara disfrutar de este tipo de películas cuando vamos al cine.
Como te comentaba al inicio de esta reseña, llevar a un cómic a cualquier otro medio no es una tarea simple, menos si estamos hablando de algo tan condensado y compacto como lo es Batman: The Killing Joke de Alan Moore. A pesar de los defectos que la película tiene a nivel de guión, creo que sí se consiguió capturar la esencia que hace a la obra original tan buena: retratar la relación entre Batman y Joker como nadie nunca antes lo había hecho.
Si eres fanático del caballero de la noche, podría apostar a que ya encontraste alguna de las pocas funciones en las que se estará exhibiendo Batman: The Killing Joke, o ya la tienes apartada para cuando se lance en formato casero. En caso de que no estés tan familiarizado con todo este universo, sin duda te recomendaría primero leer la novela gráfica, aunque también te estaría mintiendo al decirte que te la pasarás mal si la ves sin ninguna base. En conclusión, podemos decir que estamos frente a una muy decente adaptación cinematográfica de este gran clásico, misma con la que probablemente, se hizo el mejor trabajo posible.