En la primera parte de este especial, tuve la oportunidad de contarles la historia de mi mamá, una señora como cualquier otra mamá mexicana que disfruta de los juegos tanto como yo lo hago. En la segunda parte de esta historia tengo el gusto de contarles cómo ha sido la experiencia de mi mamá con Animal Crossing: New Leaf, una aventura que daría para escribir un diario. En estas líneas quizá no pueda expresar por completo lo que este juego significa para ella, pero puedo darles una idea de la manera tan profunda en la que mi mamá se sumergió en esta experiencia.
El 16 de junio de 2013 la alcaldesa Capi –nombre con el que nos referimos cariñosamente a mi mamá– llegó a Tlalpu, su pequeño pueblo en el que le esperarían miles de aventuras e historias que desconocía. Su primer día fue recibida con cariño por Nana, Eustaquio, Lotar, Monique, Dragonio y Furio, animales que no sabían que su aldea se convertiría en unos meses en un pueblo de ensueño dentro de la comunidad de Animal Crossing.
En un inicio, con un poco de torpeza al controlar a su personaje, mamá se acostumbraba a un efecto 3D que le provocaba dolor de cabeza y mareo. Nunca pensé que terminaría acostumbrándose a jugar con el efecto 3D al máximo pero fue cuestión de días en que le decía “Mamá, bájale al 3D porque te vas a marear” y, sin hacerme caso, continuaba con su juego.
Durante los primeros días en su nuevo pueblo, había momentos en los que en la casa se escuchaba mucho silencio, a tal grado que todos nos preguntábamos “¿Dónde está mi mamá?”, y luego descubríamos que estaba en algún lugar con su Nintendo 3DS en las manos, dentro de su pueblo recolectando frutas, conchas, peces o insectos para venderlos e ir ampliando su casa. Eso sí, jamás descuidó sus obligaciones —poniéndonos un muy buen ejemplo— pero se escapaba en cuanto podía porque deseaba que su casa cada día tuviera más cosas y estuviera más grande. La alcaldesa Capi estaba decidida a construir la casa que siempre soñó y un pueblo donde sus nuevos vecinos se sintieran en un paraíso.
En pleno verano, mamá comenzó con la alcaldía de Tlalpu, y cada día sus progresos fueron aumentando de manera sorprendente; muy rápidamente me di cuenta de que dominaba el arte de la pesca —¡recuerdo sus nervios y emoción al pescar por primera vez un tiburón!—, la caza de insectos y todas las actividades que contribuyen a generar las valiosas bayas. Una mañana con mucha emoción me contó que la habían visitado el anterior alcalde de su pueblo y que le dijo que existía una paradisiaca isla llena de actividades para disfrutar sus días de descanso. Cuando descubrió la isla, y que en ella había insectos raros, más tiburones, frutas exóticas, y muchas cosas que le ayudarían a conseguir más dinero no había día en que no la visitara. Aprendió a nadar y bucear para conseguir los moluscos más extraños para su museo.
Fue por esos días que me integré a su aventura, pues conseguí mi copia de Animal Crossing: New Leaf y para mi sorpresa ella me dio muchos detalles y consejos de cómo comenzar mi juego. Así como mi madre me ha guiado en muchos aspectos de mi vida, en Animal Crossing también me tendió su cariñosa mano, enseñándome muchas cosas que desconocía.
Un día fui a su pueblo, y al estar juntos nos llevamos una extraña sorpresa… mamá estaba muy morena, lo cual era evidente junto a mi personaje totalmente blanco. Nos comenzamos a preguntar cómo había sucedido esto: ¿Acaso le había tocado por default un personaje moreno? Le dije a mi mamá que revisara las fotos de sus primeros días para que se diera cuenta si siempre había estado así. Nos percatamos de que con el paso del tiempo se estaba poniendo negra.
Cuando nos dimos cuenta de este extraño fenómeno inmediatamente investigamos en internet a qué se debía y nos llevamos una gran impresión descubrir que el sol –sobre todo el del verano– tiene un efecto sobre la piel en los personajes en Animal Crossing, y mamá había pasado tanto tiempo trabajando bajo el sol que ya estaba completamente morena. Cuando sucedió esto pasaron tres cosas: 1) Le llamé la atención a mi madre por “clavarse” tanto en el juego. 2) Mamá supo que en internet había muchas comunidades y foros con información sobre Animal Crossing, que podía usar a su favor. 3) Jamás volvió a salir sin sombrero, sombrilla y gafas obscuras bajo el sol en el juego. Su obsesión por el cuidado de su piel fue tanta, que hizo una buena colección de sombreros y gafas para su personaje, para volver al color original.
En resumen, sus primeros meses en Animal Crossing “trabajó” de manera sorprendente porque siempre quería mejorar su casa, coleccionar los mejores objetos y embellecer su pueblo con los proyectos municipales. Con el paso del tiempo se integraron a su pueblo nuevos vecinos: Furio, Tami, Rebeca, Gloria y Parches llegaron a Tlalpu entre julio y junio.
El 8 de julio, mamá construyó la casa de los sueños, un proyecto municipal en el que una hipnotista te induce a un profundo sueño para que puedas así conocer los pueblos de mucha gente real alrededor del mundo. Cuando hizo su primer viaje en sueños al pueblo oficial de Nintendo, y de usuarios muy avanzados, por una parte se sintió mal de que su pueblo aún era pequeño y “poco desarrollado”, pero por otra parte se sintió muy impulsada a que su pueblo fuera digno de admirarse. Lo mismo sucedió al ver “mansiones” de algunos usuarios que le llegaban por SpotPass, y estaba completamente decidida a lograr mejorar todo lo que había visto.
Por su gran trabajo, y su colección creciente de bichos, peces y fósiles en su museo, no tardó ni un mes en llegar Elio, la morza que reparte las insignias a los jugadores, que son una especie de “logro”. Cada vez que llegaba de visita a su pueblo me sorprendía cómo mi mamá tenía una casa llena de bonitos muebles, excelentemente distribuidos. Su coleccionismo se hizo cada vez más palpable e incluso en ocasiones trabajábamos en conjunto, intercambiando objetos que cada uno buscaba.
Al igual que en la vida real, mamá siempre tiene muchos detalles conmigo; en Animal Crossing, siempre que visitábamos nuestros pueblos disfrutábamos paseando, nadando, viajando a la isla y presumiendo nuestros logros. Obviamente ella siempre ha sido muy superior a mi, y con cariño me regalaba objetos raros que sabía que podía valorar: como sabe que soy fan de Luigi un día me obsequió una bonita gorra de dicho personaje, que guardo con mucho cariño.
Con el paso de los días, los avances de mamá en fueron sorprendentes, y llegó un punto en que amplió por completo su casa, además de que fue condecorada como VIP de la AAD –Academia de las Artes Decorativas– por alcanzar un gran puntaje por los interiores de su hermosa casa, que bien parecería obra de un diseñador de interiores.
Poco después de esto, se enteró de que no sólo un personaje podía vivir en su pueblo, sino que más usuarios también podían llegar a habitar su pequeña ciudad, que cada vez se veía más impresionante. Fue así que creó a Nico –un personaje que lleva el nombre de su nieto– al que dotó de una personalidad única y muy diferente a la de Capi, la alcaldesa de Tlalpu. Con Nico comenzó desde cero a construir su casa, amueblarla, ampliarla y hacerla lucir cada vez más bonita.
Como controlar a dos personajes no le bastó, posteriormente llegaron Luli y Came, quienes complementarían el pueblo y tendrían roles muy específicos en su pueblo de ensueño.
Al crear a nuevos personajes, mi mamá no sólo quería que tuvieran su casa; sus ambiciones fueron más allá y decidió asignarles roles en específico. Luli fue la encargada de ser la maestra del pueblo, por lo que en su casa-escuela se construyó un patio escolar, cafetería, laboratorio de química, salón de clases, biblioteca y dormitorio colegial. Por su parte Came fue encargada de abrir un hotel en el pueblo, el cual cuenta con lujosos dormitorios, salón de eventos sociales, spa, restaurante y una acogedora recepción.
Quizá muchos de ustedes que están leyendo esto se pregunten ¿cómo pudo hacer esto? Lo mismo me pregunté yo cuando por primera vez vi todo lo que había creado. Me sorprendí mucho más cuando vi que en sus construcciones tenía todo absolutamente personalizado; letreros que indicaban las funciones de los diferentes cuartos, cuadros y pinturas que ella hizo a mano, y un sinfín de diseños propios que hacen de su pueblo una ciudad única en el universo de Animal Crossing. Con todo lo anterior me di cuenta que Animal Crossing fue lo que mi mamá siempre soñó, y un espacio virtual en el que ella da rienda suelta a todo su talento y creatividad.
Sólo como dato curioso, les presento algunos de los logros que tiene mi mamá en Animal Crossing:
Insignias: Atrapabichos experta, Anzuelista, Buceadora, Bichófila, Experta en peces, Sirena, Aguafiestas, Medallista de bronce, Jardinera, Previsora, Compradora, Catalogadora, Buena vecina, Escritora, Incondicional.
Entre sus proyectos municipales desarrollados están: Jardín zen, tumbona, bancas, farolas, puentes, pozo, secador de arroz, espantapájaros, celdas solares, generador, estación meteorológica, árbol de luces, reloj de luces, corazón de luces, escultura moderna, entre otros. Por supuesto su modernizado pueblo ya cuenta con todas las tiendas disponibles en su máximo nivel de expansión.
Mi mamá estará muy contenta de que todos los que leen esto vean todo lo que ha creado en cientos de horas invertidas en el juego: visiten su pueblo desde la casa de los sueños con el siguiente número de sueño: 4600-2613-7322.
En todo el tiempo que he estado trabajando en Atomix, lo que más he disfrutado es contarles esta historia, sobre todo porque cuando vi que mi mamá quedó completamente enganchada con Animal Crossing consideré que era un gran ejemplo que reflejaba nuestro lema, Never grow up, y por otra parte este artículo está dedicado a mi mamá, quien cariñosamente siempre ha sido un apoyo en todo lo que he realizado y en este gusto compartido que tenemos por el juego. Gracias a todos por su excelente feedback en la primera parte de este artículo, les agradecemos que muchos de ustedes también nos compartieron algunas de sus anécdotas.
Con lo que podemos quedarnos de toda esta historia es que los videojuegos son para cualquier público, muchas veces aunque no sepan jugar y nunca hayan tomado un control, cualquier persona puede sumergirse en estos mundos que sólo en los videojuegos encontramos. Nintendo nos entregó una excelente versión de Animal Crossing en el Nintendo 3DS, que más que un juego es un espacio para la imaginación y creatividad en el que literalmente te puedes escapar del mundo.
Para mí, lo más gratificante de esta experiencia es que mamá y yo la compartimos juntos; aunque ahora estamos lejos, este juego es un lazo que nos une, y en cuanto nos vemos casi nuestro primer tema de conversación es nuestra vida virtual en Animal Crossing: por medio de un videojuego ella y yo estamos siempre conectados y unidos.