Han pasado más de 18 años (en nuestro país un poco menos) desde que se llevó a cabo la transmisión del último episodio Dragon Ball Z en la televisión. Desde entonces y luego de una continuación (Dragon Ball GT) que dejó a muchos con un sabor amargo, los fans ha clamado por una continuación a la serie que marco su infancia y la de muchas otras personas. Después de varios años de espera y de pensar que Akira Toriyama jamás volvería a retomar su popular historia, este próximo domingo dará inicio una nueva saga de las aventuras de Gokú y sus amigos, esto bajo el nombre de Dragon Ball Super.
Estamos seguros de que tú, al igual que muchos otros fans, te encuentras sumamente emocionado por su estreno. No es para menos puesto que confiamos en que en ella aparecerán varias situaciones que marcarán de nueva cuenta a sus espectadores. Es por ello que, previo a que comencemos una nueva y fantástica aventura, nos gustaría recordar esos momentos épicos que dejaron una huella marcada en los recuerdos de quienes disfrutaron la serie.
¡Ojo! Para este listado no contemplamos ninguna de las películas ni a la serie de Dragon Ball GT las cuales, aunque cuentan con sus pequeñas excepciones, no forman parte del canon original de la obra de Akira Toriyama. Sin más, procedemos a recordar esos increíbles momentos.
Dragon Ball fue una serie divertida y apasionante. Con cada episodio que se transmitía y conforme se desarrollaban las aventuras de Gokú , el valeroso e intrépido niño de la colita de mono, éste no dejaba de sorprendernos con todas y cada una de sus habilidades, muchas de las cuales iba aprendiendo con cada enemigo que enfrentaba.
Quizá el momento más épico que definió toda la serie que narró el crecimiento de Gokú fue cuando éste logró vencer al que fue su primer gran enemigo, Piccoro Daimaku. Tras un intenso combate en el que nuestro héroe jamás se dio por vencido y en el que en varias veces se vio acorralado, al final del combate y con prácticamente todo su cuerpo gravemente lastimado, éste concentró las pocas fuerzas que le quedaban en su puño para realizar así un golpe final con el cual intentaría derrotar el rey del mal. El final de ese fatídico choque fue un momento del cual muchos recordamos con asombro y alegría.
La primera gran saga de Dragon Ball Z contó con varios hechos que nos pusieron a muchos con los pelos de punta y la piel chinita. La amenaza de los saiyajin fue mucho mayor de la que los guerreros Z podrían haber imaginado y, en cuestión de horas, tres de los amigos y compañeros de Gokú perdieron la vida.
Cuando las cosas parecían que no podían empeorar, el temible Nappa liberó un ataque con el cual buscaba terminar con el aún inexperto Gohan. Picoro, quien se creía era un ser descorazonado y que durante el último año había entrenado al hijo de Gokú , al percatarse de que el pequeño corría peligro, no dudó ni un solo segundo para protegerlo al recibir el ataque en su lugar. El peleador de apariencia fría, solitaria e intimidante, decidió sacrificar su vida para defender a su primer gran amigo.
Sin duda un momento emotivo y triste que, a su vez, resultó ser sumamente épico.
Quizá éste sea el momento en el cual la serie de Dragon Ball Z adoptó una nueva faceta y se convirtió en el anime que muchos recordamos y queremos hasta nuestros días. No por nada el favorito de muchos.
Tras un intenso combate en el cual Gokú creía haber terminado con el malévolo Freezer, el emperador del espacio pronto se levantó de entre los escombros para intentar terminar con nuestros héroes que habían osado retarlo y, peor aún, casi derrotarlo.
Luego de herir de gravedad a Picoro con un disparo letal en su pecho y de haber asesinado despiadadamente a Krillin sin hesitar, la furia de Gokú llegó a niveles nunca antes vistos. Al ver como dos de sus amigos más queridos habían caído en cuestión de unos segundos, éste pronto logró desatar todo ese enojo y energía que tenía oculto en su cuerpo, mismos que le permitieron alcanzar la primera de muchas fases poderosas a la que los guerreros del planeta Vegetta podían aspirar: la del Super Saiyajin.
Nadie lo puede negar, la aparición de Trunks dentro de la serie es, simplemente, la mejor introducción que haya tenido cualquier otro personaje en toda la historia de Dragon Ball.
La saga de Namekusein había terminado con la aparente derrota y muerte de Freezer y la desaparición de Gokú en el espacio. Por algún tiempo, la Tierra disfrutó de un momento de paz, mismo que se quebrantó cuando el cazador de planetas arribó a nuestro planeta con la simple intención de vengarse de quien lo había derrotado.
Sin Gokú en la Tierra para defenderla, ¿quién podría ser capaz de hacerle frente al que hasta ese momento había sido el enemigo más poderoso al que habían enfrentado los guerreros Z? La respuesta a ello fue un muchacho misterioso que apareció de la nada, que tenía un poder increíble y que podía transformarse de igual forma en Super Saiyajin. Con tan sólo un tajo de su espada pudo terminar con un villano al cual nuestro protagonista le había tomado más de 20 episodios poder hacer.
Durante la saga de Cell vimos a Gokú realizar algo que nunca creímos haría en ningún momento: rendirse frente a su oponente. Tras esto y al mencionar que sabía que él nunca podría derrotar al ser viviente más perfecto de toda la historia, el valiente salvador decidió pasar la batuta a su hijo para que se hiciera cargo del resto.
Lo que en un inicio parecía una decisión absurda y más que arriesgada, pronto se transformó en una escena en la cual el hijo de Kakarotto pronto desató su furia tras ver lo despiadado y cruel que era Cell, alcanzando así la segunda fase de un super saiyajin. Tras ello y en cuestión de un abrir y cerrar de ojos, el “joven corredor” rápidamente acabó con los Cell Jr. que el experimento del Dr. Maki Gero había liberado, al tiempo que de igual forma encestaba un golpe certero en él, mismo que lo haría regresar a su etapa previa.
Gohan simplemente dejó anonadado a todo mundo.
El futuro del cual provenía Trunks era un lugar desolador en el cual los androides no.17 y no.18 se habían encargado de destruir cualquier esperanza para la humanidad. Una vez que concluyó el combate final contra Cell y de haber sido testigos de todo el crecimiento y desarrollo que el hijo de Vegeta había obtenido durante la saga, lo único que le restaba al heredero de la Corporación Cápsula era volver a su época para terminar con los lastres que evitaban el desarrollo de la humanidad.
Lo que los guerreros Z intentaron conseguir sin éxito alguno al sacrificar sus propias vidas, pronto el valeroso Trunks lo logró en tan sólo unos minutos: eliminar a los androides y a Cell haciendo uso de sus nuevos poderes. Por fin las muertes de todos los amigos de Gokú habían sido vengadas, y la humanidad se permitía a si misma mirar al horizonte una vez más.
Al igual que Picoro, Vegeta siempre fue un personaje que no denotaba muchas emociones, se mantenía al margen de de socializar con los otros y demostraba un orgullo que lo hacía chocar con varios. Toda esa imagen de un hombre frío y despiadado rápidamente se transformó en la primer batalla que éste sostuvo con Majin Buu cuando éste decidió sacrificar su vida para intentar acabar con el malévolo ser y proteger así a sus seres más queridos.
La imagen del hombre frío y despiadado que portaba, rápidamente se transformo en una de un guerrero admirable. Tal fue el impacto de verlo caer mientras luchaba por proteger a la Tierra que hasta el propio Picoro decidió respetarle desde entonces.
Desde la primera transformación de Gokú en Namekusei, habíamos sido testigos de nuevas fases del súper saiyajin con cada una de las sagas que, por desgracia, solían pasar desapercibidas. El cambio más notorio de estas se dio cuando Goku, en su intento por frenar a Babidi y Majin Bu por unos cuantos minutos, decidió transformarse en la hasta que hasta ese momento era la transformación más poderosa e inédita que le conocíamos a nuestro héroe.
Aunque el breve combate que sostuvieron Bu y Gokú no fue del todo espectacular, nadie puede negar que ese momento en el que vimos por primera vez a saiyajin con el pelo largo y dorado se convirtió en uno de los más impactantes y épicos que habíamos visto en toda la serie.
Nuestro héroe siempre se ha caracterizado por ser una persona (o saiyajin) que denotaba compasión por sus adversarios. No importa si se traba de Vegeta, Freezer o Cell, Gokú siempre demostraba piedad antes de acabar con sus enemigos.
En el caso de Majin Bu dicha actitud llegó a un nuevo nivel cuando habiendo recuperado su energía, el salvador de la tierra no sólo demostró tener empatía por su oponente, sino que además éste le realizó una suplica desde el fondo de su corazón: que reviviera en un nuevo ser, en uno bondadoso y sin ninguna pizca de maldad. Uno al cual pudiese volver a enfrentar en el futuro y al que estaría esperando pacientemente.
Tras estas palabras, mismas que estuvieron acompañadas por una de las melodías más armoniosas y profundas de toda la serie, Gokú se dispuso a acabar con Bu de una manera pacífica y con una sonrisa de esperanza en el rostro, algo que hasta ese entonces nunca habíamos visto en el protagonista.
De esta forma concluimos con este breve recuento que estamos seguros a muchos les hizo recordar buenos tiempos. Sí, sabemos que hay más momentos memorables que son los preferidos de varios y que no estuvieron presentes en este especial, pero que eso no les impida de compartirnos en la sección de comentarios aquel que aún guardan en su memoria con gran cariño y emoción.
¿Cuál fue su momento favorito de todo Dragon Ball?