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Nos encontramos en una etapa crítica para la actual generación de consolas. Por un lado, el Wii U parece que simplemente no se recuperará, mientras que el Xbox One y el PlayStation 4 se encuentran sobre terreno mucho más sólido, sobre todo la máquina de Sony. Sin importar lo anterior, la realidad es que se han cometido errores importantes que muchos de nosotros, no esperábamos que se siguieran dando en una industria que algunas veces se jacta de madura.
Mercados cambiantes, modelos de negocios desconocidos y la amenaza de los famosos juegos de móvil, han provocado que las compañías que sostienen todo este medio que tanto amamos, cometan equivocaciones de consideración. Por tales motivos, nos dimos a la tarea de seleccionar los siete pecados capitales que se han cometido en la actual generación de consolas. Más vale que alguien llame a un padre para que se perdonen tan importantes herejías contra el dios de los videojuegos.
Uno de los principales cambios que ha tenido que enfrentar la industria desde la generación pasada, es que los presupuestos y sobre todo los tiempos de desarrollo, simplemente se han vuelto insostenibles por distintas razones. Ultimamente hemos sido testigos de cómo es que una enorme cantidad de títulos, no pueden cumplir con sus tiempos, por lo que no queda más remedio que retrasarlos.
Por una parte, podríamos pensar que la solución es tan simple como no dar anuncios prematuros. Obviamente lo anterior tiene algo que ver, sin embargo, la realidad es que cuando se aprueba un proyecto, este debe comenzar a generar algo de dinero cuanto antes. Lo anterior nos regresa a que en realidad, el verdadero problema radica en que títulos del tamaño al que estamos acostumbrados, se volverán cada vez más raros, provocando que los desarrolladores tengan que voltear a nuevas cosas como lo han venido haciendo los famosos indies.
Uncharted 4 y The Legend of Zelda para Wii U se han robado últimamente la atención de todos, pues parece que a pesar de estar respaldados por gente que verdaderamente conoce el negocio, sus tiempos de desarrollo fueron mal calculados por razones que no conocemos.
Uno de los puntos que podrían preocupar es que las súper producciones de cosas como Grand Theft Auto, por ejemplo, se tengan que contraer. El caso de Ken Levine e Irrational Games es prueba fehaciente de todo lo anterior: una saga de juegos que a pesar de haber vendido la nada despreciable cantidad de 12.47 millones de copias sin tomar en cuenta las digitales ni expansiones a lo largo de tres entregas, no es lo suficientemente importante como para que el publisher haga el esfuerzo de mantener con vida al estudio, esto claro, sin que sepamos la verdadera razón por la que se decidió terminar con todo de una manera tan repentina.
Cuando sabíamos que el cambio de hardware estaba cerca, varios comenzaron a pensar que la verdadera era de la alta definición, había llegado. Dejando un poco de lado el tema de los costos al trabajar en resoluciones de 1080p, la realidad es que seguimos lejos de que un grueso más importante de desarrolladores, encuentren el camino para que nuestros juegos llenen cada uno de los pixeles que componen las pantallas de los televisores cotidianos.
Se podría decir que la máquina más apta para este tipo de tarea es el PlayStation 4, no obstante, vemos a equipos tan talentosos y experimentados como Naughty Dog, sufriendo para que sus juegos corran decentemente a 1080p, es decir, que no se tengan que sacrificar cuadros por segundo para mantener la calidad de las texturas. Por su parte, el Xbox One sigue batallando para que al menos, algunos third parties lleguen a 900p (¿alguien dijo Battlefield: Hardline), asunto que por supuesto, está causando un lío en cuanto a medidas y estándares supuestamente ya establecidos. Sí, tanto Forza Motorsport 5, como Forza Horizon 2, corren a 1920×1080, sin embargo, solo en el primero se consiguieron los famosos 60 fps, esto claro, por no tratarse de un juego de mundo abierto.
Varios de los juegos de Wii U lucen espectaculares texturas con efectos de iluminación que no le piden nada a sus gigantescos competidores, no obstante, los juegos están lejos de desplegarse a 1080p. A pesar de lo anterior, sí podemos ver cosas como Mario Kart 8 a 60 fps, punto que ayuda de manera importante a que el gameplay y controles sean más finos.
La realidad es que al final, depende de cada quien qué tanto quiera que todo lo anterior se cumpla, pues de manera objetiva, podemos decir que existe mucha gente que simplemente no distingue entre 720p y 1080p, pero por alguna razón, todo esto se ha convertido en el tema favorito de los fanboys más empedernidos de Nintendo, Sony y Microsoft.
El tema de cuánto contenido es el que debemos recibir por nuestro dinero, siempre ha sido uno de los más polémicos. La realidad es que no estamos frente a un pasatiempo barato ni nada por el estilo, sin embargo, hay momentos en los que nos sentimos estafados debido a la calidad o poca duración de un juego.
Luego de que The Order: 1886 resultara ser una experiencia verdaderamente corta, la furia de muchos usuarios se encendió. Cuesta un poco de trabajo entender por qué es que hasta ahora, la situación ha tomado mucho más relevancia. En general, podemos decir que un título que sale en formato físico, llega a durar entre ocho y 12 horas, esto claro, sin contar el tema del multijugador.
Hay dos maneras de tomar la situación. La primera es olvidarte de la cantidad de contenido que viene en tal o cual juego y tan solo disfrutar de lo que te presenta. La segunda es que si no puedes gastar en varios juegos al mes, busques aquel que te brinde la mayor cantidad de horas de calidad por tu dinero.
Prácticamente desde que este medio existe, ha buscado validación a través de cosas como el cine, principalmente. Es bastante común escuchar a las personas diciendo que tal o cual juego luce como una película, como si esto lo hiciera de mayor calidad o algo por el estilo. Por supuesto que la tecnología con la que contamos actualmente, ha permitido que los valores de producción se incrementen en todo sentido, por lo que cada vez, se invierte más tiempo y esfuerzo en la narrativa.
La esencia de los videojuegos es el gameplay. En ese punto es en el que todos ellos deberían buscar que su experiencia se expanda. No tiene nada de malo que cierto título presente una bella historia, sin embargo, en un mundo ideal, esta debería ser solo un aderezo que cubra al verdadero juego y a su factor diversión.
Por supuesto que en esta generación, The Order: 1886 fue el título que está cargando con la bandera de experiencia completamente enfocada a la narrativa, pero por supuesto, no ha sido el único. Con el pasar del tiempo, el mercado se vuelve mucho más pasivo y busca experiencias en las que no haya que pensar mucho o tener grandes reflejos, por lo que los publishers más importantes, no tienen más opción que la de intentar satisfacer esta necesidad. Ryse Son of Rome es otro ejemplo que ilustra bastante bien todo lo anterior.
Esperemos que la súper producciones sigan llenándonos el ojo, pero que también, no se pierda el rumbo y siempre se tenga muy en cuenta qué es lo que le da alma a este medio que tanto amamos.
Las maquinarias de marketing cada vez son más relevantes en esta industria. Cada vez que un lanzamiento importante se aproxima, las empresas hacen inversiones multimillonarias para llamar la atención de sus potenciales compradores. Publishers como Ubisoft por ejemplo, nos invaden con abrumadoras cantidades de avances en video para jurarnos que su siguiente juego será lo mejor de la vida. Sin importar si todo esto se cumple o no, la realidad es que terminan por eliminar el factor sorpresa ya que el producto final sale al mercado.
Otro que no se queda atrás es Nintendo. Antes de que Super Smash Bros. fuera lanzado para 3DS y Wii U, fuimos atacados con una importante cantidad de publicidad y anuncios de todo tipo. Para cuando fue tiempo de que los esperados juegos de peleas llegaran a nuestras manos, prácticamente ya conocíamos a todos los peleadores y demás detalles que veríamos, por lo que esa magia de que un personaje nos sorprendiera, se perdió casi por completo.
Por favor publishers, entendemos perfectamente que la publicidad y marketing son elementos necesarios para que sus productos se vendan, pero es verdaderamente insultante la cantidad de avances y detalles que se dan antes de que el juego salga al mercado. Probablemente, este pecado es el que está más en las manos del usuario poder evitar, pues solo hay que estar con cuidado de evitar los famosos spoilers.
La reducción de costos en todo sentido ha sido uno de los temas que se han tomado dentro de la industria con mayor seriedad. El que prácticamente el cien por ciento de los usuarios de Wii U, PlayStation 4 y Xbox One, tuvieran acceso permanente a una conexión a internet de banda ancha, permite que los principales publishers se froten las manos al idear nuevas formas de absorber nuestro dinero.
Por supuesto que la idea de poder descargar contenidos extra que expandan nuestra experiencia con tal o cual juego, resulta maravilloso, no obstante, existen DLC que son una verdadera tomada de pelo, pues por una cantidad de dinero considerable, se nos dan tonterías como trajes nuevos o tan solo un par de nuevos mapas para multijugador. El tema de que estos contenidos ya vengan incluidos en el disco del juego es otro cantar, pero casi imposible de negar que se siente como un engaño.
Además de lo anterior, tenemos la complicación de que la mayoría de los desarrolladores, no encuentra la forma de hacer que los nuevos modelos de negocio funcionen correctamente. Las microtransacciones es algo que vemos con mayor frecuencia, incluso en juegos por los que pagamos precio completo como el desastroso Assassin’s Creed Unity o Evolve. Es una autentica idiotez que luego de que hayamos pagado por un juego desde el momento de lanzamiento, se nos quiera seguir exprimiendo con contenidos pobres que solo sirven para hacer “más fácil” nuestro paso, asunto que por supuesto, muchas veces termina arruinando todo.
Como ya habíamos comentado en párrafos anteriores, los tiempos de desarrollo en juegos de gran tamaño, cada vez se expanden más y más. Los presupuestos son gigantescos, por lo que se espera tener ganancias proporcionalmente igual de importantes. Para conseguir lo anterior, se deben cumplir con apretadas agendas perfectamente diseñadas para aprovechar momentos momentos clave en el calendario que impulsen las ventas.
Miles de cosas pueden ocurrir durante el tiempo de desarrollo de un juego, cosas inesperadas que muchas veces, el equipo simplemente no estaba listo para enfrentar. A pesar de que lo anterior causa verdaderos problemas a la experiencia en general, muchos prefieren confiar en los famosos parches con tal de que su producto esté en tiendas durante la fecha anunciada.
Esta generación de consolas se ha visto impactada de manera importante por todo lo anterior, arruinado juegos como Assassin’s Creed Unity, Driveclub e incluso la Master Chief Collection, mismos que a pesar de no ser malos en esencia, simplemente no estaban listos para llegar al mercado. Una verdadera lastima. Juegos completos debería de ser una de las prioridades de cualquiera que está a punto de publicar una obra.