El primer Dead Rising le dió un sabor muy particular al Xbox 360, una consola que fué apoyada por el mismísimo Keiji Inafune (creador de Mega Man y de Mighty No. 9) en conjunto con gran parte del equipo de Capcom, con dos exclusivas (Dead Rising y Lost Planet: Extreme Condition) que definieron la personalidad del primer año del nuevo Xbox.
La mecánica de Dead Rising se debe seguramente a lo embriagante que puede ser experimentar con el poder de una nueva consola; puedo visualizar perfectamente a Inafune diciendo “A ver, añádele más enemigos… más… más”, hasta llegar a un número absurdo de enemigos y que la idea de los zombies llegara a su cabeza, no contento, el juego te permitía tomar cualquier cosa que te encontraras dentro de un mall (de ésos que nuestros vecinos del norte saben hacer en copy paste) para apoyarte en la aventura. En resumen: mata a miles (tal vez millones) de zombies con lo que te encuentres, nada puede malir sal… Es lo primero que sale mal.
Dos entregas y medio después, aquí estamos, ante el lanzamiento de un nuevo Xbox, con un Dead Rising totalmente nuevo de lanzamiento. Capcom Vancouver (quienes casualmente están muy cerca de Microsoft en Redmond) comenzó el desarrollo de un nuevo Dead Rising hace varios años, con la siguiente generación en mente; de hecho, la plataforma base era la PC (por el tema de trabajar con assets que funcionaran en un nuevo Xbox) y cuando la oportunidad se presentó, Xbox aseguró la exclusiva para su nueva consola; seguramente (aunque no me consta) apoyando el desarrollo del juego para optimizarlo en su Xbox One.
Seguramente, para muchos de ustedes Dead Rising 3 es el título que más les llama la atención del nuevo Xbox. No los culpo, también es el mío y después de jugarlo por más de cuatro horas, puedo asegurarles, que es todo lo que esperan y más.
Si bien el tono de Dead Rising jamás fué serio (menos con payasos psicópatas en malls) en esta tercera entrega se volaron la barda; rara vez justificando lo reflejado en pantalla y con rienda suelta a la diversión. Así juegues 15 minutos o cuatro horas, lo más seguro es que te la pases increíble cada segundo, en uno de los sandbox survival más divertidos que hemos jugado hasta el momento.
Tu Xbox One no tardará en presumirte las nuevas posibilidades con Dead Rising 3, si bien no podemos esperar una calidad gráfica de un Ryse: Son of Rome, Dead Rising 3 se defiende con miles y miles de elementos en pantalla. La Ciudad de Los Perdidos no es muy grande, pero hay muchísimas cosas que hacer en ella y casi todos los edificios tienen interiores.
El uso de SmartGlass en Dead Rising 3 es el mejor que he visto hasta la fecha, cualquier smartphone (iOS, Android y Windows Phone) se convertirá en el celular de Nick Ramos: podrás contestar llamadas, consultar mapas, e investigar locaciones desde tu teléfono mientras juegas. Créanme que, aunque la idea no suena muy bien en el papel, cuando lo experimentas en persona se siente completamente natural. Ojalá y más juegos tomen esta iniciativa, que aunque no deja de ser un gimmick, es algo encantador.
La música tiene claros tintes de película clase B, al igual que la historia y el tono general del juego. Nick Ramos es mucho más versátil que Frank West y Chuck Greene (aunque se extraña la camarita). Podrás hacer combos de lo que sea para crear armas o autos arma; todo el tiempo estarás en un constante intercambio de armamento y, aunque lo más seguro es que te encariñes de alguna de tus creaciones, la verdadera diversión viene de la espontáneidad de hacer uso de lo que te encuentres.
Los personajes mas absurdos y cliché-ados te acompañarán a lo largo de esta aventura de supervivencia: desde un obeso grotesco y convenenciero, hasta una chica emo dosmilera con hoodie, y todos ellos tendrán tareas para ti para que nunca te quedes sin algo que hacer.
Al igual que en títulos anteriores, tendrás safehouses donde te podrás refugiar por algunos momentos para tomar decisiones con más calma. Ahí también podrás guardar armas, vehículos y por supuesto cambiarte de ropa. Estas safehouses están regadas por todo Los Perdidos y en cualquier momento podrás refugiarte para tomar un descanso de los zombies. También los “jefes” están de regreso y, por lo que jugué, no han perdido el excelente toque de locura y dificultad que le da variedad a la matanza de zombies.
Algo que me tenía bastante preocupado cuando vi el juego por primera vez en E3 era el framerate, algo que (en su mayoría) ha sido arreglado para la versión final. Fue un gran alivio ver que el juego había mejorado su framerate, me comentó la gente de Capcom Vancouver que todo este tema sería solucionado en la versión retail. En general lo que probé se jugaba bastante bien.
Faltan pocos días para dar el veredicto final de este título y las pocas horas que jugué, me convencieron de que es un must-have para cualquiera que compre su Xbox One desde el día de lanzamiento.
¿Con qué juego vas a estrenar tu Xbox One?