Cómo olvidar esas épocas de levantarse lo más temprano posible el día 25 de diciembre para descubrir los regalos que te habían traído. La emoción de abrir una consola o videojuegos que habías pedido era única y la mejor forma de pasar navidad era estando en pijama todo el día jugando solo o acompañado. Para recordar esos momentos mágicos te compartimos nuestra lista con los juegos que hicieron de nuestra navidad algo grandioso. Seguro te identificarás con alguno.
La mejor versión del juego o revisión con las mejoras salió en septiembre del 95, así que era uno de los juegos más esperados de mi parte. Aquella navidad la pasé jugando durante horas partidos tras partidos y completando los difíciles retos de tiempo. Lo mejor es que el resto de las vacaciones las retas con los primos se ponían buenísimas y te llevabas tu SNES y juego a todos lados.
Otra gran navidad que recordaré por siempre. Aunque no me lo esperaba, me llevé una gran sorpresa al abrir mi primer Playstation que se convertiría con el tiempo en mi consola favorita. Fue un momento muy lindo el recibir una nueva consola para mi colección. Recuerdo bien que la consola incluía un disco con varios demos de juegos y lo jugaba una y otra vez hasta terminar cada uno. Ya después me compraría un par de títulos.
1998 fue uno de los años más importantes en toda la historia de esta maravillosa industria, pues fuimos testigos de que a pesar de lo duro que fue el cambio del 2D al 3D, las cosas se podían hacer bien con las nuevas tecnologías. Bajar en la navidad de aquel año y ver bajo el árbol esa preciosa caja dorada, fue un momento solo se superó cuando el título principal de The Legend of Zelda: Ocarina of Time iluminó nuestra televisión. Puede que no sea el mejor juego de la serie, sin embargo, sí es uno al que recordaremos siempre con especial cariño.
Sin importar si lo recibiste cerca de su estreno en navidad de 1999 o un poco después, Age of Empires 2 es de esos juegos que marcaron no sólo nuestras navidades, sino también generaciones completas de jugadores. En mi mente sigue sonando ese increíble soundtrack mientras amasaba una gran cantidad de recursos y unidades militares para preparar mi ataque final para vencer a los rivales, mientras el frío del invierno calaba hasta los huesos y las luces del árbol de navidad se prendían y apagaban sin parar.
Jugar cualquier Mario en navidad es una experiencia mágica y si le sumamos el hecho de tenerlo en una consola portátil mucho mejor aún. Recuerdo que pocos años antes de recibir un DS me tocó en navidad un GameBoy Advance y le decía a mi hermano “es como un SNES miniatura”, cuando tuve en mis manos ese “N64 miniatura” no podía creer los gráficos tridimensionales en una consola de bolsillo y tener al plomero italiano de Nintendo con minijuegos incluidos que aprovechaban las dos pantallas de la consola hizo de mi navidad de 2004 algo inolvidable.
Una de mis series favoritas para disfrutar en Navidad era Resident Evil, no importa qué versión, pero siempre estaba presente en mis navidades y los 24 de diciembre mientras esperaba la cena y la llegada de Santa Claus. ¡Cómo olvidar las caras de mis familiares perturbados que deseaban que platicara y conviviera en lugar de continuar estos tremendos juegos! Me acuerdo mucho de mi experiencia con Resident Evil Zero, un agasajo visual con gran historia, enemigos estéticos. Una belleza que contrasta con las campanas decembrinas.
Es otro título de los infaltables cada año en esas épocas. Con el cubo siendo la consola predilecta en mi casa, jugaba con mi hermano las carreras más épicas jamás vistas por un ser humano jaja. Mayor placer me generaba ir en contra de los buenos deseos y darles a mis sobrinos los controles desconectados para que no interrumpieran en la carrera, su ilusión quedó intacta, al igual que la digna competencia que armaba con mi hermano. Jugar es una tradición obligada 8y ver películas), aunque sea hábito personal.
Mega Man 2 salió un día como hoy hace 27 años. Justo fue un regalo que uno de mis primos recibió en Navidad, en su fecha de lanzamiento yo apenas tenía dos años por lo que mis primeros recuerdos con este juego fueron un poco después; en 1990 ya tenía cuatro años pero Mega Man 2 seguía siendo el juego de cabecera con los primos. Todavía recuerdo lo mucho que nos costaba superar el castillo de Dr. Willy. Yo era el más pequeño y mi aporte con el equipo era acabar uno de los niveles más sencillos, el de Bubble Man.
Con más de un año en el mercado, todavía no encontraba la manera de convencer a mi papá de regalarme el GameBoy Advance SP si ya tenía el Game Boy Advance original (con todo y lamparita marca Pelican para jugar a oscuras). El momento perfecto llegó en la navidad de 2004 con el reciente lanzamiento de Pokémon FireRed, que venía bundleado con un modelo color negro de la consola. Volver a escuchar las melodías clásicas de Pokémon remasterizadas definitivamente es un recuerdo que nunca olvidaré.
Siempre hay una navidad especial por llevarse a cabo bajo circunstancias extraordinarias. La mía ocurrió cuando a mi papá lo mandaron a trabajar a Guadalajara y tuvo que rentar un pequeño bungalow de una sola habitación. Lamentablemente, trabajó en temporada navideña y tuvimos que movernos para allá con todo y chivas. Con ausencia hasta de cocina, comprar cena para llevar y acabar Yoshi’s Story en familia es un recuerdo que ningún otro videojuego me va a poder dar. ¿Cómo puedes escuchar el tema del ending sin lagrimita?