Multitud de generaciones han crecido de la mano de los juegos de video y es fácil recordar las experiencias que tuvimos con diversas consolas desde hace varias décadas. Un ejemplo, es el Game Gear que ha cumplido treinta años y durante su ciclo de vida, ofreció un gran catálogo de juegos, funciones innovadoras y no estuvo exento de desaciertos comerciales.
Fiel a sus raíces, Sega decidió incursionar en el mercado de los sistemas portátiles, con un proyecto bautizado como Project Mercury, que pasaría a dar vida al enigmático Game Gear, presumiendo de ser un dispositivo más potente que sus competidores, además de ofrecer imágenes a color con retroiluminación de luz.
Dicho equipo debutó en Japón el 6 de octubre de 1990 y para abril de 1991 haría lo propio en territorio americano. Su andadura en tierras niponas empezó con dificultades debido a una producción limitada, originando que el hype creado previamente, disminuyera.
En Estados Unidos tuvo un mejor desempeño gracias a las estrategias de marketing impulsadas a cargo del entonces presidente de Sega en la región, Tom Kalinske, quien se caracterizó por realizar campañas de contraste permanentes hacia Super Nintendo y Game Boy.
En lo que respecta a su librería jugable, el Game Gear atesora más de 300 títulos, siendo algunos de los más representativos: Columns, Dragon Crystal, Gunstar Heroes, Land of Illusion Starring Mickey Mouse, Lemmings, Mortal Kombat II, Prince of Persia, Shinobi II: The Silent Fury, Sonic the Hedgehog, Spider-Man vs The Kingpin, Tails Adventure, Virtua Fighter Animation y Wonder Boy III: The Dragons Trap.
Debido a la potencia de la referida portátil, era sumamente sencillo realizar conversiones de títulos del Sega Master System, además de que tuvo periféricos muy innovadores para su época como un sintonizador de radio y TV, sin embargo, las ventas no fueron lo esperado y si bien se lograron distribuir poco más de 32 millones de unidades de software, el hardware se ubicó en 10.6 millones.
Resultaba complejo asimilar que la propuesta de Sega no cautivara al mercado, toda vez que conseguía diferenciarse de los competidores e incluso, pudo derrocar a Atari Lynx y a PC Engine GT (TurboExpress) pero jamás consiguió dar batalla a Game Boy, pues su precio de $150 dólares americanos era muy superior al de $89 propuesto por Nintendo, para la gama portátil.
Aunado a esto, el consumo y la corta duración de las seis baterías AA que necesitaba para funcionar, no sentó bien en los gamers y aunque más adelante se lanzaría un kit de pilas recargables, el precio de las mismas fue muy elevado y necesitaban descargarse por completo para iniciar una nueva carga.
Durante 1997, la consola portátil de Sega terminó su travesía en el mercado, pero no fue impedimento para que en el año 2000, Majesco decidiera comercializar un lote adicional de unidades. Para conmemorar el 30° aniversario, en territorio asiático se puso a la venta el Game Gear Micro, el cual hará las delicias de todos los nostálgicos.
No queda duda que Sega siempre se ha caracterizado por incorporar tecnologías adelantadas a su época y si bien muchas de sus plataformas no tuvieron el desempeño comercial esperado, forman una parte medular de la historia de los videojuegos y sobretodo, marcaron a diversas generaciones.
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