Drew Murray de Insomniac Games se dio una vuelta por EGS 2014, y se dio a la tarea de evangelizar a los incrédulos sobre Sunset Overdrive, una nueva propiedad intelectual que, a diferencia de otras obras más trabajadas por la mercadotecnia, nació de un capricho personal de sus autores. Claro, el proyecto no estuvo exento de la asesoría cercana de Microsoft Studios, a quienes le debemos el sólido modo multijugador del título, pero siempre mantuvo la esencia original con la que fue concebido.
Tuvimos la oportunidad de platicar con Murray, quien durante una sesión de media hora nos mostró el juego de primera mano. La conversación fue bastante amena, y terminó con el desarrollador soltando el control para atender con toda atención mis inquietudes.
La premisa del proyecto entero se basa en la siguiente situación: “Si el mundo se enfrenta a su inminente final, y la humanidad como lo conocemos ya no existe, ¿por qué no aprovechar para vivir al máximo?”. De ahí nace la historia que experimentaremos en Sunset Overdrive, donde la corporación FizzCo lanza una nueva bebida energética, llamada Overcharge Delirium XT, misma que transforma a quienes la beben en monstruos mutantes llamados OD, mismos que se dedican a destruir todo a su paso para obtener más de la apocalíptica bebida.
Un combate ágil, navegación por los escenarios a través de tirolesas y movimientos acrobáticos serán nuestros medios para avanzar en la loca historia. Además, tendremos a nuestra disposición armas que bien pudieron haber salido de las mentes más psicodélicas: ositos de peluche con dinamita, arpones llenos de Overcharge Delirium XT que atraen a otros monstruos y los mantienen ocupados para aniquilarlos más fácilmente, y una pistola que dispara discos de vinil, sólo por mencionar algunos ejemplos del amplio arsenal con el que contaremos.
Más allá de las locas ideas implementadas para las mecánicas del título, como videojuego funciona bastante bien, ya que detrás de tanta adrenalina se encuentra un robusto sistema de combate que nos obliga a usar varias armas y no casarnos con una sola. Por otro lado, la navegación se siente bastante fluida e incluye bastantes elementos de verticalidad que nos permitirán apreciar los escenarios desde distintos niveles de altura.
Lo que más me llamó la atención del título es la manera en que nació. Nos encontramos sumergidos en una industria donde la mayoría de los proyectos surgen de una extensa investigación de mercado para definir qué es lo que más vendería. En el caso de Sunset Overdrive, se trató de un capricho personal del propio Drew Murray y Marcus Smith, quienes comenzaron a trabajar en él después de completar el desarrollo de Resistance 3.
Después de un largo matrimonio con PlayStation, Insomniac Games continuó de manera independiente para buscar quien apoyara el proyecto. Después de muchas juntas, lograron convencer a Microsoft Studios de trabajarlo. Gracias a este suceso, el juego se convirtió eventualmente en una de las cartas fuertes que mostrarían la nueva personalidad de Xbox con su consola de nueva generación.
Así fue evolucionando Sunset Overdrive, añadiendo con cada etapa del desarrollo más y más locuras. La intervención de Microsoft Studios fue evidente con la inclusión del robusto sistema multijugador, sólo posible gracias a la fuerte plataforma de Xbox Live. Gracias a ello tenemos Chaos Squad, un inédito modo cooperativo de ocho jugadores en el que tendremos que combatir hordas de enemigos cada vez con objetivos más difíciles. De acuerdo a Murray, sin el soporte de Microsoft este modo no habría sido posible, y con su asesoría pudieron levantar Sunset Overdrive a niveles que ni ellos se imaginaban.
Sunset Overdrive promete ser un lugar de fiesta, un festival donde podremos disfrazar y personalizar a nuestro personaje a nuestro antojo. Tendremos un amplio catálogo de ropa, peinados y accesorios unisex, con el cual podremos crear al avatar que más se asemeje a nosotros, o al más bizarro que nos imaginemos. Por otro lado, la historia promete darnos experiencias impactantes, con momentos climax como la explosión de un reactor nuclear provocada por nosotros, sólo por poner un ejemplo.
Si Drew Murray logró compartirme su entusiasmo por la nueva propiedad intelectual, el panorama del juego pinta bastante bien para quien se de una oportunidad de acercarse a ver de qué trata.
