“Jugador AURE: ¡Felicidades! Este diploma certifica que ha completado su Pokédex. Game Freak.” A los 13 años, olvidando que había 150 o más que ver y luego de intercambiar las especies que me faltaban con los amigos de la secundaria, realmente sentí que el mundo Pokémon había terminado para mí.
Pero hay algunas mentiras en lo que digo. No era AURE en mi Pokémon Blue y el mundo Pokémon no terminó –no lo ha hecho aún. Muchos de aquellos amigos aún siguen siendo mis amigos y no faltó mucho para que, en ese momento, alguno se enterara de MissingNo. y con maña le ganara al resto de la secundaria.
Entonces, había que multiplicar Carbos y Proteins y subir el nivel de nuestros monstruos al 100 a rarecandyazos. Nadie sabía nada de la prehistoria de los IVs y bastaba con doparlos al máximo con suplementos vitamínicos. Y luego, hubo grupos de Yahoo! y otros adolescentes compartiendo sus equipos fabulosos de alakazams, gengars y mewtwos. Mi equipo incluía a: Flareon, Exeggcutor, Blastoise, Alakazam, Pikachu y Golem. Aún recuerdo cuando, a punta de Swifts, Pikachu venció al Venusaur de un aún amigo y con ello nos fuimos a casa con una victoria que la memoria me pinta colosal.
Y la vida nos fue llevando. Pasamos por la serie y sus películas, por las nuevas generaciones y los spin-offs; pasamos por el Trading Card Game y en algún foro, tal vez, alguien nos habló de que existía algo llamado “Juego Competitivo”; cosechamos berries y, poco a poco Ash Ketchum, dejó de ser contemporáneo nuestro; incluso hubo quién se encontró una imagen de un arbok partido a la mitad y conoció que Pokémon tenía un manga.
La franquicia supo crecer y ha sobrevivido a nuestro tiempo con fenómenos tan claros como el Twitch Plays Pokémon. Hay quien dice que “todo pokémon pasado fue mejor”, recordándonos que estamos más cercanos a 2017 que a 1997. Cada quien tiene su historia y cada pokémon merece la suya.
En julio, mientras trabajaba grabando los videos de Atomix World Cup, me imaginaba que a nuestros lectores no tan allegados al fútbol también les gustaría un momento temático. Recordé que las finales del Mundial Pokémon –sí, me gustan los Mundiales– son en agosto y el resto es historia: a buscar a otros que tuvieran la pasión. ¿El resultado? 20 colaboradores que supieron compartir con enfoques totalmente distintos cómo fue que Pokémon se convirtió en parte de su historia.
Y porque en el agradecer está la magia, no quisiera que la PokeWeek terminara sin que los lectores supieran quiénes hicieron qué en su desarrollo:
Gracias al equipo de diseño: Folken Folkensio y Luis Carmona, quienes estuvieron preparando los pósters para cada artículo.
Gracias a Katya Ocampo, que estuvo a cargo de la corrección de estilo (de 3 a 4 publicaciones especializadas cada día).
Gracias Fernando Riveroll, Alan Mandujano y a toda la comunidad de Pokémex.
Gracias a Aiko Hosoya, David Elvira y al siempre querido equipo de Anime.MX.
Gracias a Salomón Rodríguez y al grupo de ArigatoMG.
Gracias a Josué Palomino y a todos los seguidores del Pokémon Trading Card Game.
Gracias a Margarita Noriega y a los editores de WASD.
Gracias a Mariano Latapi Di Carlo y a nuestros amigos de VConcert por la música.
Gracias a ti, colaborador.
Pero saben que el verdadero agradecimiento es a ustedes, amigos lectores, que por una semana nos colmaron con comentarios positivos, con su apoyo y con su grata participación. La Pokeweek nació con la idea de crear comunidad y creo que es tan sólo la primera piedra para que todos los que amamos Pokémon hagamos más cosas increíbles.
Así termina la Pokeweek. Con muchas alegrías y dejando claro que nuestra historia Pokémon está lejos de terminar.
