La semana pasada, gracias a la amable invitación de Nintendo, tuvimos oportunidad de visitar New York para asistir a un importante evento sobre Wii U. Hoy, ya en México y con la cabeza fría, pensé en varios puntos claves que, en mi opinión, garantizan el éxito de la consola. Sigue leyendo.
Mientras el avión descendía sobre la estrellada geografía de New York, pensé en lo que vería al día siguiente. Nintendo atraviesa una etapa decisiva —como en cada inicio de generación de consolas. Con el Wii consiguieron repetir el éxito del NES: reanimaron un mercado saturado y que sufría por una carrera de escalamiento tecnológico que no iba a ningún lado. El NES fue una fuerza disruptiva que cambió para siempre la industria. Ocurrió algo muy similar con Wii: desbancó a la competencia y se coronó como la consola campeona de esta generación.
¿Cómo suceder una consola como el NES o el Wii, que expandieron el mercado? Debes seguir cautivando al público nuevo que creaste y, al mismo tiempo, no perder el entusiasmo de los nichos que consumen más. Voy a adelantarlo: Nintendo está haciendo todo lo que debería para que el Wii U sea un éxito. Pero no me crean así tan de buenas a primeras y mejor lean mis argumentos. Al final, los invito a compartir su opinión en los comentarios.
Ésta es, quizás, la carta más fuerte de Nintendo. Desde el Nintendo 64, no habíamos visto una consola con un título de lanzamiento de Mario. Y, antes de que digan “no le fue tan bien al N64”, déjenme exponer algo muy obvio: Mario en 2D constituye una de las fuerzas de venta más grandes de la industria y es muy distinto a Mario en 3D. ¿No me creen? Repasemos cifras: Super Mario Bros., 40.24 millones; Super Mario World, 20.60 millones; New Super Mario Bros. Wii, 26.26 millones; New Super Mario Bros., 29.09 millones, etcétera. ¿Se han preguntado por que el GameCube fue un fracaso comercial? Lo adivinaron: no tuvo un Mario en 2D (sé que hay otros factores involucrados, pero ésta fue una gran causa). Así de imponente resulta el empuje producido por un título del plomero en dos dimensiones.
Este año tenemos New Super Mario Bros. U de lanzamiento y con toda la inercia de su hermano de 3DS, New Super Mario Bros. 2. Si existe un título vende consolas, ése es Mario. Nintendo parece haber tomado una decisión inteligente: Mario en 3D jamás ha sido (ni probablemente será) tan popular como su versión bidimensional. Super Mario 3D Land, en este sentido, fue un maravilloso experimento; sin embargo, tendrá un éxito moderado en comparación de NSMB. 2. Zelda, por mucho que nos guste, tampoco es una franquicia del calibre de Mario en 2D. Hay que trazar aquí una distinción muy clara entre el lanzamiento de Wii y el de Wii U: uno tiene a Zelda y el otro un Mario en 2D.
Este título de lanzamiento por sí sólo sería capaz de inclinar la balanza en favor de Wii U; sin embargo, viene acompañado por otros factores también muy favorables. Continuemos.
También pueden llamarlo por su nombre oficial: Nintendo Land. Con el Wii, Nintendo lanzó un demo técnico que demostró a la perfección las capacidades de la nueva consola. Y no sólo hizo eso, sino que lo incluyó con el Wii para que absolutamente todos lo probaran. Con Wii U, Nintendo Land vendrá sólo en el paquete de $349.99 USD; sin embargo, y casi puedo asegurarlo, dado que es tan sólo $50 USD más caro que el modelo básico que no incluye juego, muchos consumidores ni siquiera se molestarán con el Wii U blanco e incluso pienso que muchas tiendas harán sus propios paquetes con Nintendo Land.
Discutía hace poco con Asher la diferencia entre Wii Sports y Nintendo Land: con el primero, el jugador no tenía mucho control sobre lo que ocurría en la pantalla. El título resultaba muy divertido, sí, pero el Wiimote simplemente no era tan preciso para un gusto veterano. Con Nintendo Land, al menos por lo que pude jugar, obtenemos lo mejor de los dos mundos: un paquete de juegos lo suficientemente preciso como para atraer a los veteranos y tan accesible como para que tu familia entera pueda disfrutarlo. Esta especie de balance dorado empapa a todo el Wii U. Me cuesta mucho trabajo pensar en la consola como una máquina “casual” o “hardcore”. Por lo que pudimos jugar y ver en el evento de Nintendo, Iwata ha cumplido su promesa: lo mejor de ambos mundos se ha reunido en un solo aparato. El título que representa este maridaje es Nintendo Land, una bomba más que estará disponible desde el día uno por separado y en el paquete deluxe del Wii U.
Dejemos atrás el pintoresco nombre y pensemos en lo que este servicio significa para Nintendo —una compañía que en los últimos años ha mantenido una política de enfocarse en los juegos y hacer al lado todo lo demás. Si bien el Wii tenía Netflix, un canal de noticias, de clima y un navegador, eran meras distracciones y, con el 3DS, Nintendo buscó implementar funciones extras (como el Street Pass) siempre en función de los juegos. Con Wii U la intención es clara: buscan que se convierta en la cajita de los streams de la sala de tu casa. ¿Qué mejor forma que englobando los servicios de video más populares? Si bien en nuestro país sólo disponemos de Netflix, con un buen VPN podemos disfrutar sin problemas de Amazon Video y Hulu Plus.
La opción está allí y es impresionante: la interfaz de TVii muestra rasgos claros de las estupendas interfaces a las que Nintendo nos tiene acostumbrados desde el Wii. La integración con MiiVerse, Facebook y Twitter, por otro lado, constituye una gran adición al ecosistema de software de Wii U y a la plataforma en general. Nadie ha intentado unificar todos estos servicios de streaming en un solo lugar. Si Nintendo tiene éxito, estaremos frente a otra fuerza disruptiva en el entretenimiento.
Los paquetes son una estrategia de mercado empleada casi siempre para abarcar distintos rangos de precio. $299.99 USD suena estupendo para una consola nueva. Es el mismo precio que la edición de PS3 que viene con Modern Warfare 3 y $50 USD más caro que la edición básica de 160 GB. En el lado de Xbox 360, el precio es equiparable a modelos con Kinect o paquetes de un rango medio de precio. Los consumidores que lleguen a las tiendas verán una consola nueva que cuesta más o menos lo mismo que competidores que llevan ya varios años en el mercado. ¿Qué decisión piensan que van a tomar?
Para los más dedicados, siempre está la opción del paquete de $349.99 USD. El precio sin duda alguna está pensado para competir directamente con los paquetes premium tanto de Xbox 360 como de PlayStation 3. Debo aclarar que este punto sólo tiene validez en Estados Unidos; desconocemos el precio que tendrá Wii U en nuestro país y, hasta no saberlo, no podemos especular nada. Por lo pronto, en la región más importante del mundo, el costo es muy competitivo.
Todavía no conocemos bien la estrategia en línea de Wii U. Fuera de Bayonetta 2, desconocemos qué otras exclusivas hardcore se están cocinando para la consola. Son aspectos importantes, aunque —hasta el momento— todo lo que ha anunciado Nintendo presagia un éxito en ventas. Me sorprendió la rapidez con la que camina la gente en New York. “Van a su propio paso”, pensé, y de inmediato me vino a la cabeza Nintendo y el Wii U —que avanzan a un ritmo vertiginoso, sin voltear a ver el paisaje, con la mirada fija en su destino. Todas las piezas están ahí. ¿Listos para noviembre?
No podía terminar este texto sin hablar de New York. Fue mi primera vez en la ciudad y me dejó con una impresión muy fuerte. Intento explicarlo con palabras que no tienen mucho que ver con videojuegos, pero aún así los invito a leerlas. Al final, me gustaría que pusieran en los comentarios si piensan que el Wii U tendrá éxito o no.
La ciudad relumbra a nuestro alrededor. Nos hemos sumergido en el concreto y el acero de los rascacielos: navegamos el fondo de asfalto. Pienso en inmenso capricho que debió ser construir una ciudad en una isla. El Distrito Federal es una criatura desordenada: en las afueras podemos observar claramente cómo la ciudad devora el campo. ¿Qué latinoamericano no ha visto nacer un arrabal? New York parece sempiterna: tan vasta como para albergar un bosque en su interior, tan alta como para desgarrar el panorama, tan vieja como para sepultar túneles de un metro olvidado, tan nueva como para llenar el vacío de construcciones antiguas con arte contemporáneo. No sólo su arquitectura sugiere una tremenda velocidad, sino también su gente. Las personas caminan rápido con café y portafolio en mano. No contemplan lo que los rodea. Detenerse en la calle es una señal que identifica inequívocamente a los foráneos. Todos saben a dónde van y se precipitan con velocidad a su destino.
No hay frío. Estamos en un Starbucks de Trump Tower. Miramos hacia la puerta giratoria como si Macaulay Culkin fuera a entrar en cualquier momento y Central Park parece un terrario engarzado en una alhaja de piedra. Afuera de Tiffany, tres torres humanas desalientan a los mirones y hay gente que acampa por el nuevo iPhone 5 a sólo una cuadra afuera de la Apple Store de Fifth Avenue. Como si fueran embajadas del capitalismo, cada imperio tiene una tienda aquí: LEGO, Hershey’s, M&Ms, Disney, Nintendo. Pero la ciudad pasa como una ráfaga y ya estoy de vuelta en México.
No me atrevo a decir que fui a New York: hacerlo sería suponer que alcancé a comprender esta ciudad. Siento que he visitado una ciudad ancestral. Hablamos de la legendaria Constantinopla o la vieja Roma, ¿qué ajenos humanos citarán con veneración a la ciudad insomne?
