Objetivo: Nada hasta la siguiente plataforma de hielo. Tus reservas de grasa están casi vacías. Ya ha pasado mucho tiempo. Nadas y nadas. No ves la siguiente plataforma; si no la encuentras, no podrás cazar ni comer. Casi no tienes energía tampoco. Tu oso polar muere. Ves cómo se hunde poco a poco en el helado mar del Polo Norte. Game Over. Ojalá fuera sólo un juego…
Un PlayStation 3 o Xbox 360 utiliza 25 veces más energía que cuando ves una película en una lap top. Y la mala noticia es que las de nueva generación consumirán todavía más energía durante el juego, aunque otras funciones gasten menos. Para darnos una idea de cómo cada vez gastamos más: un Super Nintendo consumía 10 watts durante el gameplay, mientras que el PS3 utiliza 190 watts.
Los encargados del diseño están bajo la presión de organizaciones como Environmental Protection Agency, quien da una recomendación para los niveles de energía. Algunos estados de E.U.A., como California, imponen reglamentos para que las compañías de electrónicos que buscan ser los mejores en el marcado no ignoren la eficiencia energética que deben tener sus productos. Tim Calland, encargado de vigilar el respeto a las políticas que debe cumplir Microsoft dijo:
Cuando estábamos diseñando el Xbox, una de las primeras preguntas a resolver fue ¿cómo hacer que la energía sea lo más eficiente? Entendemos que a los consumidores les importa la energía que gastan y a nosotros nos preocupa el ambiente. Eso lo reflejamos en el diseño. Rediseñamos el sistema y mejoramos el desempeño.
Xbox One fue diseñado para maximizar el poder computacional por watt. Esto se puede ver desde la arquitectura: sólo utilizará la capacidad necesaria para hacer el trabajo. El juego requiere mucha energía, ocho veces la energía que el Xbox 360 en su lanzamiento, pero las otras funciones gastan menos que su antecesor.
De acuerdo a Pierre Delforge, un experto en videojuegos y miembro de Natural Resources Defense Council:
Diseñar los equipos para sólo usar la energía que necesitan puede disminuir el consumo. Algunas consolas están diseñadas para suspenderse después de un tiempo. Los consumidores pueden cambiar dicha opción, sin embargo, a la mayoría ni siquiera les importa tenerla. Los usuarios no sólo gastan energía, también dinero. Si apagaran la consola durante su tiempo de vida, ahorrarían lo suficiente como para comprar la de nueva generación.
Las agencias ambientales piden que si no se puede limitar la cantidad de energía que necesitan, se busque la forma de limitar su uso. Tal como los autos: deben apagarse si no están en uso. Xbox One disminuirá su energía a la mitad (lo más bajo como para poder “despertarla” de nuevo). Si luego de una hora no se hace, se apagará automáticamente.
El estudio arrojó los siguientes datos: Wii U consume 34 watts durante el gameplay, a diferencia del 360 que consume 78; mientras que la consola de Nintendo consume 29 al reproducir una película, tanto la consola de Sony como la de Microsoft consumen 63. Navegar en PS3 o Xbox 360 consume más de 60 watts; en Wii U 30 y en wii, 12. Sobre su desempeño: PS3 alcanzó en promedio un 79.13% en eficiencia de uso de energía y 82.55% en Xbox 360.
Sin embargo, queda en los usuarios la parte más importante: saber que sus acciones repercuten en el ambiente y que pueden ayudar a no dañarlo más con tan sólo apagar sus consolas y, por supuesto, elegir productos responsables con el ambiente.
Documentos y gráficas: NATURAL RESOURCES DEFENSE COUNCIL, gráfica
Vía: Polygon