Nintendo ha cuidado en más de 25 años algunas de sus franquicias principales. Vemos que series como Super Mario Bros., Mario Kart y The Legend of Zelda no tienen títulos malos o mediocres y en lugar de ello se reinventan, siendo que cada nueva entrega es una tesis donde se retoman los mejores elementos de los títulos pasados, se innova con nuevas mecánicas y se desecha lo que quizá no fue tan exitoso.
El día de hoy llegó a la Virtual Console de nuestra región Super Mario Bros. 3, uno de mis juegos favoritos de la serie y estoy seguro de que es también el favorito de muchos de ustedes. Al volver a visitar esos mundos tan maravillosos, que son una clase del diseño de juegos de plataformas, me puse a reflexionar en torno a este título y la nueva tendencia dentro de la serie que se inauguró con Super Mario 3D Land que llegó hace un par de años al Nintendo 3DS. Cada power up, cada enemigo, cada melodía… Nintendo nos ha hecho ver con el paso de los años que el plomero italiano se mantiene fresco a pesar del tiempo y se reinventa para darnos gusto a los fans.
Después del surgimiento de Super Mario Bros. que revolucionaría la industria de los videojuegos vimos Super Mario Bros. The Lost Levels y Super Mario Bros. 2; los tres títulos mencionados tienen su toque especial y podríamos escribir muchas cuartillas de sus aportes al género de los juegos de plataformas pero hoy vamos a hablar del título que llegó en 1988 (1990 a América) y nos dejó marcados a muchos: Super Mario Bros. 3.
Recuerdo la primera vez que jugué este título, ni siquiera fue en un NES como debería haber sido, sino en una Arcade con múltiples juegos, una palanca “en forma de chile” y dos botones. No sabía siquiera que era ilegal este tipo de “maquinitas” en las que insertabas una moneda de $100 pesos con el rostro de Venustiano Carranza, valor que te otorgaba poco más de 10 minutos de juego. Cuando se acababa el turno otorgado por la moneda, el juego se pausaba, sonaba un pitido que advertía que se había acabado el tiempo y una raya que iba “borrando” la partida si no introducías una moneda más para continuar tu juego.
De entre la lista de más de 50 títulos en el menú pirata de esa arcade ya sabía yo cuál era mi elección, y si no jugaba Super Mario Bros. 2 (el de las “cebollitas” como le decía de cariño) iba directo a Super Mario Bros 3, título que desde su intro con una cortina y su mapa de niveles, me conquistaba por completo.
En aquel entonces lo que más se me hacía atractivo era que tenía todo lo fascinante de los juegos de Mario además de una cantidad inimaginable para mí de power-ups. ¡Podía volar! Eso era algo de lo que más me encantaba al usar el Tanooki Suit. Me gustaba también mucho el traje con el que me volvía estatua y la ranita que usaba en los niveles subacuáticos. Cada una de sus melodías quedaba clavada en mi cerebro y después de acabarme mis $500 o $1000 pesos que me daban mis padres, seguía tarareando las bellísimas melodías pensando que quizá algún día tendría dinero suficiente para acabar el juego en una tarde frente a esa máquina que tanto me gustaba.
Entre mis amigos nos contábamos los “secretos” que habíamos descubierto:
–¡Mira! Agáchate en ese cuadrito blanco, pasarás por detrás de la meta y descubrirás algo bien padre.
–No, mejor uso la nube para saltarme los niveles que no puedo pasar, la flauta para saltarme de mundo o la cajita musical para dormir a los molestos camellos.
–Quizá… pero ¿apoco te vas a saltar el mundo gigante? ¡Es uno de los más chidos!, mejor sólo usa el martillo para romper las piedras y encontrar otros caminos en los mundos.
-Lo haré, y venceré ese nivel difícil con la “P” que me dio la princesa en su carta.
Después de un tiempo un amigo me invitaba a su casa a jugar en el NES y yo era feliz de que el único cartucho que tenía era precisamente Super Mario Bros. 3, título que con el paso de los años pasábamos una y otra vez siendo que cada ocasión descubríamos cosas nuevas.
Ahora vuelvo al juego después de un rato de no tocarlo, sus melodías son casi una máquina del tiempo que me lleva a esas tardes de mi niñez, aunque ahora todo lo veo desde una postura más analítica que trata de ver qué hay detrás de la cortina y de la fórmula tan exitosa de este juego.
Reflexioné que quizá son sus power ups tan variados, sus niveles tan radicalmente diferentes y la introducción de muchas mecánicas de gameplay lo que hace que cada vez que revivo este título lo siga sintiendo tan fresco. Han pasado más de dos décadas y sigo sintiendo el juego completamente fresco y divertido como aquellas tardes en que era tan pequeño que mis malas habilidades ni siquiera me dejaban pasar del tercer mundo.
Takashi Tezuka, director de Super Mario Bros. 3, produjo Super Mario 3D Land, título que en 2011 llegó al Nintendo 3DS para darnos una perspectiva completamente diferente de los juegos de plataformas en tres dimensiones.
Aunque disfrutamos mucho Super Mario 64 y la serie Super Mario Galaxy, las propuestas de 3D Land fueron muy distintas a pesar de ser un juego de Mario en tres dimensiones, y lo que más me gustó fue que se aproximó mucho más a esa diversión inocente de juegos como Super Mario Bros. 3.
En 3D Land hay mucho más en común con Super Mario Bros. 3 que el simple hecho de que haya regresado el Tanooki Suit y elementos como las cajas rebotantes con notitas musicales. La fórmula de 3D Land es tan simple y divertida como Super Mario Bros. 3 en la que el único objetivo es de ir de un punto A a un punto B esquivando obstáculos, saltando entre plataformas móviles, rompiendo cubos de ladrillos y lanzando caparazones de Koopa Troopa.
Esa magia de los power ups que teníamos en Super Mario Bros. 3 se asoma por la ventana del Nintendo 3DS con dicho título, y una vez más esas transformaciones del protagonista son tema de conversación entre los amigos.
Esta tendencia fue un acierto, a tal grado que uno de los mejores juegos de Super Mario contemporáneos, Super Mario 3D World, retoma la misma mecánica reinventándola y llevándola a proporciones descomunales en las que se hace una bellísima tesis que retoma muchos de los elementos de una serie con más de 25 años de historia.
Sí, soy de los que quieren ver un nuevo Mario Galaxy, pero también me encanta la simplicidad y diversión que proporcionan juegos como Super Mario Bros. 3 o Super Mario 3D Land, fórmulas que me encantaría seguir viendo.
Aterrizando de nuevo después de este viaje de nostalgia y análisis de elementos estoy aquí en 2014 frente a mi 3DS con Super Mario Bros. 3. No es muy buena la emulación, no me gustó tanto esta versión, pero me hizo recordar grandes momentos que me convirtieron en un videojugador.
Hoy en día Super Mario Bros. 3 sigue siendo una obra maestra de los videojuegos, y me sorprende cómo no puedo encontrar un título de Super Mario Bros. de la serie principal que me haya desagradado en toda su hisotria, cosa que no sucede con otras mascotas como Sonic o Crash, que aunque me duela reconocerlo, tuvieron capítulos no muy brillantes.
¿Cuál es su título favorito de la serie? ¿Cómo fue su primer acercamiento a estos primeros títulos de Super Mario?
