Corea del Sur tiene una de las mejores economías del mundo, es un paraíso de la tecnología, la modernidad, el desarrollo y —¿por qué no?—, del K-Pop. Despunta entre las naciones con las velocidades de internet más altas del planeta, y como uno de los mayores productores y exportadores de teléfonos inteligentes (como Samsung y LG), pero, ¿qué hay de los videojuegos?
En Occidente, tenemos un estereotipo de ‘gamer’ que más o menos consiste en un adolescente encerrado frente a una pantalla con una consola conectada, jugando generalmente shooters y en condición de aislamiento de la sociedad. En el resto del mundo, sobre todo en Asia Oriental, la situación cambia drásticamente. Específicamente en Corea del Sur, las PC y los smartphones dominan el mercado, y es a través de estas plataformas que los ávidos consumidores se nutren de cualquier novedad en este campo.
Tuve la oportunidad de estudiar parte de mi carrera en Seúl, la capital del país, y debo decir que dentro de los muchos shocks culturales que me llevé, uno de los más grandes fue la diferencia abismal en la cultura de los videojuegos. Al llegar, me imaginé que Corea, al ser vecino de Japón —y un país con grandes desarrolladores de software y tecnología— tendría una cultura de consumo tremenda respecto a consolas y juegos para éstas; pero para mi sorpresa, consolas es lo que menos hay en el país. Durante toda mi estancia, jamás me encontré con un retailer especializado en videojuegos, más que la obligada tienda oficial de Nintendo, misma que se enfocaba más a la venta del 3DS y el recién salido Animal Crossing: New Leaf. Es más, ni siquiera se vendía el Wii U. Las razones son muy variadas, y necesitarían otro análisis completo para sacar conclusiones al respecto. Lo que trato de comunicar con este texto es entonces, qué juega la gente, y lo más importante, en dónde.
Como dato cultural, Corea es un país muy estricto en cuanto a normas, tiempos de trabajo y de estudio; por ejemplo, los alumnos de nivel preparatoria pasan hasta doce horas en la escuela, o incluso más. A su vez, es un país con una densidad demográfica altísima, donde casi la mitad de la población vive en la capital. Por lo tanto, los hogares son muy pequeños, y la gente pasa la mayoría del tiempo fuera de su casa, misma que usa mayormente sólo para dormir. Después de establecer un poco de contexto, tal vez se pregunten, “¿dónde juega la gente?”. La respuesta se reduce a dos lugares: el transporte público y los PC Rooms.
PC방, directamente traducido como “PC Rooms”, son lo que nosotros conoceríamos como “café internet” pero con esteroides. Incluso, relacionarlos con este término occidental le hace una tremenda injusticia, puesto que no tienen mucho que ver, más que el modelo de renta de computadoras. Un café internet es un lugar al que vas a hacer tarea, pasar tiempo en redes sociales o hacer una impresión, mientras que un PC Room es un área específica para jugar, comer snacks y relajarte frente a un monitor de 22 pulgadas, en una silla reclinable y acolchonada durante horas y horas. El uso de un ordenador tiene un costo de entre 500 y 2400 won, que equivaldrían a unos 10 y 30 pesos mexicanos por hora. El tiempo que pasa la gente en estas salas es tanto que hay algunos que cobran entre 100 y 120 pesos mexicanos por 12 horas.
Los equipos de estos negocios son incluso mejores que los que un individuo podría tener en su casa, con los mejores procesadores y tarjetas gráficas para una mejor experiencia de juego, todos con auriculares incluidos y áreas con sofá por si uno asiste con amigos. En general los locales son muy elegantes y modernos, decorados con luces de neón y alfombras extravagantes. En estos lugares usualmente no hay ventanas ni relojes, ¡prácticamente estás en un casino!
Los ordenadores de un PC Room cuentan con el catálogo más popular de juegos de moda, la mayoría tiene preinstalados desde clásicos como Starcraft (por supuesto), World of Warcraft, Counter Strike, Aion, Lineage y Everquest, hasta de lo más extraños, como simuladores de citas, juegos de cocina, y juegos de casino con personajes de anime. Incluso, estos establecimientos tienen acuerdos con compañías como Riot Games, Blizzard y Nexon para premiar y bonificar a los usuarios por jugar ahí. Todos los equipos están interconectados e incluyen cuentas gratuitas para los jugadores, y que así no tengan que pagar por el cliente del juego ni la mensualidad en caso de ser de paga. La comodidad de estos negocios es tan alta que cada cubículo tiene un botón incluido, con el que al presionarlo se pueden ordenar refrescos, café, cigarros, ramen y, en algunos casos, hasta alimentos de restaurantes externos. Todo para la comodidad del usuario.
La historia de estos locales comerciales se remonta a la popularización del internet y sobre todo a la salida de Starcraft en 1998, misma que disparó el juego competitivo, profesional, y la rápida reproducción de éstos negocios de alrededor de 100 locales a más de 25,000 en la actualidad. En estos días, los PC Rooms abren las 24 horas del día y la demografía de los clientes varía dependiendo de la hora. Usualmente en las mañanas asisten adultos, que pasan sus ratos libres en lo que buscan empleo o van de camino a sus trabajos. Es en las noches, a partir de las 20 horas, cuando la clientela sube a un punto de ebullición, algunos quedándose toda la noche a avanzar en sus MMORPG favoritos.
El concepto de los PC Room es el de la vida social, ya que muchos son puntos de encuentro entre amigos, y también existe la costumbre de salir de la escuela en la tarde e irse en grupo a jugar durante horas. Éste es un entretenimiento —hasta cierto punto— sano, y que aleja a los jóvenes de los vicios y el ocio. Tristemente, Corea del Sur no se salva de jugadores que llevan esa vida al extremo, con un historial de varios casos de jóvenes que caen en la adicción y dejan de atender sus necesidades básicas, llevándolos en algunos casos a la muerte.
Mi experiencia en estos lugares fue de lo más agradable y enriquecedora. Me hizo apreciar los videojuegos desde un punto de vista totalmente ajeno al que siempre había tenido, y por la parte cultural, me tocó ver juegos de lo más inesperado.
Ustedes, ¿qué opinan? ¿creen que un modelo de negocio de este tipo tenga éxito en Latinoamérica? ¡Comenten!