Un curioso experimento de ingeniería ha revelado las limitaciones de la IA cuando se enfrenta al ajedrez: el modelo de de OpenAI fue derrotado por un Atari 2600, una consola lanzada en 1977. El ingeniero Robert Caruso logró emular el juego Video Chess de 1979 y enfrentó al chatbot contra este software de casi medio siglo, con resultados desastrosos para la IA moderna.
Durante la partida, ChatGPT cometió errores básicos, como confundir torres con alfiles, ignorar amenazas evidentes y perder el control del tablero. Caruso relató que la IA culpó inicialmente a los íconos abstractos del Atari y, tras cambiar a notación estándar, siguió mostrando un bajo desempeño. “Fue destrozado en el nivel principiante”, aseguró, entre risas, al compararlo con el nivel de un club escolar de ajedrez.
La partida se extendió por 90 minutos, en los que la herramienta pidió reiniciar varias veces, evidenciando su dificultad para mantener un juego coherente. Aunque el experimento recuerda los días en que computadoras como Deep Blue vencían a grandes maestros, deja claro que al ser un modelo de lenguaje no está optimizado para jugar ajedrez de forma autónoma.
Este resultado no implica que ChatGPT sea inútil para temas relacionados con ajedrez, pero sí confirma que su diseño está más orientado a la conversación que a la estrategia. Aunque existen extensiones como ChessGPT, creadas específicamente para ese fin, parece que por ahora es mejor charlar sobre aperturas que retar al chatbot a una partida. Es interesante ver cómo hay cosas que aún deben mejorarse.
Vía: CNET
Nota del autor: Es comprensible que llegara a perder, después de todo no está diseñado para jugar a lo que sea. Sin embargo, es posible que ahora se pongan a trabajar en esto último.