
Bungie, creadora de Halo y Destiny, inicia una nueva etapa bajo el control total de Sony Interactive Entertainment. Tras tres años operando con independencia creativa desde su adquisición en 2022, la compañía pasará a estar plenamente integrada en la red de PlayStation Studios, poniendo fin a su estatus como filial autónoma. Esta reestructuración implica que el desarrollo, la publicación y el marketing de sus juegos estarán sujetos a una supervisión más directa por parte de la gestión interna de la marca.
El cambio se produce después de un periodo complicado, marcado por despidos en 2024 y por el desempeño irregular de Destiny 2, cuyas últimas expansiones han recibido críticas mixtas. Además, Marathon, la nueva propiedad intelectual del estudio en más de una década, ha experimentado retrasos que han pospuesto su lanzamiento más allá de las estimaciones iniciales.
Cuando Sony cerró la compra en 2022, el acuerdo otorgaba a Bungie la posibilidad de autopublicar y decidir de forma independiente sus estrategias creativas, a la vez que aprovechaba los recursos de la multinacional japonesa. Con la nueva estructura, esas decisiones clave, incluyendo plazos de contenido y modelos de monetización, ya no dependerán exclusivamente del equipo en cuestión, sino que se alinearán con los estándares y objetivos de PlayStation.
A corto plazo, la calendarización de actualizaciones y expansiones de temporada de Destiny 2 se mantendrá sin cambios. Sin embargo, la integración total plantea un reto importante: que la empresa logre preservar su identidad creativa y su experiencia en juegos como servicio dentro de una estructura corporativa más centralizada, mientras PlayStation busca capitalizar esa experiencia para fortalecer otras franquicias con apuestas en línea persistentes.
Al final no es algo tan negativo, pues se tendrá un control de calidad mucho mayor al anterior.
Vía: GH

Nota del autor: Al final se cansaron de tantos fracasos. Quizá sea lo mejor, o que las cosas empeoren; será cuestión de esperar.