El drama de la posible compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft continúa. Entre dimes y diretes, acusaciones y peticiones esto va para largo. Ambas partes siguen indagando y solicitando que revele información que supuestamente brindará un panorama más claro a quienes tomarán la decisión final.
En enero de este año, Microsoft envió un citatorio a Sony como parte de su proceso de defensa para lograr adquirir Activision Blizzard. La orden incluye 45 solicitudes de documentos a Sony, incluyendo copias de cada uno de los acuerdos que tengan con compañías desarrolladoras para exclusivas además de todos los borradores de cualquier tipo de comunicación relacionada.
Por supuesto que Sony intentó deshacerse o al menos limitar los requerimientos de esta orden, argumentando que la cantidad de peticiones eran irrelevantes para el caso, costosas y que consumiría tiempo de manera innecesaria.
Sin embargo, el director de la FTC (Federal Trade Commission) rechazó casi todos los argumentos presentados por Sony. Ahora la compañía tendrá que enviar una copia de todos los acuerdos que ha concretado desde el primero de enero de 2012.
Sony declaró que esta información no tenía un verdadero valor y que recopilar estos documentos requeriría un esfuerzo sobrehumano para revisar manualmente más de 150 mil archivos de contratos para filtrar los que sean relevantes.
Por su parte, Microsoft dijo que, debido a que el caso de la adquisición de Activision Blizzard se centra en si el acceso a las propiedades intelectuales tras la compra resultan en exclusivas para Xbox que afectarán de manera negativa a la competencia, entonces sería importante entender por completo cómo funcionan los contratos de exclusividad de Sony y el efecto que generan a su competencia en la industria. La FTC estuvo de acuerdo con este argumento.
Al final, la única solicitud que se le otorgó a Sony fue reducir el rango de fechas de sus contratos de exclusividad con desarrolladores y ahora solo tendrá que presentar todos los contratos y comunicaciones fechados a partir del primero de enero de 2019.
Vía: VGC
Nota del editor: Esta película sigue y sigue, no llegamos a un desenlace pero, ¡cómo nos ha dado para chismear! Lo que me sigue resultando alarmante es la ignorancia de las autoridades en cuanto a la industria. Me gusta pensar que al menos se está haciendo un esfuerzo por comprender cómo funcionan las cosas, para que al final se tomen decisiones informadas.