Tal y como lo reporta The Washington Post, un desarrollador indie bajo el nombre de Ficker lanzó un título llamado Warzone por allá de 2017, como una secuela para su otro popular juego, Warlight. Este desarrollador gastó cerca de $60 mil dólares pagando por el dominio de Warzone y todas las comisiones legales asociadas con él. Después llegó Activision con el monstruoso Call of Duty: Warzone, y las cosas se complicaron.
En las propias palabras de Ficker:
“Al principio no entendía muy bien qué estaba pasando. Nunca antes había tenido problemas por el registro de marcas… solo soy un simple desarrollador. No me molestó hasta que Activision registró el nombre de Warzone, así que contacte a un abogado.”
Ficker se opuso al registro de marca de Activision, por lo que ambas partes estuvieron en conflicto constante. El abogado de Ficker envió amenazas legales a Activision, quienes le ofrecieron $10 mil dólares a Ficker para resolver el problema de una vez por todas, pero los rechazó así que Activision decidió llevar el caso a la corte legal.
Expertos legales han dicho que la resolución de este caso será un precedente sobre casos cuando pequeños desarrolladores se enfrentan a grandes compañías. Por el momento, no hay fecha exacta para el juicio.
Via: The Washington Post