Recuerdo aún aquellos días, hace un poco más de quince años, donde por alguna razón faltaba a clases y podía quedarme toda la mañana viendo caricaturas; llegaba un punto en el que empezaba a desmenuzar cada escena y me ponía a reflexionar sobre todo el trabajo que hay detrás de hacer una caricatura. Aún entonces, suponía que no era tan difícil pues sólo había que dibujar cuadro por cuadro y ¡listo! Tenías una caricatura lista para ser transmitida por cualquier canal para niños (¡Qué ilusa!).
La aparición de Cartoon Network fue parte decisoria en mi tiempo libre durante mi infancia, por fin un canal donde 24/7 pasaban caricaturas, comerciales de juguetes y todo era completamente enfocado a mis intereses. Sin embargo, eso mejoró cuando descubrí Nickelodeon y sus caricaturas con un humor mucho más ácido y similar al de la generación con la que crecí. Y sí, me cerré por completo a descubrir alguna otra caricatura de otro canal durante el resto de mi infancia (salvo Beavis and Butthead, Daria, South Park, Family Guy entre otros que marcaron el inicio a mi adolescencia).
Pasó el tiempo y me alejé completamente de toda la barra de programación de los canales para niños, no tenía ni idea de qué estaban pasando en Cartoon Network ni en Nickelodeon, estaba completamente ajena a todo eso, incluso puedo confesar que no vi ni Invasor Zim y mucho menos conozco los chistes de Phineas y Ferb. Era como un habitante de otro planeta en el momento en que algunos conocidos comenzaban a hablar del tema, y así continuó siendo incluso cuando se dio el boom de Hora de Aventura.
Justo entrando a la universidad diferentes compañeros empezaban a tocar el tema de que era una caricatura diferente a las demás, que los chistes eran demasiado ácidos y sobre todo que todo dentro de la temática era demasiado bizarro. Bizarro hubiera sido la palabra que hubiera incitado mi curiosidad para verla, sin embargo creía que estaba demasiado sobrevalorada y que después de encontrar una sobrepoblación de caricaturas con pésimos chistes e intentos de ser “poco normales”, Hora de Aventura sería una más del montón; todo esto acompañado de la gran cantidad de productos y memorabilia que había en cada esquina o local en centros comerciales. Seguía cerrada y no pensaba cambiar mi opinión.
Creo que fue la conjunción de diferentes factores: Primero comencé a involucrarme más en entender la narrativa de las caricaturas y comprender la influencia que tienen para definir la personalidad de su audiencia. –Sí! Ahora analícense todos aquellos que crecieron siendo fanáticos de La Vida Moderna de Rocko… estoy segura que encontrarán alguna cosa que se les quedó de algún episodio.
Otro factor fue que entré a trabajar a un estudio de videojuegos y me llamó demasiado la atención todo el proceso que sigue el crear a un personaje. No todo era como pensé, y mucho menos se trata únicamente de crear cuadro por cuadro de una caricatura. El proceso detrás de realizar cualquier tipo de animación además de ser demasiado extenso, necesita de conocimiento en cuanto a psicología del personaje, su anatomía, movimientos, entre otras cosas. Puedo atreverme a decir que bocetar, modelar y animar son trabajos que no cualquier puede hacer.
Finalmente creo que el otro factor fue una última recomendación que me hicieron para verla, necesitaba sólo esa opinión para asegurarme que igual podría ser una buena caricatura, y así fue como me decidí a comprar dulces y prepararme para después de tanto tiempo darle una oportunidad a Hora de Aventura. Por fin le había dicho que sí.
¿Qué fue lo que me pareció? De entrada, el humor puede ser apreciado como por cualquier niño en sus últimos años de primaria como cualquier otra persona de mayor edad que aún se precie por tener un lado infantil del cual disfruta (y esa soy yo, “Never Grow Up”). 
La temática me pareció demasiado buena, y es que casi nadie crea una historia para niños dentro de un escenario post apocalíptico donde las cosas aún pueden ser divertidas aun cuando sólo quede un ser humano, (adiós al cliché de los zombies, epidemias y otras cosas), un mundo con mutantes que tienen una historia o pasado que ha forjado su personalidad.
Y a esto último puedo decir que es un gran acierto, cada personaje está muy bien logrado tanto por sus gustos, intereses, historia de vida, fortalezas y debilidades. Desde la personalidad de Jake, un perro con poderes mágicos que le permiten cambiar su forma y tamaño, hermano adoptivo de Finn, ambos se complementan en sus aventuras y a pesar de incluir situaciones rodeadas por magia y demás situaciones bizarras, los personajes siempre se muestran consistentes, un poco de realidad dentro de la fantasía.
Cada capítulo además de ser fluido y ameno viene acompañado de temas extravagantes, surrealistas y con muy buen diseño de arte: así como podemos ver en algunas escenas escombros de lo que antes era la Tierra también podemos ver paisajes hermosos donde la fantasía y los colores abundan. El humor es simple pero a la vez algo ácido, podría incluso decir que se pueden entender diferentes cosas dependiendo de la edad que tenga la audiencia por lo cual no es una caricatura exclusiva para niños o adolescentes, sólo es cosa de quitarse un poco el prejuicio.
Debo admitir que no sólo le dije que sí a Hora de Aventura, sino que realmente me gustó, creo que es de esas caricaturas que realmente aprecio y me hicieron recordar esos momentos en los cuales disfrutaba cualquier tiempo libre para ver Cartoon Network y los días en los que me enfermaba no eran tan trágicos porque podía disfrutar de ver la televisión todo el tiempo, cosa que ahorita realmente ya no hago ni disfruto salvo una que otra buena serie.
Hora de Aventura regresó un poco de esa inocencia combinada con humor bizarro que necesitaba para no olvidar esos buenos momentos de mi infancia. Más allá de estereotipar a un programa por tratarse de una caricatura que no sale en un horario para adultos, realmente es un gran logro por parte de sus creadores Pendleton Ward y Mike Holmes.
Si aún no me creen o se encuentran en la misma situación que yo hace algunos meses, denle el chance de ver sólo un capítulo, les aseguro que habrá por lo menos alguna cosa que les hará pasar un buen rato… y recuerden: Never Grow Up.
