A pesar de que la industria de los videojuegos es muy joven comparada con cosas como el cine o la música, poco a poco, cada una de sus etapas a lo largo de la historia, son más distinguibles. Filosofías de diseño, metodologías de trabajo y distintas escuelas de desarrollo, son elementos que componen a un importante medio de entretenimiento en vías de ser reconocido como expresión artística.
Las corrientes que están tomando los estudios existentes, son por demás variadas; sin embargo, existe una clara tendencia de intentar revivir viejas glorias, sobre todo por parte de la emergente escena independiente. El riesgo que representa lanzar un título pensado para un mercado que se ha reducido de manera importante en los últimos años, no ha detenido a varios importantes estudios de seguir fieles a cierta forma de diseño.
A continuación, te presentamos nueve juegos recientemente lanzados que en cuanto uno le pone las manos encima, puede sentir a la llamada Old School en cosas como sus mecánicas de juego y diseño de niveles. Te comentamos que los indies no fueron considerados para este listado. Cuéntanos, ¿cuáles de ellos has disfrutado?, ¿qué otro con estas características recuerdas?.
Wolfenstein The New Order y The Old Blood es otro ejemplo de juegos de la vieja escuela que tenemos la fortuna de jugar hoy en día. El diseño de niveles y mecánicas son claro reflejo de ello, en los que hay que disparar y avanzar como en los títulos clásicos con variedad de enemigos. La dificultad es otro de los aspectos que lo distingue, siendo un reto para los jugadores más veteranos al no tener regeneración al 100%. Además, el juego no cuenta con opción multijugador en línea ya que lo primordial es ofrecer una gran campaña para un jugador. The New Order y The Old Blood son el ejemplo de cómo una serie con tanta historia puede vivir en la actualidad de la industria con gran calidad t brillar ante la fuerte competencia del género FPS.
La potencia de las actuales consolas caseras permiten que muchas veces, el único limite de los desarrolladores sea su propia imaginación y por supuesto, su destreza para crear mundos fantásticos en los que nos podemos sumergir por cientos de horas. Bajo el concepto de que lo complejo, no tiene que ser necesariamente bueno, Nintendo decidió crear Captain Toad: Treasure Tracker, título que a pesar de presentar un concepto por demás innovador, se mantiene fiel a uno de los estilos de diseño más añejos de la industria.
A lo largo de nuestra maravillosa aventura con Captain Toad y compañía, podemos ver que la gran mayoría del juego está compuesto por pantallas únicas, es decir, no se necesitan de sofisticadas técnicas de scrolling o cambios abruptos de escenas para mantener un buen ritmo. Claro, este estilo no es para todos, no obstante, quien le encuentra el sentido, seguro pasa mucho tiempo de diversión de excelente calidad.
Si hay un juego que ha podido trasladar el diseño de niveles de un Castlevania en 2D a 3D, este es Bloodborne. No sólo nos entrega un excelente y sólido gameplay de acción, también nos sorprende con una increíble dificultad que nos recuerda a los retos de antaño. Además, pocos juegos han podido imprimir esa sensación de descubrimiento que implica el abrir un atajo al final de un nivel lleno de peligros.
Existen géneros dentro de esta industria que muy probablemente, jamás cambiarán la forma en la que son presentados. Sin lugar a dudas, uno de ellos es el dungeon crawler, el cual, se compone de elementos que en estos tiempos, podrían parecer simples o sin mucho chiste, pero que en realidad, siguen vigentes gracias a la enorme base de fanáticos instalados que hay allá afuera.
Es complicado pensar en un exponente de todo lo anterior más popular que la franquicia de Blizzard, misma que a pesar de haber tenido sus problemas, consiguió seguirse levantando como la insignia del género. Diablo III no toma riesgos tan importantes y se mantiene por una línea bien conocida, esto con el objetivo de no enfurecer a sus fieles seguidores. Vieja escuela de la buena.
¿Quién dice que sólo los indies tratan de regresar a los orígenes entregándonos juegos que se olvidan de las tres dimensiones? El spin off de la franquicia Assassin’s Creed que llegó este año bajo el nombre Chronicles, nos muestra en un juego dividido en tres capítulos un gameplay que nos hace recordar al juego del que esta millonaria franquicia debe sus orígenes: Prince of Persia.
Parece que fue ayer cuando tuvimos los primeros juegos de Prince of Persia dentro de un disquete para MS-DOS, y sus mecánicas eran muy sencillas en un mundo bidimensional en el que ocurrían interesantes enfrentamientos con espadas. AC: Chronicles sin lugar a dudas evolucionó con la ventaja de hardware avanzado en décadas sobre los primeros juegos de Prince of Persia, pero muchos de sus puzzles, estructura de niveles y hasta mecánicas de combate sin lugar a dudas son provenientes de los clásicos.
Si de géneros que han sufrido una enorme cantidad de altibajos hablamos, el nombre de los survival horror salta a la mesa de manera casi inmediata. Por alguna extraña razón, cuando estos juegos vivían sus mejores momentos en tiempos del primer PlayStation, la industria comenzó a mutar hacia cosas mucho más orientadas a la acción. En un intento por mantener a los juegos de horror relevantes, Shinji Mikami nos entregó el clásico Resident Evil 4, título lanzado hace ya 10 años que cambió al medio para siempre.
A pesar de que parecía que el survival horror había encontrado la fórmula para seguir en el gusto de los consumidores, el asunto no terminó por levantar, esto en parte gracias a terribles decisiones de diseño por parte de Capcom. Debido a esto, Mikami decidió hacerse a un lado para fundar su propio estudio, el cual, nos entregó el excelente The Evil Within, juego que busca cargar con la insignia del género al aplicar todos los conceptos que fueron creados en aquella épica aventura que vivimos con Leon Kennedy en 2005.
No todos los juegos tienen que ser un antes y un después en la industria. Siempre hay espacio para juegos normales que impliquen campañas de un tiempo moderado con un reto decente. No hay mecánicas trascendentales ni esquemas rotos, sólo un sólido gameplay de RPG con acción y una historia que si buen no se quedará en nuestras mentes para siempre, sí nos dejará un buen sabor de boca por un rato.
Fuertemente criticado, este juego de PS4 es el responsable de que la consola de Sony tenga 8 gb de RAM y en muchos sentidos sirve como un tech demo. Todos lo vimos, el juego no fue muy bien recibido ni por la prensa ni por los fans y en gran parte de la culpa la tiene el hecho de que su estructura como videojuego se siente muy “viejo”.
Si Knack hubiera salido en tiempos del PSX cuando el género de las plataformas en tres dimensiones estaba naciendo, el título hubiera sido quizá muy aclamado y recordado con cariño, desafortunadamente en tiempos en el que el género ha madurado ya por 20 años que hemos recibido clases magistrales de desarrolladores como los equipos internos de Nintendo, se siente un poco fuera de lugar.
Knack conserva esa sencillez de controles y diseño de niveles que tuvieron los precursores del género, quizá la carencia de innovación fue su mayor pecado y su condena como título de lanzamiento para PS4.
Antes de todos los problemas que se vivieron entre Nintendo y Square, se lanzó un título para Super Nintendo que en poco tiempo se convirtió en todo un clásico. Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars demostró que el plomero más famoso del mundo podía protagonizar de manera exitosa un juego que no fuera de plataformas. Tras la ruptura entre las dos importantes compañías, la Gran N ha intentado mantener la tradición por medio de cosas como Paper Mario y Mario & Luigi.
La más reciente entrega de los RPG inspirados en la marca insignia de Nintendo, fue Mario & Luigi: Dream Team, juego que para muchos de nosotros, está completamente infravalorado. Dicha entrega funciona de manera casi perfecta, manteniéndose fiel a todos los conceptos presentados por su antecesor del SNES. Combates por turnos frenéticos, un maravilloso mundo por explorar y nuevas adiciones que lo mantienen fresco, convierten a este juego de 3DS en algo que se siente viejo, pero a la vez muy nuevo.
