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La palabra naco es muy usada en México para referirse a una persona o un estilo de mal gusto. Desde la forma de vestirse, hablar o las costumbres que se tienen, lo “naco” puede ser descrito como algo desagradable o explícitamente vulgar.
El origen de la palabra es confuso, desde vocablos que podrían referirse a “nopal”, anglicismos derivados de “knacken” –vocablo irlandés con el mismo significado que en México– o el hecho que se derive de la terminación de algunos locativos.
En los videojuegos tenemos varios ejemplos claros de lo naco. Desde su estilo artístico, su historia, sus personajes y muchos otros elementos, hay múltiples proyectos que claramente podemos identificar como nacos.
¿Que sea naco es malo? ¡Para nada! Tenemos experiencias geniales que con su saborcito naco y buen gameplay nos han hecho pasar grandes momentos frente a la pantalla.
El barrio en todo su esplendor. No sólo lo encuentras, doce años después, en cada esquina o hasta en el paradero de Indios Verdes. Todo, todo, todo lo que amamos de la serie está aquí, como sus personajes más emblemáticos o los combos más espectaculares, aunque gráficamente no estuvo a la altura de su época. Pese a lo anterior, para muchos es el que mejor se juega. Aunque eso de versiones hackeadas como la Magic Plus y anexos… eso sí es ñero. Pero bien que nos gusta.
Mucho antes de que Rápido y Furioso estallara con Reto Tokio ya teníamos Need for Speed Underground. La segunda entrega fue la que puso a esta sub serie en el mapa al contar con la modelo Brooke Burke, quien con su sexy voz nos entregó una de las más placenteras experiencias de… audio en un videojuego. La serie Need for Speed brilló en la época del primer Xbox, y qué decir de los bellos gráficos que en ese momento se veían “reales”.
Toda la serie de Saints Row encaja en este término o concepto de naco. Pero las últimas entregas, The Third y IV se llevan las palmas. Desde un DLC con personajes de estrellas porno como Tera Patrick hasta tomar el papel del presidente y salvar al mundo usando una Dubstep gun y poner todos a bailar. Ridículo pero increíblemente gracioso y exagerado. Eso es Saints Row y por eso está en la lista.
Sí, sabemos que Suda 51 hace juegos naquísimos, pero poner puertas bloqueadas con bellos púbicos es llegar a los extremos. Si a ello le sumamos un protagonista latino usando chamarra de cuero morada y sus manos llenas de anillos, con una calavera flamígera parlanchina como aliado son los ingredientes perfectos de un juego naco. Sus colores, sus escenarios, los enemigos, y todo lo que lo rodea, para qué seguir si podemos escribir todo un tratado de lo naco en Shadows of The Damned.
No obstante, las mentes creativas de Suda 51, Shinji Mikami (padre de Resident Evil) y la música de Akira Yamaoka lograron un gran juego que desafortunadamente pocos probaron.
La serie Dead or Alive fue creada por Tomonobu Itagaki para darle gusto a los fans. Eso lo ha dicho el mismo desarrollador. Bueno, pues pelotas pa’ la banda. De volibol en este caso. Aunque los entornos y vestimentas son muy de taller mecánico, sorprende que en realidad nos haya entregado un juego de deportes más que coherente. Al punto de ser auténticamente divertido más allá del dulce visual.
Violencia en extremo, bailarinas, mujeres, sexo, vulgaridad, palabras altisonantes y un héroe atípico contratado para salvar el mundo. Eso lo dice todo. Desde 1991 Duke Nukem se convirtió en todo un ícono de los videojuegos que además de ser divertidos, llevaron el sentido del humor y clasificación M al siguiente nivel. ¿Todavía lo sigues jugando? Sí, yo también. Todos aman al buen Duke.
¡Co-co-co-combo Breaker! La verdad, música dubstep combinada con rock pesado en escenarios post apocalípticos y animaciones noventeras sí podría ponerte a pensar antes de ponerle el juego a tus sobrinitos. Pero, ¿para qué nos engañamos? Por mucha personalidad frikiplacera que tenga Killer Instinct, el vibrar el control cada vez que conectamos un combo es incomparable.
Payasos musculosos psicópatas usando tirantes de cuero en carro de helados, automóviles llenos de picos con ruedas anchas, monster trucks, tráilers, motocicletas metaleras modificadas…. Si a todo lo anterior le agregamos mucha violencia y una historia llena clichés sobre asesinos, todo podría parecer salido de las fantasías de un redneck. Sí, es un juego muy naco pero divertidísimo y que nos ha entregado cientos de horas de diversión a lo largo de la historia de PlayStation.
Admitámoslo de una vez, la serie es un tributo al gusto culpable tanto en el cine como en los videojuegos. Hasta los mismos creadores han señalado que quieren hacer de lo sangriento un arte. Visceras, sangre y hasta componentes óseos hechos pedazos con vista de rayos X. Un matadero de personajes que, dicen, podría quedarse corto con Mortal Kombat X. Una delicia de carnicero.
Nunca es suficiente tener a los héroes y villanos de DC Comics en un videojuego. Si no se parten la choya entre ellos, no sabe igual. Saltándose todo tipo de cánones, Superman y el resto de la Liga de Justicia se machacan entre sí (y contra todos los villanos de Batman posibles) para deleite del oficinista sediento de sangre. Eso sí, con mecánicas nuevas de juego y escenarios interactivos que sirven como el chilito en las jícamas: para darle saborcito.