A inicios de los años sesenta, Metro-Goldwyn-Mayer creó una serie de televisión en la que narraba los esfuerzos de U.N.C.L.E. para erradicar los actos violentos de varias asociaciones terroristas. Los protagonistas eran el estadounidense Napoleon Solo y el soviético Illya Kuryakin, ambos agentes que contrastaban entre sí, hecho que los convierte en una pareja complementaria. La serie en total tuvo 105 episodios
Tras la caída de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, el país tuvo que ser dividido en Oriental y Occidental, un lado dominado por los Estados Unidos y otro por la Unión Soviética. Los militares ocuparon todo el territorio con el objetivo de reunificar al país, pero lo único que provocaron fue más conflicto y la construcción del Muro de Berlín.
A partir de estos antecedentes históricos e histriónicos, Guy Ritchie (RocknRolla; Snatch: Cerdos y Diamantes, Sherlock Holmes) toma la responsabilidad de dar vida a esta narrativa ahora en forma de largometraje. Ya hemos visto que este director es especialista para armar un buen ambiente en el género de espías y con una combinación de aventura, acción y comedia, The Man From U.N.C.L.E. es la opción perfecta para satisfacer esos deseos de hacer empatía con dos personajes legendarios de la televisión.
Ya adelantamos unos párrafos arriba la época histórica en la que nos encontramos. Todo sucede años después de la caída de Alemania a manos de los aliados y ya con el Muro de Berlín dividiendo la nación germana. Napoleon Solo (Henry Cavill) es un norteamericano muy talentoso, ex militar, demasiado inteligente y hábil como para seguir con las órdenes de su armada, sus aptitudes son tan buenas (cosa que él sabía perfectamente) que decide robar arte con gran maestría y venderlas en el mercado negro. Tristemente para Solo, lo detienen y es obligado a cumplir con una condena de varios años de cárcel, sin embargo, la única forma de redención es cooperar con los Estados Unidos siendo un agente secreto y buscar – suena muy trillado – salvar el mundo.
El primer objetivo es Gaby (Alicia Vikander), una hermosa mujer mecánica hija de un increíble ingeniero armamentista desaparecido. Esta chica vive en Alemania del Este, fuertemente vigilada por el sector soviético, y la idea es recuperarla para poder dar con su padre y así evitar el crecimiento de armamento nuclear por un grupo terrorista.
La contraparte de Napoleon Solo es Illya Kuryakin (Armie Hammer), agente ruso que debe impedir que lleven a Vikander a Alemania Occidental, ahí estaría fuera de alcance y darle ventaja a los Estados Unidos. Kuryakin es el complemento perfecto de Solo, es alto, sobrio, violento y con traumas que resaltan en el trabajo. Él es rápido, y posee fuerza sobrehumana, con habilidades de combate bastante precisos.
Illya y Napoleon se enfrascan en una persecución bastante entretenida y al final terminarán trabajando juntos, cada uno con su manera de moverse y con su propia personalidad. Juntos buscarán darle final a estos grupos terroristas nazis italianos.
Daniel Pemberton fue el maestro que consiguió darle a la película un toque único y muy sesentero. Con precisión de cirujano, creó y acomodó la música en un ambiente de acción y comedia que nos mantienen en todo momento a la expectativa de lo que va a suceder. Todo el audio que envuelve la película está muy bien justificado, apoya a la narrativa en todo momento para no perder la atención que proyectamos hacia el filme.
Las escenas no son para nada forzadas, todo fluye conforme a la historia, no se siente pesada en ningún momento, apoyadas en 116 minutos por la música. Música de antaño, canciones propias, todo se fusiona en un gran elemento para transportarnos a la época de la Guerra Fría.
Hoy en día abunda la escasez de buena comedia blanca, sin necesidad de usar elementos burdos y vulgares; en nuestro continente nos tienen acostumbrados a un humor estadounidense (y no está mal, en ocasiones es divertida), pero cuántas veces hemos visto una buena película de espías que no sea completamente de acción, con explosiones sin sentido o persecuciones complementadas con armamento militar pesado. Bueno, sin nos vemos estrictos, las películas de espionaje occidentales como Misión Imposible son bastante buenas, aunque son dos conceptos diferentes de humor.
Guy Ritchie también agrega en la narrativa el concepto de femme fatale, una villana italiana llamada Victoria Vinciguerra (Elizabeth Debicki). Esta mujer es adinerada y hermosa, con un liderazgo notorio, sobre todo sobre su marido. Ella sabe que lo tiene todo, pero es ambiciosa y su meta primordial es la premisa básica de conquistar al mundo. A pesar de ser una mujer inteligente, se verá en bastantes predicamentos al enfrentarse con los interpretados por Cavill y Hammer.
Con una divertida historia apoyada de referencias históricas, podemos decir que The Man from U.N.C.L.E. es un buen referente del género. Con grandes aciertos en fotografía, buenos encuadres, tomas dinámicas y rápidas, buen audio y Original Soundtrack, actuaciones creíbles. Podemos ver que a Cavill le queda perfecto este tipo de papeles elegantes, más ad hoc que lo que fue Superman.
Un gran acierto en la elección del elenco. Una dirección de Guy Ritchie muy a su estilo, hilarante y con personajes seductores, en todo momento.
Las referencias del pasado alemán si bien abundan al principio, no son tan determinantes dentro de la historia.
Si lo tuyo son las escenas de acción y peleas, no te preocupes, este filme las tiene… muy a su manera. Recomendada.