La polémica salga de hack and slash de Koei Tecmo que recibe una nueva entrega varias veces al año tuvo dos lanzamientos el mismo mes en América. Por un lado recibimos la versión portátil de Hyrule Warriors, mientras que pocos días antes llegó el tercer Empires de Samurai Warriors.
A diferencia de sus hermanos mayores de la franquicia principal que se vuelcan totalmente en el gameplay de acción, la sub saga Empires presenta una especie de simulador de conquista, en el que seguimos historias y personajes conocidos de la era feudal japonesa a través de varias temporadas de expansión militar.
Samurai Warriors 4 Empires no representa una evolución en la serie, tampoco presenta nuevos personajes. Simplemente le da una perspectiva nueva a las historias de los distintos clanes que ya conocemos y ofrece un mayor protagonismo a diversos héroes que tal vez no brillaron tanto en juegos anteriores.
Varios aspectos del gameplay fueron modificados para ofrecer una experiencia mucho más precisa en cuestión de simulación. La manera de disfrutar la campaña de este juego es a través del Empire Mode, en el que podemos seleccionar entre dos escenarios y elegir un clan con sus respectivos personajes para guiarlos en una lucha por el poder y la conquista. Seleccionamos una región de Japón en la cual comenzar y de manera ambiciosamente abierta podemos ir expandiendo nuestra influencia y conquistando territorios que ocupan clanes rivales.
Esto por supuesto desemboca en un gameplay totalmente distinto dependiendo de las decisiones del jugador. Comenzar con el clan Takeda nos permitirá tener ciertas ventajas en los combates, mientras que si decidimos usar otro clan tal vez nuestras fortalezas se vuelquen sobre lo económico y lo político.
El Empire Mode se juega así: una vez que seleccionamos una región en la cual comenzar nuestra expansión y un clan para controlar, entramos a un modo de batalla en el que podemos enfocarnos en conquistar un castillo, dominar un territorio y vencer oficiales rivales ya sea para eliminarlos o reclutarlos a nuestro ejército. Al tener una menor carga narrativa guiada por los productores, las batallas tienen menos diálogos y por lo tanto peso argumental, ya que ese se lo otorga el jugador de manera voluntaria.
Entre estas fases de combate se llevan a cabo turnos políticos en el que debemos tomar decisiones. Entre ellas, a qué oficial subimos de nivel, cuánto invertimos en comida, armas y entrenamiento, qué oficiales dejamos a cargo de qué tareas y a qué otros clanes declaramos la guerra. Todas estas decisiones se sienten reales y tienen impacto directo en nuestro desempeño militar. Si no invertimos en comida, cuando llega el otoño no hay tanta cosecha y nuestra fuerza como ejército desciende. Si decidimos asesinar a todos nuestros prisioneros de guerra, podríamos quedarnos sin grandes aliados pero infundiríamos más miedo en nuestros enemigos. Samurai Warriors 4 Empires de verdad te hace sentir como todo un estratega militar.
Por si tener el control no fuera suficiente, también es posible modelar a nuestro propio héroe gracias a un sofisticado sistema de creación de personajes. Por otro lado, existen banderas y estandartes con los que podemos darle mayor personalidad a nuestro ejército. Con detalles como estos y la posibilidad de diversos héroes contraigan matrimonio y tengan líneas de diálogo en combate dependiendo del nivel de relación de sus compañeros se logra una atmósfera inmersiva que más de uno agradecerá.
Desafortunadamente, quien sea que quiera una historia interesante y conocer por primera vez la serie Samurai Warriors, tal vez esta no sea su mejor opción. El aspecto narrativo es demasiado flojo, y no necesariamente debe ser algo malo, ya que obedece a la naturaleza del juego que busca apostar por la simulación. Mejor dicho, se trata de una especie de juego de mesa en el que el jugador crea su propia historia, y más aún si se juega el Genesis Mode en el que el territorio, los personajes, la dificultad y el emplazamiento de los distintos clanes es decisión total del jugador.
La mala noticia viene al probar uno de los aspectos fundamentales de cualquier videojuego, el gameplay. A diferencia de otros Warriors que con cada entrega buscan sofisticar más su esquema de control y añadir capas de jugabilidad para hacer los desafíos más interesantes, es justamente en este apartado en el que Samurai Warriors 4 Empires flojea más. Imaginen un Mario Party en el que los minijuegos no sean divertidos; juegas cada turno pero al final lo que quieres es la verdadera carnita del título, y al final te llevas una terrible decepción.
Si de por sí en el género hack and slash ya es muy difícil evolucionar y mantener un gameplay que no sea repetitivo, Samurai Warriors 4 Empires no hace ningún esfuerzo por entregar una experiencia sólida en este aspecto. Machacar los mismos botones una y otra vez en escenarios sumamente similares con líneas de diálogo genéricas y nula variedad de enemigos es una tarea verdaderamente tediosa, únicamente balanceada por el aspecto estratégico que se encuentra fuera de las zonas de combate.
Si ya posees Samurai Warriors 4 o Samurai Warriors 4-II, muy probablemente tengas suficiente con esas experiencias en cuestión de narrativa y gameplay. Recomiendo jugar este título solamente si eres entusiasta de los juegos de mesa y de estrategia, y si piensas entrarle a los Warriors por primera vez, sería mucho mejor idea voltear a ver otros títulos de la serie.
