Un nuevo año inicia y con él la promesa para que por fin comiencen las nuevas emociones con Dragon Ball Super. Sin embargo y previo a ello, todavía debemos de concluir con la saga actual de la serie, misma que si bien muchos ya conocemos de antemano esta nos ha sorprendido con varias secuencias e ideas nuevas, de las cuales por desgracia algunas no han sido bien implementadas o no han logrado estar a la altura de lo que se ha esperado. El episodio de esta semana, lamentablemente, cae dentro de estas últimas descripciones.
Recapitulemos un poco. Hace dos semanas, durante su último episodio del 2015, Dragon Ball Super nos dejó en medio del enfrentamiento que continúan liberando Gokú y Freezer, los cuales habían decidido recurrir a sus fases más poderosas para hacer de éste algo mucho más interesante. Si bien nuestro héroe en su nueva fase Super Saiyajin Dios Super Saiyajin logró causarle algunos problemas a su oponente, no fue sino hasta que el emperador del espacio accedió a su etapa de Golden Freezer que las cosas se voltearon.
Tras acceder a ella, Golden Freezer comenzó a tomar la batuta de la pelea sin mucho problema y a poner a Gokú contra las cuerdas. El saiyajin poco a poco se empezó a ver rezagado y, conforme pasaban los minutos, parecía que no podría anteponerse a su rival, el cual increíblemente lo estaba superando en muchos sentidos.
Es precisamente dentro de esta situación donde reinicia la serie, con un Gokú cada vez más endeble ante un Freezer que no demuestra compasión por él, con un enorme rencor y desesperación por querer acabar con él cuanto antes. A lo largo de buena parte de la primera mitad del capítulo vemos como el villano somete más a su rival mientras que éste, exhausto, demuestra no poder equipararlo.
Sin embargo, la aparente ventaja del ente dorado llega a un punto en el cual, tras cierto tiempo, comienza a perder fuerza en cada ataque. Gokú, pese a aparentar iba perdiendo, logró encontrar la principal debilidad de Freezer la cual consistía en la elevada energía que su nueva transformación consumía. Si bien durante muchos momentos en verdad se encontró en desventaja, nuestro héroe prefirió alargar la batalla hasta el punto idóneo para corroborar sus sospechas sobre su rival, mismas que terminaron por ser reales.
Es así como, de un momento para otro, la balanza se inclinó a favor del saiyajin. Los ataques de Freezer, por más letales que parecieran ser, dejaban de surtir efecto gracias a que el tiempo transcurrido de su transformación lo habían llevado a su límite. Tras esto, tan sólo le bastaron a Gokú un par de ataques para poner al conquistador contra las cuerdas.
Tras percatarse de que las palabras de su odiado rival eran ciertas. Freezer rápidamente ideo una estrategia secundaria junto a Sorbet en el cual esperarían a que Gokú lograse bajar la guardia para sorprenderlo con un ataque por la espalda. Dicho momento no tardó en presentarse y, justamente cuando nuestro héroe volvía a darle al oportunidad de escapar con vida, el asistente del recién revivido emperador le disparó un ataque por detrás que acabó por traspasarlo.
Una vez más y en cuestión de segundos las cosas volvía a ponerse a favor de Freezer, quien no dudó en aprovechar que su oponente cayó en su cobarde trampa para comenzar a torturarlo. Las cosas parecía se volverían a complicar para los guerreros Z cuando Freezer ahora si se disponía a culminar con su venganza. Sin embargo y justamente antes de culminar con su plan, Vegeta por fin se animó a interceder en la pelea, amenazando al villano con ahora ser él quien lo enfrentaría y lo asesinaría.
Fue así como concluyó el primer capítulo de Dragon Ball Super de este año, uno que decidió guardarse las sorpresas para mejor ocasión y siguió la trama lo más apegada posible a lo que vimos en la cinta de La resurrección de Freezer. Como tal al episodio no se le podría tachar como malo ya que logró cumplir al ofrecernos mucha acción, intervenciones secundarias modestas pero acertadas, y relegó los momentos cómicos a lo más mínimo y discreto posible. Estuvo bien, pero a secas.
Sin embargo, sorprende demasiado que el único error que le vimos en éste fue el más grave de todos y se hizo presente en prácticamente toda la duración del episodio: la animación. De nueva cuenta esta semana fuimos testigos de varias secuencias e ilustraciones que demostraron el poco detalle y la prisa con la cual se está produciendo la serie. Rostros y cuerpos deformes, expresiones exageradas o extrañas, o inconsistencias entre las transiciones, estuvieron presentes en muchos momentos del capítulo
Aunque hemos de admitir que las animaciones en cuestión no estuvieron tan horribles y espeluznantes como los del ya infame episodio cinco, resulta imposible ignorar el hecho de que la serie haya iniciado el año con un episodio sobrio que se ve opacado por la cuestionable animación.
De esta forma terminamos con el resumen semanal de Dragon Ball Super. ¿A ustedes qué les pareció el episodio? Les recordamos que si son de los que se siguen quejando de lo aburrido o predecible que es la serie, dentro de dos semanas estaremos adentrándonos a nuevos territorios puesto que por fin comenzará la transmisión de la tercera saga de la serie, misma que nos ofrecerá una historia totalmente original.
Nos vemos la próxima semana, dragonboleros.
