¿Les encantó lo sorpresivo que fue el capítulo anterior de Dragon Ball Super? Si es así entonces están de suerte. Por segunda semana consecutiva, la serie nos ha ofrecido un capítulo repleto de secuencias nuevas que, inclusive, nunca hicieron su aparición el film de La resurrección de Freezer y que estamos seguros muchos fans disfrutarán y hasta les harán recordar aquellos buenos tiempos de Dragon Ball Z. (SPOILERS)
Tal y como se nos anunció desde el final del episodio anterior, este capítulo estuvo enfocado en mostrarnos las habilidades de Tagoma, el soldado más fuerte dentro de la reducida armada de Freezer. O bueno, al menos eso parecía desde el inicio.
Cuando el maligno guerrero se postró frente a nuestros héroes, todos rápidamente se percataron de que éste contaba con un ki increíble, muy por encima del de los demás soldados. Picoro, sabiendo de que éste oponente era un ser de cuidado, decidió ser el primero en combatirlo al lanzarse hacia él con un contundente golpe. Sin embargo, Tagoma pronto demostró de lo que era capaz tras el entrenamiento con Freezer al no sólo soportar el duro golpe del namekusei, sino además de aprovechar su descuido para arrancarle su brazo. ¡Así es la violencia “fuerte” hizo su aparición por primera vez en la serie!
Tras observar el poder del invasor, Gohan y los demás guerreros comenzaron a analizar opciones con las cuales pudiesen asaltar a su adversario, el cual se veía seguro de que podría con todos los guerreros Z al mismo tiempo. Sin embargo y como primer plot-twist de episodio (así es, el primero de muchos), apareció Gotenks de la nada para encestar un certero golpe bajo en Tagoma, mismo que lo mandó a volar y lo dejó retorciéndose de dolor. Tras su sorpresiva aparición, los fusionados Goten y Trunks se dispusieron a enfrentar al mismísimo Freezer sólo que, para su infortunio, el periodo de la fusión concluyó, regresándolos así a su etapa común.
Mientras esto sucedía se presentó el segundo revés en la trama del capítulo. Mientras Tagoma se intentaba reincorporar tras recibir el golpe, la rana en la cual se ha encontrado habitando por varios años el comandante Ginyu apareció frente a él y, con un ligero truco, logró hacer que el soldado activase su técnica de cambio. En cuestión de segundos el comandante de las fuerzas especiales de Freezer intercambió de cuerpos con Tagoma, movimiento que le hizo saber de inmediato a su perverso líder. ¡Su verdadero hombre de confianza, su soldado más fuerte, había vuelto dentro del cuerpo de su guerrero más poderoso en ese momento!
Freezer no pudo demostrar sentirse más que complacido por ello, lo cual quedó demostrado todavía más cuando vio con gusto la manera en la que Ginyu les pasaba por encima a los guerreros Z sin mucho problema. Sabiendo que su enemigo ahora era mucho más peligros que hace unos instantes, Gohan se levantó los embates y se transformó en Super Saiyajin con la firme intención de enfrentarlo por su cuenta.
Mientras esto ocurría, Gokú y Vegeta continuaban con su entrenamiento, ahora dentro de una misteriosa dimensión a la cual Bills y Wiss los habían enviado. Dentro de su breve aparición, nuestros héroes pudieron percatarse de que ésta se sentía como un lugar similar al de la habitación del tiempo. Sin embargo y aunque consiguieron descifrar la propia naturaleza del enigmático lugar, pronto comenzaron a idear maneras para salir del mismo aunque a sabiendas de que escapar de ahí formaba parte de su entrenamiento.
Volviendo a la Tierra, Gohan comenzó su breve combate frente a Ginyu, mismo que gracias a los enormes poderes del Saiyajin terminó tras unos cuantos golpes a su favor. Teniendo la ventaja de su lado con la oportunidad de poder terminar con el resurgido comandante espacial de un solo ataque, el padre de la recién nacida Videl opta por advertirle a su rival para que escape de la Tierra con vida ahora que todavía tenían tiempo de hacerlo. Esta simple pero fuerte actitud no pasó desapercibida por Freezer quien no pudo evitar recordar la misma humillación que Gokú le hizo en su enfrentamiento en Namekusei.
La furia invadió al revivido emperador del espacio. De manera instintiva y con un enorme resentimiento hacia su pasado, Freezer comenzó a torturar a Gohan al lanzarle diversos disparos de energía con sus dedos, mismos a los que éste no pudo resistir y terminaron por derribar por completo. Una vez en el suelo, el maligno conquistador le mencionó que el no toleraría que una humillación similar hacia su ejército se volviera a llevar a cabo por parte de un saiyajin y que su osadía lo había convencido de ser él quien terminara por acabar con él.
Con un cuerpo tendido y lastimado y un Freezer decidido a eliminarlo, Gohan se resignó a recibir el ataque final del villano. Sin embargo y como tercer plot-twist del episodio, Picoro acudió a recibir el disparo por él, recreando de forma similar el sacrificio que hizo en el pasado cuando lo protegió del ataque de Nappa, cuando Gohan apenas era un niño.
Es así como terminó un episodio repleto de acción y reveses de Dragon Ball Super. Si el capítulo pasado dejó satisfechos a muchos por haber demostrado que Akira Toriyama todavía se estaba atreviendo a hacer movimientos arriesgados, estamos seguros de que éste también lo hará. ¿Y quién no lo haría después de ver tantas sorpresas y volteretas en poco menos de 20 minutos?
En menos de media hora el episodio nos mostró tres reveses que cambiaron el rumbo por completo por donde se iría la trama del mismo. Sí, es verdad que muchos ya nos augurábamos más o menos lo que en éste se expondría tras el adelanto de la semana anterior, pero en definitiva nunca pensamos en la forma en la que éste se desarrollaría ni mucho menos en la que acabaría. O vamos, ¿acaso se imaginaban que Ginyu regresaría de esa forma o que Picoro volvería a hacer un sacrificio tan conmovedor como el de la saga de los Saiyajin? Al menos nosotros no.
El capítulo nos dejó más que satisfechos por lo impredecible que fue, pero con todo y eso no podemos decir que éste ha sido el mejor episodio de toda la serie actual. Si bien es cierto que éste es el que quizá más se ha acercado a la fórmula original del antiguo Dragon Ball Z, no podemos evitar sentir que hay varios aspectos que pudieron mejorarse. Por ejemplo, sentimos que fue desaprovechada la aparición de Goten y Trunks en este episodio, ya que su llegada solamente se hizo para justificar un gag que, a la postre, serviría para generar uno de los reveses de la trama.
Otro elemento que nos llamó la atención fue la cantidad de reveses expuestos en el capítulo. Mientras que muchos han agradecido (y otros no tanto) que la serie vaya mucho más rápido que la original, en esta ocasión se percibió que fueron demasiados los contenidos los que se proyectaron. ¿Acaso no hubiera sido más épico tener un enfrentamiento más duradero y fuerte entre Gohan y Ginyu en lugar del que vimos ahora? ¿Qué tal si en esta ocasión nos hubiéramos enfocado en ver solamente a Tagoma y sus inmensos poderes? ¡Ambos villanos necesitan ser abordados todavía más!
Siguiendo bajo las dos últimas ideas, sentimos que se recurrió mucho a las secuencias de comedia (o gags) en momentos que hubiera sido preferible un tono mucho más serio, algo que hasta ahora le ha hecho mucha falta a DBS. De hecho es precisamente gracias a este aspecto que nos resultó un tanto complicado creer que Tagoma y Ginyu eran enemigos de cuidado cuando, de un momento a otro, los pintaron como unos payasos o debiluchos.
Por último y aunque fuerte y sorpresivo, sentimos que el final no fue tan épico como hubiéramos esperado. No, no negaremos que ese sacrificio de Picoro en el final nos tomó desprevenidos ni nos hizo conmovernos, pero la forma en la que se abordó, casi de manera abrupta, no fue la más idónea para un momento tan emotivo. Aunque excelente, pudo haber sido aprovechado todavía más de lo que fue.
Es así como terminamos con un resumen más del capítulo más de Dragon Ball Super ¿Qué les pareció? ¿Se esperaban que la serie nos ofreciera en esta semana tantas sorpresas en poco tiempo? No olviden compartirnos sus impresiones en la caja de comentarios.
¡Nos vemos la próxima semana dragon boleros!
