Dragon Quest XI fue uno de los juegos más aclamados y mejor evaluados que se salieron a la venta en Japón el año pasado. Obviamente esto no debería de extrañarnos ya que se trata de la nueva entrega de una de las series más queridas e icónicas de la industria de videojuegos japonesa y una que es venerada por prácticamente cualquier nipón; vaya, simplemente no hay ningún japonés que no haya jugado ni disfrutado de, cuando menos, una de sus entregas.
Ahora y a poco más de un año de su lanzamiento en el país del sol naciente, Square Enix por fin se encuentra listo para traer a Occidente ese juego que se convirtió en sensación en su nación de origen. Sabemos muy bien lo que muchos están pensando: ¿no es algo tarde como para darnos un título como éste que prácticamente ya disfrutó todo un país? Pues a decir verdad no del todo ya que existen varias razones importantes por las que no se decidió localizar sino hasta ahora. Pero , ¿cómo cuáles?
Hace uno días tuvimos la oportunidad de asistir a una breve presentación del juego en las oficinas de Square Enix en México y, si bien sólo pudimos ver el título por unos cuantos minutos, el tiempo que pasamos con él nos bastó para darnos cuenta que hay motivos de sobra por los que deberías estar emocionado por él. Acá te contamos de algunos de ellos.
Uno de los elementos que ha distinguido siempre a la serie de Dragon Quest es su historia, la cual pese a cambiar con cada entrega siempre sigue un mismo patrón; es decir, la de centrar su narración en un héroe que, tras descubrir que es el elegido para salvar al mundo, se lanza en un viaje en el que va conociendo a diversos compañeros que lo ayudarán en su travesía y con los que luchará en contra de las fuerzas del mal para así restaurar el orden y la paz.
En el caso de Dragon Quest XI, la historia sigue esta misma línea aunque cuenta con un nuevo elemento que le da frescura a la narrativa y que consiste en el rechazo hacia su persona; en lugar de ser visto como un salvador, el protagonista es considerado por muchos como una amenaza y hasta como el posible punto de origen de todo la maldad que cubre al mundo. ¿Qué es lo que podemos hacer cuando todos te dan la espalda desde el inicio sin saber las causas exactas de ello? Eso es lo que precisamente descubriremos en el juego a través de este relato que, aún y con todos los elementos y referencias retomadas de la serie en general, podrá ser disfrutado por cualquier persona sin problema alguno.
Comparado con otras franquicias, Dragon Quest ha sido una de cuyas entregas principales siempre han mantenido un esquema de juego idéntico en prácticamente toda su historia. En este sentido, DQXI consiste de un JRPG por turnos en el que tomamos el control de un equipo de hasta cuatro integrantes, todos ellos con una amplia gama de ataques y habilidades, y de cuyos combates requieren de cierta atención y estrategia para así lograr salir avantes de cualquier imprevisto.
A los fans veteranos la estructura del gameplay les resultará más que familiar, aunque eso no significa que no encontrarán nada nuevo que los sorprenda. Por mencionar algunos ejemplos, la perspectiva de los duelos ahora abarca más campo y permite apreciar de manera simultánea tanto a los personajes como a los enemigos a los que se enfrentan; todos y cada uno de los oponentes tendrán una animación de inicio; se puede cambiar el equipamiento de cada uno de los personajes en tiempo real durante los duelos (y sin penalización alguna de turnos); e incluso se añadió un modo que no permite mover a los miembros del equipo dentro del campo de pelea para que así puedan atacar al rival que deseemos. Se tratan pues de adiciones que, aunque simples, le brindan mayor vida y dinamismo a una fórmula que lucía consagrada.
Otro sello distintivo de la franquicia de DQ es el de su apartado artístico y visual en el que se combinan mundos fantásticos y coloridos (propio de un cuento medieval) con personajes caricaturescos de diseños llamativos (hechos por el propio Akira Toriyama) y amplias personalidades. Dragon Quest XI no es la excepción a esta fórmula, pero da un paso más al ofrecer escenarios altamente detallados, mejor estructurados y con más elementos interactivos.
Durante mi encuentro con el juego apenas y pude ver una pequeña sección del enorme mundo de Lotozetasia que aquí exploraremos, pero siento que eso me bastó para percatarme del enorme trabajo que el equipo de desarrollo realizó para la ocasión. Creo que no exagero al decirles que no me había sorprendido tanto con un mundo de la serie desde Dragon Quest VIII en PS2 y todo debido al enorme potencial que ofrece el PS4 (y la PC). En verdad resulta impresionante admirar la manera en la que el equipo creativo logró crear ambientes tan majestuosos y asombrosos como los que vi pero sin alienar la personalidad de la saga. Si así me quedé con sólo un fragmento del mundo, no puedo ni imaginarme lo que nos espera en el juego final.
Como todo buen JRPG, Dragon Quest XI contará con una historia central que, cuando menos, tiene una duración de 80 horas. Pero si a eso le sumamos que hay ciento de misiones alternas por realizar, lugares por visitar, jefes y enemigos por enfrentar, o secretos por descubrir, entonces el tiempo de juego se extiende sin mucho problema a las más de 100 horas sin problema alguno.
En una época como la de ahora en la que se suele criticar mucho la corta duración de los juegos, sorprende ver que aún haya series que se mantengan fieles a su historia y legado al seguir ofreciendo propuestas de larga duración. Aún más asombroso resulta el hecho de que lo hagan al tiempo de que abrasan muchas de las bondades del desarrollo actual como lo hace Dragon Quest XI y eso, en definitiva, es algo que le añade un valor adicional al producto.
Pese a ser muy bien recibido en Japón, tras su salida hubo algunos puntos en los que los jugadores creían que fallaba Dragon Quest XI. Con tal de no repetir el mismo error de este lado del mundo, Square Enix añadió algunas cosas extras que no están presentes en el juego original japonés y que ayudarán a mejorar la experiencia.
Algunos de esos elementos extras son las actuaciones de voz en inglés (y con acento británico) que le dan mayor identidad a la aventura (porque recordemos, el juego japonés carecía de voces); interfaces mejoradas y pulidas que hacen que todo sea más vistoso, intuitivo y comprensible para el jugador; función para desplazarse más rápido; o un modo cámara con el que será posible jugar y apreciar con más detalle el rico mundo del juego.
Si tuviéramos que decirlo de alguna manera, podríamos considerar a ésta como la versión definitiva de Dragon Quest XI que habrá en el mercado.
Seguramente hasta este punto habrá algunos fans que podrían pensar que el título no ofrecerá mucho reto para los jugadores más experimentados. Consciente de que esto podría ser un problema, Square Enix decidió aprovechar el tiempo de localización adicional para así añadir más contenidos con los que puedan satisfacer a aquellos usuarios que buscan algo que en verdad ponga a prueba sus destrezas.
A saber, dentro de la versión final de Dragon Quest XI para Occidente podremos encontrar un modo conocido como Draconian Quest en el que se aumentará el nivel de dificultad de la aventura de manera considerable. Asimismo, se añadirán algunos jefes y calabozos nuevos que, en conjunto a la modalidad mencionada, prometen darle algo para entretener a los amantes de los retos.