Texto: Ameyalli Hernández
La euforia por Pokémon Go sigue bastante fuerte en nuestro país desde que se anunció su llegada al mercado mundial y nacional. Muchos entrenadores mexicanos empezaron a jugarlo de forma ilegal y otros tantos apenas y comenzaron a usarlo de manera oficial, pero sin importar el modo en que hayas empezado se puede decir que cada jugador va acumulando experiencias frustrantes, increíbles y hasta sorprendentes.
Por medio de este portal les iré documentando las travesías que estaré viviendo como una solitaria entrenadora Pokémon que camina por las calles de la ciudad de México. Con cada una de mis anécdotas les relataré varias cosas como lo son los mitos sobre los trucos, los lugares en donde pueden encontrar diferentes especies de Pokemons, las mil formas en las que pueden terminar lastimados por jugarlo (a mí, por ejemplo, casi me atropellan en la bici por querer atrapar a un Oddish), y muchas de las dificultades que se me presentan día a día (como estar encerrada en una oficina entre semana) para llegar a ser la mejor maestra Pokémon.
Espero que con este diario se puedan identificar con mis aventuras, lleguemos a generar una conexión como jugadores y, tal vez, iniciemos un pokeamistad – lo siento, el juego es la única forma que me ha servido para socializar en esta vida-. En fin, espero pueda contar con su apoyo en este nuevo proyecto.
Lamentablemente mi perfil de juego no empieza desde cero, pero les presento cómo me encuentro actualmente para que podamos ver el crecimiento desde este momento.
Querido pokediario:
El día de hoy me siento muy frustrada. ¿La razón? El día de ayer venía jugando Pokémon Go en el camión mientras recorría el mismo camino que me lleva de la oficina a mi casa y, durante el trayecto, encontré dos gimnasios con niveles muy bajos. Uno de ellos pertenecía al equipo azul y el otro al del bando amarillo. Cuando los vi me percaté de que los godínez de Santa Fe (zona en la que trabajo) no entienden que aún no llegan a un nivel alto como para posicionarse en un gimnasio y fue por ello que me decidí tomarlos.
Tuve tanta suerte que el camión se detuviera en un alto para poder luchar y tener la oportunidad de convertir al gym a color rojo. Como en cada pelea utilice a mi hermoso Vaporeon de un nivel PC 1714 y, obviamente, gané la batalla con facilidad. Sin embargo, mi mala suerte provocó que no me diera cuenta de que el camión estaba avanzando y al momento de quise posicionar uno de mis pokémon más fuertes en él descubrí que era demasiado tarde. Me encontraba ya lejos del gimnasio me quedé sin la oportunidad de quedarme con el título del líder del gimnasio.
Deje el gimnasio en blanco, lo cual se convirtió en una enorme oportunidad para un dude que no desaprovechó la ocasión para poner uno de sus pokémon de nivel bajo y sin hacer algún esfuerzo. Fue bastante triste pero, lo peor, es que esto no me sucedió una vez, ¡sino dos! Fue así que aprendí a no pelear mientras voy en el transporte público.
De seguro te estás preguntando: ¿Por qué me cuentas algo que sucedió ayer? Simple. Porque hoy que venia regresando de mi hora de comida me encontré con un líder de gimnasio cuyo pokémon era un Magikarp con un PC de 133. Eso me hizo pensar que es una mala broma o que Niantic de seguro me odia porqué, seguramente, los gimnasios que dejé en blanco terminaron con algo parecido.
Al parecer no todos los jugadores nos tomamos tan enserio nuestro papel.
Tenía que escribir mi frustración en alguna parte. Sólo espero que el día de hoy en la Alameda tenga mejor suerte para evolucionar a mi Vulpix y que en mi huevo de 10 km por fin me dé un Dratini. Ya pronto te estaré contando más de mis pokeaventuras.
Nos estamos leyendo.
Con amor, Pokelady.
