Carl Magnus Helgegren, periodista sueco, tomó una decisión interesante luego de que sus hijos Leo, de 10 años, y Frank, de 11, pidieran de regalo Call of Duty: Ghosts. En lugar de sólo comprar el juego, prefirió llevarlos directamente a una zona real de conflicto.
De acuerdo con el periodista, accedería a comprarles el título de Activision sólo si alcanzaban a comprender la dimensión real de los temas que reflejaba. Es decir, la guerra y la ocupación militar.
Luego de considerar destinos como Afganistán o Irak para que atestiguaran las consecuencias de la guerra, se decidió por los territorios ocupados por Israel. El viaje fue en abril pasado, meses antes de que estallara la violencia entre Hamas y las Fuerzas Israelíes de Defensa en la franja de Gaza. Por tanto, resultaba en aquellos días el territorio más seguro entre las opciones tomadas en cuenta.
De acuerdo con declaraciones de Helgegren al diario británico The Guardian, el objetivo del viaje no era traumatizar a los niños. Aunque también visitaron a una familia israelí, acudieron a museos y disfrutaron del zoológico, el punto central del paseo fueron las experiencias en el campo de refugiados de Shuafat y los Altos del Golán.
El campo de refugiados de Shuafat se encuentra en la parte Este de Jerusalén, cerca del muro que divide a Israel del territorio en disputa conocido como Cisjordania. El reportero comentó que el acudir a esta zona fue lo que más los afectó de todo el viaje.
“La gente quema basura en la calle y, en la clínica, el gerente les dijo: ‘Estamos cosiendo diario a niños que son golpeados en la cabeza con la culata de una pistola”, narró el periodista.
“Estaban muy tristes. Mi hijo más joven quería traer su pistola de aire y defender a los niños del lugar”, añadió. “Le dije: ‘Debes considerar que la razón por la cual están aquí es porque alguien trajo una pistola primero, por lo que traer otra no arregla nada’“.
Los Altos del Golán son una región que anteriormente formaba parte de Siria, la cual ahora es ocupada por Israel luego de vencer en la Guerra de los Seis Días en 1967. Ahí, Helgegren le contó a sus hijos de los ataques con armas químicas en Damasco, capital siria que se encuentra a 40 kilómetros del lugar.
El periodista señaló que, actualmente, muchos padres se preguntan como hacer que sus hijos dejen de estar encerrados en sus cuartos jugando. Ante esto, comenta que les pedirá hacerse responsables de lo que sus hijos juegan.
“Creo que les debemos esto a nuestros niños. Si los mantenemos igorantes, no podemos creer que el mundo va a cambiar. Si no saben, ¿cómo van a tomar una postura de cambio?”, comentó.
Está de más decir que la decisión del periodista sueco se aleja de lo que la mayoría de los padres en el planeta pueden costear. Sin embargo, resulta interesante la forma tan radical en que presentó la guerra a sus hijos. Y, por supuesto, que casi cualquiera preferiría estar seguro en casa disparando a soldados virtuales que en una zona de guerra.
Por lo pronto, Leo y Frank ya no tienen ganas de jugar Call of Duty. Al menos eso dice su papá. ¿Estás de acuerdo con sus métodos educativos?
Fuente: The Guardian