Algo que no se puede negar, es el hecho de que Fortnite de ha convertido en el videojuego del momento, pues nadie lo ha logrado bajar de su pedestal desde su transformación en un battle royale free to play, el cual se va actualizando por temporadas para que se sienta fresco de manera constante. Y claro, dentro de este hay pagos que se pueden hacer con dinero real, ya sea comprando el pase de batalla con personajes incluidos o algunas mejoras que pueden ayudar a los jugadores a mejorar su estilo de control.
Por su parte, hay menores de edad que no tienen la posibilidad de hacer gastos de este tipo en la plataforma de su preferencia, y eso nos lleva a un estudio que se ha llevado a cabo en Noruega, mismo que establece que estos jugadores selectos sufren de acoso y presión social por estar a la par de compañeros jugadores que sí hacen el desembolso. Y es que según los datos recopilados las skins pueden tener un impacto fuerte, dado que con el tiempo pueden salir de la tienda y no volver nunca o hasta dentro de muchos meses.
Aquí lo mencionado:
Los niños pueden experimentar que los llamen pobres si no han gastado dinero en su personaje.
Algo que también llama la atención, es el hecho de que entre las personas entrevistadas, es que ahora en los salones de clase no haya mucho de que hablar sino se trata de este tipo de juegos, mencionando que no hay nada de qué platicar si no hacen el gasto de cómo lograron evolucionar a los personajes. Por lo que algunos usuarios no aceptan a otros dentro de su equipo si no le invierten a este pasatiempo.
Otro caso es la situación de machismo dentro del negocio, pues chicas de 14 o años o más o menos de esa edad son desprestigiadas por jugar, teniendo reacción negativa por parte de quienes son emparejados con ellas en los equipos, y argumentado que cuando pierden ha sido por “una mujer en el team”, pero en caso de ganar “ellos hicieron carry debido a que hay mujeres”. Situación que va desapareciendo pero que lamentablemente sigue presente.
Vía: Partner Science
Nota del editor: Este tipo de situaciones molestas no paran, y ahora que la comunicación por internet es más sencilla, parece que las cosas solo empeoran. No habrá forma de dar un cambio hasta que de raíz desaparezcan los pensamientos negativos o de superioridad entre la gente.