Doctor Strange es la décimo cuarta película del Marvel Cinatic Universe que comenzó hace ocho años con la primer película de Iron Man, a lo largo de estos años nos ha tocado ver muchas historias de origen y también las súper producciones de Marvel Studios se han encargado de reunir ambiciosos elencos que no escatiman en costos que finalmente han resultado en películas que rompen récords en taquillas. Estando a casi una década de que iniciara este titán del cine comercial contemporáneo, es notorio que ya hay una buena cantidad de moldes y convenciones que hacen que funcionen todas las cintas y además se encaminen a conectarse entre sí en una maquinaria que ha logrado tener muy buena cohesión, desembocando así en el éxito asegurado entre los fans.
Cuando se nos presentó el primer tráiler de Doctor Strange nos dimos cuenta que algo había diferente respecto al resto de las películas del MCU, ayudó mucho la temática y las infinitas posibilidades que daba abrirle la puerta a un nuevo universo místico que se aleja un poco de lo que estamos acostumbrados en el resto de las películas de Marvel. Ahora que hemos tenido la oportunidad de disfrutar Doctor Strange: Hechicero Supremo puedo decirles que, en efecto, hay algo diferente y especial en esta película que logra una poderosa introducción de un personaje más a este universo cinematográfico, una serie de aciertos que sobre todo se notan en elementos como impresionantes efectos visuales y una de las mejores selecciones de elenco para una película de Marvel.
Por otro lado, Doctor Strange no es algo que tampoco rompa con una serie de convenciones que ya son una constante en el MCU, sigue la premisa del héroe que se vence y se conoce a sí mismo para enfrentarse a un villano y pasar a formar parte de este universo. También comparte con el resto del MCU el hecho de que es cómica, divertida, familiar y bastante accesible en una temática que quizá pudiera llevarse a otro nivel en el plano de lo abstracto. Sin embargo, algo de lo que mejor hace es que se atreve a experimentar en varios campos sin cortar esos hilos tan reconocibles y constantes en todas las películas del MCU, lo que resulta en una cinta no sólo brillante en lo visual, sino también bastante inteligente y en general una que se puede colocar entre los mejores productos de Marvel Studios, película que será seleccionada por muchos entre sus favoritas.
Vamos pues a revisar qué nos ofrece Doctor Strange.
El póster de Doctor Strange reza bajo el título “infinitas imposibilidades” y es precisamente eso lo que puede experimentar el espectador al ver la cinta. Fue buena la selección de Scott Derrickson (The Exorcism of Emily Rose, Sinister) para dirigir la cinta pues su experiencia con películas de horror se prestó para dar vida a las retorcidas, extrañas y a la vez brillantes escenas con las que el universo de Doctor Strange cobra vida, algo así como lo que vimos en los universos de Inception pero llevado a niveles más complejos en el plano visual pero en un tono mucho más accesible en el plano narrativo; es positivo que tampoco se abusó de este recurso, pues aunque esas llamativas escenas en las que el mundo se dobla como el papel del origami o se nos presenta lo que hay más allá de la mente, jamás se siente que alguno de esos momentos entre en la película de forma imprudente.
¿Porqué inicié con lo anterior? Porque a diferencia de otras películas de Marvel en las que se exploran universos fantásticos, pero muy apegados a lo que conocemos o a lo que nos ha presentado la ciencia ficción, el universo místico lleno de posibilidades que nos muestra Doctor Strange es algo que nunca antes vimos en una película de la empresa, algo que sólo pudo cobrar vida gracias a esa manera de abstraer lo que hay más allá de nuestra realidad por parte del equipo de Derrickson.
La trama de la película sigue al Dr. Stephen Strange, un engreído cirujano muy sabio que nos recuerda un poco a Tony Stark al ser poderoso por sus habilidades médicas tal y como Stark lo hacía con sus conocimientos tecnológicos. Luego de un accidente que afecta su físico y su carrera, Strange (Benedic Cumberbatch) viaja a Kathmandu siguiendo la pista de una cura milagrosa que supera lo que bien domina dentro del campo de la medicina occidental, es cuando conoce a The Ancient One (Tilda Swinton) que lo hace abrir su mente a muchas cosas que quedan fuera del alcance de su conocimiento y le muestra que hay muchos más universos de los que pueda imaginar y es posible dominar la magia derivada de ese conocimiento ancestral.
Lo anterior desemboca en una película que se apega mucho a los lineamientos de las demás historias de origen de personajes de Marvel, afortunadamente todos esos recursos para dar vida a los retorcidos planos místicos no sólo hacen que el mismo Doctor Strange se atreva a abrir su mente, sino también invitan al espectador a hacer lo mismo y sumergirse en una imaginativa aventura que brilla en sus efectos visuales como una de sus principales fortalezas.
El tema que maneja es bastante complejo respecto a otros héroes de Marvel que son mucho más sencillos de entender, en este sentido, la película explora temas bastante abstractos pero sin irse a un nivel tan profundo o elevado que escape de la comprensión del público general y familiar al que va dirigido; en este sentido la cinta se siente mucho más inteligente que cualquier otra historia de origen de un personaje de Marvel, pero también sin irse completamente al tono absolutamente serio o muy atrevido pues nunca pierde de vista su objetivo que es mantenerse accesible en todo momento.
Para no llegar a ser abrumadora la presentación de estos poderes místicos en lugar de los poderes físicos que vemos en la mayoría de las cintas de Marvel Studios, la película sigue manteniendo el toque cómico, divertido y familiar del resto de las cintas del MCU con chistes ocasionales muy bien logrados quizá por la gran ejecución de los personajes por parte del elenco.
Si bien la película tiene elementos que se alejan un poco de la obra original en la que se inspiran, funciona bien al retratar en términos generales varios de sus conceptos generales que dejan a Strange realmente con una aventura que explora temas que poco se han tocado en el MCU de forma positiva y accesible. La historia que nos relata se ajusta muy bien para “encajar” con el resto de producciones pasadas y futuras del MCU haciendo énfasis en elementos que son una constante en las películas de Marvel Studios y que quizá no tenían tanta importancia en el cómic, aún así, funciona bien tanto como historia de origen adaptada al público contemporáneo, tanto como la extraña aventura que venía prometiendo Derrickson.
A pesar de lo anterior, que en su mayoría es positivo, sí hay algunas debilidades, sobre todo del lado del guión y el ritmo de la cinta. Los personajes, los villanos y la historia en general brillan por si mismos sin ser opacados por los efectos, aunque en lo que si falla es que después de dar mucha importancia al proceso en el que Strange se convierte en el Hechicero Supremo, podría sentirse bastante apresurado un desenlace que no se encarga de otra cosa más que dejar la puerta abierta a una secuela de forma acertada.
Además de los vistosos efectos y el tema correctamente abordado por el equipo dirigido por Derrickson, fue positivo ver una gran selección del elenco que ayudó bastante a la cinta.
Como tenía que ser, Benedict Cumberbatch se roba las palmas con una gran ejecución del personaje del doctor neoyorquino Stephen Strange, su interpretación arrogante y ególatra –con un gran acento americano que se olvida de su origen británico– me recordó mucho a su papel de Sherlock Holmes en la serie de la BBC del mismo nombre, afortunadamente, el personaje también es flexible al estar abierto a un humor muy bien equilibrado que nos puede recordar incluso a lo que vimos en Ant-Man y que provoca carcajadas periódicas en la sala de cine. Así, la ejecución del personaje principal es bastante buena y toma su propia personalidad, reitero, excelente trabajo de Cumberbatch.
Por otro lado no podemos demeritar al resto del elenco. El misterio siempre presente en las miradas de Tilda Swinton nos da la razón de que era la actriz perfecta para The Ancient One, uno de los personajes más misteriosos del MCU; Benedict Wong soporta muy bien el humor involuntario que le da ese toque divertido a la cinta, la bella Rachel McAdams encaja muy bien como personaje de soporte al ser el amor de Strange, mientras que Chiwetel Ejiofor deja abierto el potencial a convertirse en uno de los personajes más importantes dentro del universo de Strange en el cine. Finalmente, la cinta no estaría completa sin un buen villano, si bien el personaje caracterizado por Mads Mikkelsen, Kaecilius, no es el más fuerte que hemos visto en el universo cinematográfico de Marvel, el actor cumple muy bien con su frialdad a lo que exige su papel.
Finalmente hablaré de alguien que no es un personaje pero sí componente vital para la cinta, Mike Giacchino como músico de cabecera de prácticamente todos los productos contemporáneos que tienen que ver con Disney, hizo un gran trabajo con una buena banda sonora que resalta las emociones y el toque extraño de esta aventura, el tema que escuchamos al rodar los créditos sin duda está entre mis favoritos entre la música de las películas de Marvel quizá por su sabor que recuerda los diferentes escenarios que la cinta nos presenta.
Doctor Strange cumple con lo que prometió, una cinta que tiene un toque diferente al del resto de las películas contemporáneas de Marvel Studios pero al mismo tiempo conservando todo lo que hace que éstas sean exitosas ante la audiencia general. Presenta un tema que puede sentirse complejo, lo adorna con efectos visuales excelentemente bien logrados y lo aterriza para el público al que este tipo de cintas se dirige sin elevarse tanto al plano de lo abstracto. Sus personajes son también bastante bien logrados por una excelente selección del elenco que además ejecutan muy bien sus papeles, en especial Benedict Cumberbatch.
Si bien la cinta no es perfecta y pudiera estancarse en algunas muletillas constantes en cualquier historia de origen de un superhéroe, agregando lo que comentábamos del ritmo que nos pareció un poco acelerado hacia su desenlace abierto, cumple con lo que pudieran esperar los fans de Marvel en el cine –no completamente al fan del cómic que vea las imprecisiones respecto a la fuente– y termina siendo un acierto en la mayoría de sus componentes.
Completamente recomendable.