Amamos Metal Gear. Las razones para ello son varias. Desde su jugabilidad intensa, su argumento de altos vuelos y sus personajes memorables, hasta sus detalles técnicos y sus recursos artísticos. Sin embargo, para quien esto escribe, el punto que convirtió a la franquicia en una de sus favoritas es su enlace con la realidad. La manera en que cuenta un relato alternativo, pero coherente (incluso pese a sus toques de sci-fi) de la Historia Universal.
Por eso este texto, más que servir como un listado de referencias, pretende ser el inicio de una plática. La manera en que como un fan percibe cómo alguien como Hideo Kojima y su equipo aborda la realidad a su modo. Porque aunque veamos mechas en acción y situaciones inverosímiles, no deja de estar anclado a una realidad que hace del relato algo más apasionante.
Cuando los primeros tráilers de Metal Gear Solid 3: Snake Eater se dieron a conocer, muchos encontramos con extrañeza la aventura de Snake en plena Guerra Fría. Por fortuna pronto comprenderíamos la ubicación real de este episodio, uno de los más apasionantes en la franquicia, dentro de la cronología de la serie.
La historia del juego nos lleva, en realidad, a los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial. La Unidad Cobra, un conjunto de súper soldados que hizo de The Joy, la auténtica jefa de la milicia clandestina, fue crucial en el triunfo aliado. Por aquellos días, la conferencia de los altos mandos aliados en la ciudad soviética de Yalta en febrero de 1945 definió el futuro del planeta. El Premier británico Winston Churchill, el presidente Franklin Roosevelt y el líder ruso Iosif Stalin, en un proceso polémico, dividirían a la Alemania ocupada entre las principales naciones aliadas. Sería la semilla de un mundo separado en dos bloques: el Occidente capitalista y el Oriente socialista.
Pasarían 19 años hasta la Virtuous Mission, en la cual un joven pero talentoso soldado bajo el nombre clave de Naked Snake se internaría en lo profundo del territorio ruso con el fin de rescatar a un científico que se ha pasado al bando estadounidense. En estas dos décadas, ya con el poder de las superpotencias asentado, ambas iniciaron una intensa carrera armamentista. La nuclear, cuya devastación sobre Hiroshima y Nagasaki selló el final de una guerra sangrienta, inició el camino entre ambos contendientes por construir el arsenal definitivo capaz de terminar todas las guerras y marcar la victoria total.
Es este miedo al holocausto nuclear uno de los elementos cruciales en el imaginario colectivo a finales del siglo XX y, por tanto, de Metal Gear. La urgencia de conocer qué tan lejos llegó el avance del enemigo en este aspecto generó una edad de oro en las operaciones de espionaje, inteligencia y contrainteligencia. La CIA y la KGB, a través de sus agentes en todo el planeta, construirían leyendas notables que se terminarían aderezando en la cultura popular con muchísimo drama e intriga. Historias de amor, traición y heroísmo. Algunas veces la realidad era más imponente que la ficción. Otras, engrandecieron sin razón la potencia de ambos bandos.
Si bien la CIA es una institución temida, nunca generó grandes avances entre las líneas soviéticas. Por el contrario, la poca información que pudo pasar la Cortina de Hierro hizo que el arsenal ruso luciera mayor y más avanzado de lo que realmente fue. Si bien no existió nunca la súper arma definitiva que inspiró elementos como el Metal Gear, sí existe un arsenal nuclear con el que Rusia sigue amenazando con la devastación de sus enemigos.
Su nombre es Cheget y es el último recurso militar ruso en caso de crisis. Se le ha pintado como un enorme botón rojo; en realidad un maletín que contiene un dispositivo de alto nivel tecnológico, el cual permite monitorear el arsenal nuclear del país y tomar decisiones. Vladimir Putin, presidente ruso, tiene uno en su poder. También lo poseen el ministro de defensa y el jefe del gabinete presidencial.
Otro punto que responde al cliché del imaginario colectivo es EVA, la espía rusa cuyo mando no es realmente claro hasta el final del juego. Las mujeres fueron parte fundamental de las operaciones soviéticas. Arsenal como el beso de la muerte, una pistola con forma de lápiz labial, realmente se utilizó durante la parte más tensa del conflicto entre ambos bloques.
Aún hoy las mujeres son parte crucial de la inteligencia ultrasecreta. Anna Kushchenko, desde 2001, se infiltraría entre las cúpulas empresariales de Londres y Nueva York bajo el nombre de Anna Chapman. El objetivo era reunir inteligencia financiera para el estado ruso. Detenida y deportada en 2010, ha posado en revistas para caballeros y hasta modela en Tinder.
Augusto Sandino es uno de los máximos héroes nacionales de Nicaragua. Insurrecto alguna vez contra el Gobierno conservador, su mayor legado militar fue organizar una lucha guerrillera que le permitiera resistir ante el ejército de Estados Unidos de su territorio en 1933. Anastasio Somoza García, quien alguna vez fue aliado de este líder militar, terminaría matándolo a traición de acuerdo con la tradición nicaragüense un año después. Instauraría a su familia en el poder.
Siguiendo los ideales y el mito alrededor de Sandino, en 1961 se formaría el Frente Sandinista de Liberación Nacional, el cual tendría como objetivo el derrocar a la dinastía Somoza, lo cual lograrían en 1979. Dicha agrupación, con todo y todo, es crucial en Peace Walker. Si bien la historia se desarrolla en Costa Rica en 1974, personajes como Amanda, Chico y su padre forman parte de dicho grupo guerrillero. Sigue en activo, e incluso hoy gobierna Nicaragua.
América Latina se convirtió en un escenario notable de la Guerra Fría. El triunfo de la Revolución Cubana, liderada por nombres como Fidel Castro y Ernesto Guevara, hizo temer al gobierno estadounidense del avance del Comunismo en un área cercana a su territorio. La presencia de misiles nucleares rusos en el Caribe aceleró las tensiones, las cuales inspiraron rebeliones y dictaduras bajo el signo de ambos bandos desde Tijuana hasta Tierra del Fuego.
Si bien cuesta creer que una nación del área pudiera poseer un arma como el Peace Walker, incluso un arma nuclear, los esfuerzos de la región por evitar la proliferación (uno de los temas centrales del título) son notables. El más célebre, el Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe o Tratado de Tlatelolco impulsado por Alfonso García Robles fue firmado en 1969 con el propósito de evitar la proliferación de este arsenal.
Para rematar, Costa Rica es un sitio notable para llevar a cabo la trama del juego. No sólo es una nación cercana a naciones donde el enfrentamiento indirecto entre ambos bloques derramó sangre, también es un territorio que constitucionalmente no posee ejército desde 1942. Resulta en un sitio particularmente adecuado para el despliegue de una armada privada, como lo es la Outer Haven (refugio exterior) de Militaires Sans Frontieres.
Intentaremos no dar spoilers acerca de The Phantom Pain. Sin embargo, es un juego al que le ha tocado retratar un periodo que sin hacer mucho ruido terminaría por cimentar el mundo de nuestros días como pocos: la invasión soviética a Afganistán. También nos deja ver un episodio dramático de la milicia internacional: las guerras civiles en África. En ambos frentes, Skull Face, sospechoso de ser agente para Cipher, realiza operaciones. Por ello son campos de combate para Diamond Dogs con el fin de concretar su venganza.
En 1979 el ejército soviético, cuyo territorio entonces colindaba con el afgano, invadió dicho país de mayoría musulmán. La razón era simple: destronar al gobernante Hafizullah Amin. Éste último había caído de la gracia de Moscú, toda vez que asesinó al anterior presidente Muhammad Taraki. La defensa del territorio por parte de los afganos no sólo fue un asunto nacional, sino que fue uno de los escenarios finales de la Guerra Fría.
La guerra inspiró muestras de extremismo islámico, a través de Muyahidines, hombres dedicados a derrotar al enemigo practicando la yihad o Guerra Santa. Actualmente, organizaciones como ISIS se han convertido en un dolor de cabeza diplomático y militar, dadas sus operaciones en naciones como Iraq o Siria. A su vez, la CIA sería la responsable de armar a la resistencia. Es motivo de leyenda (y una brutal ironía) que entre los beneficiarios estuvo el millonario saudí Osama Bin Laden. Este personaje fundaría la organización terrorista Al-Qaeda, responsable el 11 de septiembre de 2001 de los atentados contra el World Trade Center en Nueva York.
En África Central, por otro lado, se registraron sangrientas y largas guerras civiles. En Angola, por ejemplo, el conflicto entre el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MLPA) y la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA) mantuvo al país bajo plomo de 1975 a 2002. Casi tres décadas en las que, además, naciones como Cuba, Rusia, Zaire y Sudáfrica enviaron hombres a los campos de batalla.
En este conflicto, durante los últimos años de batalla, se registró la presencia de 11 mil niños soldados en el frente de guerra. También se reporta que más de 30 mil niñas fueron secuestradas durante el curso de las hostilidades. Los niños serían utilizados por las fuerzas beligerantes como combatientes, para transportar suministros y hasta como esclavos sexuales. Es en este entorno donde Punished Snake encuentra a varios de estos pequeños hombres de guerra en su camino (lo cual vimos desde los tráilers).
Para rematar, ambos territorios poseen un mosaico de etnias, las cuales complicaron en algún punto su unificación e incluso poseen lenguas muy diversas. Mientras en Afganistán conviven pastunes, kurdos, tayikos, hazaras, uzbekos, turkmenos, nuristaníes, entre otros; Angola tiene además del portugués seis lenguajes oficiales. Entre ellos destaca el umbundu, el kikongo y el kimbundu.
La lengua, al final del día, es un elemento clave para comprender la historia del juego que cierra el ciclo para Kojima. Desde el punto en que debes rescatar traductores.
Los otros juegos de la serie se construyen en un futuro hipotético, aunque cercano respecto al tiempo en que se lanzaron. Sin embargo, no evitan retratar aspectos interesantes de la realidad en que vivimos. Quizá uno de los más interesantes es el florecimiento de la milicia privada.
Si bien no tienen la sofisticación que Kojima describe de Outer Heaven o Praying Mantis, existen compañías dedicadas a la “seguridad” alrededor del mundo. La más famosa es Blackwater. Fundada en 1997, operó de manera importante bajo el mando de las Fuerzas Armadas Estadounidenses en Afganistán e Iraq. Sin embargo se dio a conocer de manera importante en 2007, luego de que murieran 17 civiles iraquíes a manos de personal ligado a la empresa. La mala publicidad la llevó a renombrarse como Academi.
Incluso en la actualidad, de acuerdo con autores como Tim Weiner, la subcontratación de servicios de inteligencia ha debilitado a instituciones como la CIA. De esta manera, el futuro pintado en juegos como Guns of the Patriots en el cual las Corporaciones Militares Privadas son la esencia de la guerra no resultan tan distantes de la realidad. Aunque, claro, no fue en 2014 cuando se concretó dicho destino y parece que no será pronto el día en que suceda.
De igual forma, la clonación humana se ha convertido en uno de los debates más encendidos de la ciencia en nuestros días. Especialmente por los fines que dicho avance podría generar. Tan sólo la posibilidad de construir una nueva vida humana ha generado discusiones éticas de altísimo nivel. Lo anterior pese a que hoy los esfuerzos de clonación públicamente reportados se limitan a pruebas genéticas y la generación de células madre con fines clínicos. Además, el clonar a un ser humano está prohibido por diversas naciones.
Quedan varios temas a discutir, porque incluso la fabricación de unidades mecánicas militares como los Metal Gear han alcanzado un debate serio. Especialmente en Japón, por políticos nipones como Masaaki Taira y Hideki Niwa. De hecho se preveía en 2008 que tan sólo el material para crear un arma del tipo (aunque más del estilo de Gundam) costaría más de 700 millones de dólares. Esto sin contar la mano de obra y proceso de fabricación.
Si bien Metal Gear nos ha deleitado con grandes juegos y relatos que han alimentado nuestra imaginación, es loable que dichas historias puedan encontrar en la realidad un espejo plausible. No es que la historia de nuestro mundo esté llena de robost gigantes, nanomáquinas e intrigas telenoveleras. Pero lo cierto es que nuestras fantasías de salvar al mundo con un ejército de un solo hombre se disparan por los cielos con tremenda dosis de realidad.
¿A poco no?
