La arqueología de los videojuegos: E.T. en el desierto de Nuevo México

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Un hecho académicamente relevante que podría ser el punto de partida para investigaciones similares.

El fin de semana pasado fuimos testigos de un evento histórico al desenterrarse antiguas copias de videojuegos enterradas intencionalmente en el desierto de Alamogordo, Nuevo México. Este hecho además de ser parte de un documental, es también parte de la arqueología, ciencia a la que compete este tipo de contextos que formarán una página más en la historia de la sociedad contemporánea.

 

Sin límites temporales

Cuando leemos la palabra “arqueología”, podemos pensar en restos de antiguas civilizaciones, o reliquias escondidas en un templo en ruinas en medio de la selva, algo muy parecido a lo que hemos visto en las películas o incluso en los videojuegos. La arqueología va mucho más allá de lo que podría pensar la sociedad, y podemos definirla como el estudio de la conducta humana y cultura material, yendo más de las barreras temporales o espaciales. De esta manera, es considerado tan válido estudiar restos materiales de civilizaciones milenarias, así como la basura del día de ayer.

Es así que existen áreas temáticas de la arqueología que se enfocan a estudiar momentos históricos recientes. Durante mi carrera como arqueólogo disfruté mucho al trabajar en proyectos escolares de arqueología de la basura, un área que comenzó a trabajarse, precisamente, en Arizona y que se enfoca en estudiar los restos que dejamos a diario; posteriormente me especialicé en Arqueología Industrial, la que –como su nombre lo indica– consiste en el estudio de las industrias abandonadas de finales del siglo XIX o principios del siglo XX, y cuyos restos materiales nos aportan información invaluable sobre la manera de trabajar en una etapa específica de nuestra historia.

A lo que voy con todo esto, es que los videojuegos también pueden ser objeto de estudio de la arqueología, y hechos como la excavación del pasado fin de semana para encontrar los míticos cartuchos enterrados del juego E.T. the Extra-Terrestrial para el Atari 2600 puede considerarse como un proyecto arqueológico que debe ser tomado con la seriedad necesaria, y no sólo para quedarnos con “lo curioso” que puede ser este hecho, o la simple confirmación de una leyenda urbana, sino también como un aporte importante a la historia de la humanidad.

Podríamos considerar a este hecho no sólo como el material para un documental que prepara Xbox Entertainment Studios, sino como un trabajo científico que puede ser el inicio de un proyecto que requerirá de años de trabajo y análisis para arrojar información que tenga un aporte a este capítulo de la historia.

 

Desenmascarando la leyenda urbana

Toda investigación arqueológica requiere de minuciosa planeación e investigación antes de realizarse. Lo que pudimos ver el pasado 26 de abril en el desierto de Alamogordo en Nuevo México es sólo la etapa práctica de una investigación que seguramente llevaba ya mucho tiempo planeándose. Para cualquier proyecto arqueológico hay que tener en cuenta lo siguiente:

 

a) Los objetivos

Antes de ir a campo se deben fijar objetivos. En este caso parece que la principal motivación de quienes ejecutaron la excavación fue el desenmascarar la leyenda de que ante la mala recepción del juego E.T. The Extra-Terrestrial para Atari 2600, en 1983 la empresa Atari Corporation sepultó en el desierto miles de cartuchos que no se vendieron, de éste y de varios juegos más.

Los materiales que surgieran de esta investigación serían tomados para la elaboración de un documental que más que perseguir fines científicos o académicos pretende utilizar la investigación y divulgación de este capítulo de la historia con fines de entretenimiento.

 

b) El financiamiento del proyecto y la investigación previa

Cualquier proyecto de investigación implica fondos para ser ejecutado, pues los gastos desde su planeación requieren de trabajo de varios especialistas.

En el caso de este proyecto, los interesados en desenmascarar la leyenda fueron Xbox Entertainment Studios y Fuel Entertainment, quienes desde diciembre de 2013 contactaron con fuentes cercanas al mítico lugar de la sepultura de los cartuchos para planear la excavación y aportaron los fondos para ejecutarla.

Para esta investigación se contrató a un equipo de arqueólogos conformado por Richard Rothaus, Bill Caraher, Lindsay Eaves y Andrew Reinhard además de los historiadores Bret Weber, Raiford Guins entre otros.

Como parte de las investigaciones previas, el equipo tuvo que reunir toda la información disponible sobre esta leyenda, incluyendo la ubicación de los cartuchos enterrados según fuentes locales; fue así que con la ayuda del contratista local de basureros, Joe Lewandowski, se adquirieron los derechos exclusivos para excavar el basurero de Alamgordo donde se presumía que estaban sepultados dichos cartuchos.

 

c) La excavación y resultados

El pasado 26 de abril, ante cámaras de los medios y los involucrados en la producción del documental, se efectuó la excavación del espacio donde se pensaba que se encontraban los cartuchos de Atari.

¿Por qué no se ha dicho todo lo que se encontró? Sencillamente porque ni siquiera se ha excavado todo el relleno, y será una investigación que tardará en dar resultados.

Quizá para motivos del documental basta con tener algunas cifras aproximadas y detalles generales del contenido que podrían resultar de una temporada corta de investigación, pero obtener todos los detalles de la misma podría ser una tarea a largo plazo: desde una perspectiva de investigación arqueológica, estos materiales darían para años de investigación.

Las tareas de investigación arqueológica implicarían: registros en campo (lo que ya se está haciendo), limpieza y conservación preventiva de las piezas, catalogación de las mismas (quizá lo más tardado) y elaboración de investigaciones adicionales que conduzcan a la publicación de los resultados en varios formatos.

5Hasta el momento se reporta lo siguiente como resultados preliminares:

⦁ El equipo arqueológico recolectó aproximadamente 70 copias de E.T. The Extra Terrestrial, de un estimado de 700, y que hasta el momento son una pequeña muestra de todo lo que queda en el depósito y no ha sido excavado.

⦁ Se encontraron materiales de software y hardware de otros productos de Atari entre los que se registran objetos y elementos publicitarios de los siguientes títulos: Raiders of The Lost Ark, Yars’ Revenge, Pele’s Soccer, Superman, Human Cannoball, Circus Atari, Night Driver, Adventure, Haunted House, Combat-CX-2601, Defender (Atari 2600), Defender (Atari 5200), Space Invaders, Air-Sea Battle, Missile Command, Pac-Man, Ms. Pac-Man, Warlords, Swordquest: Fireworld, Vanguard, Star Raiders, Real Sports: Football, Quix, Phoenix, Asteroids, Berzerk, Centipide, Breakout, Super Breakout.

 

Mi preocupación como arqueólogo

El único detalle que me dejó muchas dudas y preocupaciones es la manera en que se ejecutó esta excavación, puesto que en los videos y fotografías que se presentan se muestran máquinas desenterrando los diferentes objetos. En casi cualquier investigación arqueológica es muy importante registrar con mucho cuidado el entorno, y es por ello que manualmente se van registrando los elementos, en lugar de meter una máquina para sólo extraer las piezas.

Quienes están involucrados en la investigación debieron haber diseñado su metodología, pero me parece excesivo meter máquinas y remover todo de manera tan brusca. Hay fotografías en las que se ve que todo se encuentra mezclado con basura de diferentes estratos del relleno, y quiero pensar que los arqueólogos tomaron esa decisión ya que finalmente se trata de un basurero descontextualizado de cualquier otra actividad humana, y por ello no se puede tratar como otros escenarios.

Esperemos que no se haya generado destrucción de algunas piezas al excavar mediante máquinas de manera tan rápida; los trabajos arqueológicos ordinarios toman semanas de cuidadosa excavación manual para no dañar las piezas enterradas.

 

¿Qué podría seguir dentro de esta investigación?

Inicialmente se debería asegurar la conservación de las piezas extraídas del depósito, pues sus materiales podrían sufrir daño al tener un cambio brusco de condiciones ambientales. Posteriormente el paso lógico en cualquier trabajo arqueológico sería catalogar las piezas y ver la información que pueden aportar: detalles como su estado de conservación o constantes presentes en varias de las piezas pueden detallar más sobre la manera en que fueron depositadas y todos los procesos que a lo largo de tres décadas ocurrieron alrededor de este tesoro escondido en medio del desierto.

Si se considera pertinente, podría seguirse con la extracción de piezas del depósito; cabe también la posibilidad de que para los objetivos del proyecto las muestras extraídas en esta primer excavación sean suficientes y las demás deberían quedar enterradas.

Toda investigación arqueológica formal requiere de la publicación de resultados, por lo que la prioridad del equipo también será rendir cuentas de todo lo que fue desenterrado en ese relleno del desierto de Nuevo México. Además del documental que cuenta como un informe audiovisual, es muy probable que a largo plazo se generen publicaciones que incluyan desde datos muy concretos, como un catálogo de las piezas registradas y otros reportes de campo, hasta otra informes que resulten de la combinación de varias fuentes para ofrecer textos más enfocados a la reconstrucción de la historia de este hecho. Los investigadores involucrados seguro que llevarán a múltiples foros académicos conferencias con distintos resultados y serán antecedente para posibles investigaciones arqueológicas similares en el futuro.

 

¿Podría haber una arqueología de los videojuegos?

El objetivo de esta reflexión fue presentarles este hecho como algo relevante desde un punto de vista académico, y podría ser incluso punto de partida para más investigaciones similares.

A inicio de los años cincuenta, en una fundidora de la villa inglesa de Coalbrookdale, Ironbridge (considerado parte fundamental de la Revolución Industrial) realizó una investigación en torno a uno de sus hornos, y de esta manera surgió lo que actualmente se conoce como Arqueología Industrial. De forma similar, descubrimientos como los juegos sepultados de Atari en Alamogordo podrían ser los precursores de una Arqueología de los Videojuegos, pero esto implicaría que en otros contextos similares se propusieran metodologías de investigación específicas para ese tipo de sitios.

Otra posibilidad es que los videojuegos se estudien sistemáticamente también como un testimonio material de la civilización humana como parte de su historia. De esta manera, colecciones que se encuentran en varios lugares pueden ser catalogadas y registradas como un patrimonio cultural material que muchos expertos (sean o no arqueólogos o historiadores) ya se encuentran estudiando de forma muy profunda.

Aspectos como el diseño de los cartuchos, los colores usados, el diseño de las etiquetas, diseño industrial de las consolas, durabilidad de sus materiales y muchos otros elementos ya son un reflejo material de una etapa de la historia de la humanidad. Aunque los videojuegos ya se estudian desde muchos de sus aspectos, quizá los restos materiales que dejan con el paso del tiempo son una fuente que puede aprovechar la arqueología para estudios sociales.

La excavación de Alamogordo es un testimonio de gran valor, y una fuente muy rica de información arqueológica al tratarse de restos materiales que por una conducta muy específica fueron depositados en ese espacio; un contexto ideal para investigaciones que podrían relacionarse con áreas como la Arqueología de la Basura con antecedentes en las investigaciones de William Rathje como el Tucson Garbage Project.

Sí, los videojuegos desde un punto de vista como cultura material pueden ser investigados desde la arqueología, y esta excavación es un claro ejemplo de ello. Aunque no haya contextos similares, y éste se considere como un caso aislado, no es necesario que los cartuchos estén enterrados para poder ser estudiados como un reflejo de la sociedad en diferentes etapas de su historia.

Fotografías: Taylor Hatmaket

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg