En 2017, Volodymyr Kvashuk, un ingeniero computacional, entró a trabajar en Microsoft con el objeto de probar métodos de pago en la tienda virtual de esta compañía. Para 2019, esta persona ya tenía millones de dólares en el banco, una mansión y un yate. Esto no fue el resultado de un esfuerzo laboral tradicional o una inesperada victoria en la lotería. Por dos años, Kvashuk había estado robando tarjetas de prepago de Xbox, y revendiéndolas a grandes precios en el internet.
Como lo reporta Bloomberg, Microsoft le “regala” créditos a estos ingenieros para probar los métodos de pago de su tienda virtual. Todo lo que se compra de esta forma en realidad no llega a la casa de las personas, ya que solo es una forma de probar los servidores. Sin embargo, Kvashuk se dio cuenta de que al comprar tarjetas de prepago de Xbox, se le permitía reclamar los códigos para canjearlos en su cuenta.
En dos años, este ingeniero había juntado más de 152 mil tarjetas de este tipo, y las vendía por lotes en sitios de criptomonedas. Eventualmente, Kvashuk creó un bot que lograba vender estos paquetes en $100 dólares. Esto llegó al grado de que esta persona controlaba la mayoría del mercado de reventa de llaves virtuales de Xbox, y podía influir en sus precios al aumentar o reducir el suministro.
Sin embargo, Microsoft, al darse cuenta de que uno de sus ingenieros inesperadamente se convirtió en un millonario, comenzó a investigar. Kvashuk fue definido en 2019 y, aunque argumentaba que esto solo lo hizo para probar los límites de la tienda de la compañía, fue sentenciado a nueve años de prisión y a devolver 8.3 millones de dólares.
Recuerden, al final del día, el crimen no paga.
Vía: Bloomberg