No cabe duda de que, incluso tras su lamentable deceso, Satoru Iwata nos sigue sorprendiendo con muestras de su legado. A poco más de un año de su muerte, recientemente se ha dado a conocer que el expresidente de Nintendo continúo trabajando arduamente durante sus últimos días de vida, incluso desde la cama del hospital en el cual fue atendido. Esto dentro de uno de los últimos proyectos en los que pudo laborar prácticamente desde el inicio y que, actualmente, está poniendo al mundo de cabeza: Pokémon Go.
El portal Nikkei publicó hace unos días un breve artículo en el cual abordó algunos temas de Pokémon Go, tales como su desarrollo o el éxito mundial en el cual se ha convertido. Según se puede leer en el escrito, Satoru Iwata pasó sus últimos días de vida trabajando arduamente en el juego. Incluso desde la cama del hospital en el cual fue internado, el ejecutivo utilizaba su computadora favorita para ponerse a trabajar y para hablar con Tsunekazu Ishahara, presidente de The Pokémon Company y uno de sus amigos más cercanos, sobre el desarrollo del título.
Más allá de querer cumplir con sus responsabilidades como directivo, Iwata sentía un enorme aprecio e interés por el juego. Después de todo, el querido expresidente de la gran N fue una de los pocas personas que estuvo involucrado de manera profunda con el proyecto desde sus primeras etapas de planeación. De ahí que, incluso hasta su muerte, el ejecutivo japonés decidiese invertir su tiempo en supervisar el desarrollo de Pokémon Go.
A la par de esta revelación, Nikkei también apunta a que Iwata fue uno de los artífices detrás de las micro transacciones presentes en el juego. Según explica, un ejecutivo de una empresa allegada a Nintendo y al propio directivo les reveló que éste siempre buscó que Pokémon Go fuese un título que los niños pudiesen disfrutar sin la necesidad de gastar mucho dinero. Por lo visto, su sueño se cumplió de manera magistral.
Genio y figura hasta la sepultura. Satoru Iwata fue un hombre respetable al que, incluso ahora, resulta imposible no seguir admirando.
Fuente: Nikkei