Ayer, a la edad de 83 años, falleció uno de los padres fundadores de la industria de los videojuegos. El señor Jack Tramiel fue nada más ni nada menos, la persona que fundó y dirigió Commodore, un hito de la computación personal y un precedente importantísimo para la industria actual.
Tramiel inmigró a Estados Unidos luego de escapar de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Su historia se asemeja a la de muchos otros emprendedores: con su sueldo de taxista pudo comprar una tienda en el Bronx que se dedicaba a reparar maquinaria de oficina. El negocio fue creciendo hasta que de reparar, pasó a fabricar máquinas de escribir. Cuando Japón entró al mercado estadounidense, Commodore pasó por varias etapas de crisis hasta que reestructuraron su modelo de negocios: luego de fabricar exitosamente calculadoras electrónicas, en 1977 anunciaron en el Chicago Consumer Electronics Show la Commodore PET, una computadora.
Como bien sabemos, el mercado no para: tanto Apple como Atari respondieron con sus propias computadoras. La compañía de Tramiel entonces lanzó la mítica Commodore 64, que alcanzó a vender 17 millones de unidades en todo el mundo. La C64 era una herramienta de trabajo, pero también había juegos (¡con posibilidad de conectarse en línea!) y periféricos. La afición por los videojuegos de muchos desarrolladores comenzó gracias a la Commodore 64.
Tiempo después, Tramiel renunció a la compañía que había fundado y formó Tamel Technology, que terminaría comprando la Consumer Division de Atari, que transformó en Atari Corporation. Estábamos en 1984, apenas un año después de la crisis de la industria de los videojuegos de 1983.
Ayer, Tramiel falleció. Lamentamos mucho su pérdida y agradecemos todo lo que él aportó a la industria. Ignoramos en verdad el esfuerzo que muchos hombres tuvieron que hacer para que hoy en día podamos sostener un control en nuestras manos. Gracias a todos los que han permitido que hoy podamos disfrutar de los videojuegos.
