El 16 de octubre de 1923, el mundo vio nacer la empresa más grande de animación, y una de las más icónicas de la cultura actual. A lo largo de 92 años, The Walt Disney Company nos ha entregado 54 películas animadas que de una u otra forma han dejado huella en nosotros. Esta semana, una de las cadenas de cine más importantes dio a conocer que estará reestrenando 20 de estos grandes clásicos, motivo por el que hacemos un breve recorrido por las películas que han formado y definido a Disney.
Después de los cinco años en que el estudio se forjó en la época muda, en 1928 nació su icono más grande en la figura de Mickey Mouse, que debutó en pantalla con el corto animado Steamboat Willie, ese en donde silba mientras maneja un barco de vapor. A raíz de ese éxito, Disney inició una década de moldeamiento con la creación de Silly Symphonies, un show animado de variedades en el que surgieron los primeros bocetos de personajes como Pluto y Donald. Así, América dio paso a la época animada de oro, pues a la par de Silly Symphonies, la Warner Bros también gestaba a Bugs Bunny y compañía en los cortos de Merrie Melodies.
Para 1937, Disney se consagró con el estreno de su primer largometraje, Snow White and the Seven Dwarfs, que además abrió la puerta a una extensa relación con la obra de los hermanos Grimm, autores de otros relatos como The Sleeping Beauty y Cinderella, también adaptados por Disney. Aunque en aquella entrega del Óscar aún no se premiaba a largometrajes animados, la Academia entregó un premio honorario a Walt con ocho estatuillas; una de tamaño real y siete en miniatura. Ese fue el primero de 22 Óscares en su carrera (sin contar los honorarios), para ostentar un poderoso récord que se ve imposible de alcanzar. Sólo para comprender la magnitud de esta cifra, tómese en cuenta que Steven Spielberg y John Williams juntos suman ocho Óscares.
Apenas meses después del estreno de Pinocchio, el estudio revolucionó el cine con Fantasia, que es considerada por muchos como la imagen por excelencia de Disney, pues representó la consolidación definitiva de Mickey en su papel del aprendiz de brujo. Lejos de relatar una historia lineal para niños, Fantasia es una experiencia audiovisual única, pues además de incluir obras como la Toccata y Fuga de Bach, el Cascanueces de Tchaikovsky, y hasta el Ave María de Schubert, la cinta estableció las bases para lo que hoy en día conocemos como el sistema de sonido surround. Los ingenieros de audio, desarrollaron una tecnología llamada Fantasound, con la que el sonido stereo fue implementado por primera vez en una película. Así, Disney fijó un estándar muy alto para el audio en sus filmes.
Si con Fantasia Disney dejó en claro que sus películas van más allá del público infantil, sus siguientes dos entregas marcaron a la audiencia por la tragedia familiar. Dumbo fue separado de su madre cuando era un niño, y qué decir de Bambi, que vio morir a su mamá en la que quizás sea la escena más triste del mundo Disney. Además del drama, el surrealismo también se hizo presente en sus películas. Prueba de ello es Salvador Dalí, que firmó un contrato con la empresa en 1940 y se encargó de dibujar los elefantes rosas en la escena psicodélica, aquella donde Dumbo tiene alucinaciones por beber alcohol accidentalmente. Además de esta colaboración, Dalí y Disney hicieron Destino en 1945, un corto animado que no vio la luz sino hasta el 2003.
Y si de surrealismo se habla, la cumbre de esta corriente en Disney vino con Alice in Wonderland, la historia inolvidable de la niña inglesa que cayó al hoyo y vivió una de las aventuras más torcidas que se han visto. Al igual que en la novela de Lewis Carroll, la película está llena de simbolismos y acertijos que la hacen sin duda la mejor adaptación de esta obra, pues aunque hay otros acercamientos de gran nivel (como el stop motion del checo Svankmajer), también hay resultados decepcionantes (cof cof, Tim Burton).
Los sesenta abrieron con One Hundred and One Dalmatians, siguieron con The Sword in the Stone, y tuvieron su clímax con The Jungle Book. Basada en la historia del poeta Rudyard Kipling, se puede decir que esta cinta es la de mayor carisma en el universo Disney. La participación de Louis Prima como el Rey Louie y de Phil Harris como Baloo, desató una ola de ocurrencias musicales que a todos nos sacaron carcajadas. Y en el caso de Latinoamérica, la participación de Tin Tan fue legendaria en la tropicalización de Quiero ser como Tú, sin duda la escena más divertida de la película. Otro dato curioso que hace tan musical a la película, es la referencia a The Beatles, representados en la figura de cuatro buitres con acento argentino. The Jungle Book fue el último trabajo de Walt Disney, quien murió un 15 de diciembre en 1966 durante la producción.
El jazz de The Aristocats le dio la bienvenida a los setenta, y al mismo tiempo cerró una etapa en Disney, que no terminó de reinventarse sino hasta veinte años después. The Little Mermaid, Beauty and the Beast, y Aladdin, sentaron las bases del nuevo Disney, que alcanzó su clímax con The Lion King. Esta película retomó un par de elementos clave. Primero, devolvió el protagonismo a los animales, y segundo, la muerte cruel de un padre del protagonista. Así, The Lion King se convirtió en un clásico instantáneo, y además, también tuvo la participación de un grande en la música, Elton John, que terminó llevándose un Óscar por Can You Feel the Love Tonight.
Esta tendencia siguió imperando en los noventa con Pocahontas, Hercules, y Tarzan, en lo que podría tomarse como un cambio de estafeta entre el Disney clásico y su actual tendencia: Pixar. Las nuevas técnicas de animación y las temáticas modernas, hicieron que Toy Story y A Bug’s Life acapararan el equipo premium de guionistas y realizadores en la empresa, que si bien nunca dejará el 2D, sí ha orientado su protagonismo hacia otros horizontes. Prueba de ello, es el bajo impacto económico y cultural que tuvieron cintas como Atlantis, The Princess and the Frog, y Spirited Away.
Quizás esta idea de reestrenar los clásicos sea una excelente forma de lucrar, pero también hay que reconocerlo, en medio de una etapa de caricaturas mediocres y animación generada por computadora, este es un buen pretexto para acercar a las nuevas generaciones a los clásicos. Además, ¿a quien no le gustaría ver Fantasia en pantalla grande y con buen sonido?… el maratón de clásicos iniciará este sábado 14 de noviembre con Snow White and the Seven Dwarfs, y terminará el 24 de enero con Hercules.