En la más reciente investigación realizada por la Fundación de la Historia de los Videojuegos, se evidenció que la preservación física de los juegos interactivos cada día se vuelve más difícil, concluyendo que tan sólo un trece por ciento de éstos se encuentra disponible alrededor del planeta.
Las consolas retro y su respectivo software con más de treinta años de antigüedad se han vuelto todo un objeto de deseo para los coleccionistas, mientras que en la actualidad, el mercado cada día se inclina más hacia una distribución digital en donde se han abaratado los intermediarios y por ende, los costos.
Desde hace una década, el formato digital venía mostrando un patrón a la alza, mismo que se detonó radicalmente con la pandemia del COVID-19, a inicios de 2020, propiciando que diversos puntos de venta tradicionales, hayan decidido cambiar su estrategia comercial.
En Reino Unido, la cadena de tiendas minoristas, Tesco, acaba de anunciar que en sus más de 2,800 establecimientos, dejará de comercializar videojuegos en disco o cartucho cuando las existencias de los mismos se terminen y pasará a distribuir únicamente tarjetas de contenido digital.
Esta maniobra es un reflejo de lo que está ocurriendo en territorio europeo, ya que la cadena GAME ha decidido reducir sus inventarios de juegos de video, sustituyéndolos por juguetes o ropa, permitiendo obtener mejores retornos además de aminorar los costos de ventas.
El gigante GameStop también se ha visto afectado, pues ha cerrado las 35 tiendas que tenía en Irlanda, mientras que en Estados Unidos ha reestructurado su catálogo de productos y trata de mantenerse a flote con artículos exclusivos para los suscriptores Pro y anunciando que incrementará su oferta de compra-venta de videojuegos retro.
No obstante, los coleccionistas no ven a GameStop como una buena alternativa para el material retro, toda vez que es una compañía muy grande y no cumplen con los estándares de calidad necesarios para comercializar artículos totalmente legales, sino que se han detectado muchos casos con la presencia de cartuchos reprogramados y no en sus versiones originales.
En contraparte, desde hace algunos años, ha surgido en fenómeno referente a las tiendas independientes, que están proliferando en todas las partes del mundo con márgenes de utilidad significativos; contrario al colapso de las grandes firmas frente al formato digital.
La distribución física de los videojuegos no desaparecerá, sin embargo, se ha convertido en un nicho de mercado específico que dista de acudir a las tiendas especializadas o supermercados, porque ya migró al concepto de establecimientos “boutique” o a páginas de comercio electrónico de tirajes limitados.