Se dice que los eSports cada día se parecen más a los deportes tradicionales y, aunque hay factores a favor, otros dicen lo contrario.
Una de las finales más importantes en League of Legends fue el World Championship de la segunda temporada. El Staples Center lleno no pasó desapercibido entre inversionistas, que poco a poco apoyaron a la escena para mejorar los premios del torneo y así, generar un modelo de negocio más viable.
La empresa encargada de League of Legends, Riot Games, no solo creó uno de los Free to Play más exitosos de la historia, sino que demostró que era viable invertir en deportes electrónicos con la creación de ligas alrededor del globo que se verían las caras en un evento internacional que podría compararse con el Mundial de Clubes de la FIFA.
Hoy en día existen torneos de diferentes juegos que podemos ver por cualquier plataforma de streaming especializada, lo que reúne a millones de fanáticos de igual manera que en los deportes tradicionales. Los niveles de audiencia han crecido exponencialmente. Ahora, muchos juegos buscan implementar un modo de competición en línea, y así comercializar un nuevo deporte electrónico. Sin embargo, no todos los juegos pueden adaptar este modelo, pues, o son éxitos inmediatos o terminan por morir en el intento en poco tiempo.
La competitividad es algo innato en el humano; siempre busca ser mejor que los demás. Siendo éste el pilar de los deportes, muchos jugadores buscan ser profesionales en juegos como League of Legends, Overwatch y Vain Glory, pero el camino no es nada fácil.
La popularidad ha ido creciendo de tal forma que este año pudimos ver en ESPN la final de Street Fighter durante EVO, situación que llegó a incomodar entre varios de los jugadores tradicionales. La mayoría no quiere ver este tipo de eventos en plataformas masivas como la televisión. El poder ver la final de Overwatch después de un Clásico Real Madrid vs Barcelona, continúa sonando muy raro para muchos.
A pesar de que la masificación de los deportes electrónicos es relativamente nueva, varios equipos de deportes tradicionales ya se han dado cuenta del gran negocio que ahí existe. Además de tener un modelo similar, la intención es crear divisiones internas como ya lo ha hecho el PSG, por ejemplo, aunque otros han optado por asociarse entre clubes tradicionales y de esports, como lo es el caso de Roma-Fnatic.
La creciente relación que se ha dado entre instituciones y deportes electrónicos, alienta a los inversionistas para potenciar el crecimiento de esta escena.
La evolución de esta industria ha puesto en marcha un plan para crear aficiones, obligando a que los equipos inscritos en una liga se vuelvan la representativa de su localidad, permitiendo a los fanáticos empatizar por el equipo de su comunidad.
En los deportes tradicionales, la experiencia va desde escoger lugar en el estadio, hasta beber una cerveza. En un videojuego no sucede lo mismo, ya que el escenario verdadero es el virtual, pero el juntar a fanáticos de este fenómeno, quizás pueda ayudar a establecer de mejor forma a la industria… ¿podrán los videojuegos mantener la audiencia que ahora presumen en 100 años?