Llegue al booth de Bethesda con una sola cosa en mi mente, un nuevo Fallout.
No se que tan viejo era el build que jugué pero debo decir que si estaba algo “crudo” por no decir incompleto, lo que me preocupa a menos de tres meses de su lanzamiento.
Punto número uno, por más que amo Fallout 3, no puedo evitar todo tipo de acercamiento que tiene Bethesda al modelado de humanos.
Punto número dos, el juego parece mucho más permisivo que Fallout 3, no es tan sobrio como su antecesor, por lo tanto se presta mucho a una onda mucho más Bioshock y mucho menos desolada.
Con esto me refiero a que las ciudades dentro de un barco, son sustituidas por sucias y devastadas calles iluminadas por luz neon, acompañadas por personas y robots caminando en ellas, vestidas con ruidos trajes y vestidos.
Se que suena bien pero aunque en algunas ocasiones el tono le sienta bastante bien, el Gamebryo engine no esta tan bien trabajado como en el 3, o por lo menos no en este punto.
Muchas de las texturas en interiores de los casinos se ven bastante mal (quizas por eso uno de los que atendían el booth me dijo que no podía jugar esa parte en especifico).
En otros aspectos el juego se siente raro, no se realmente como explicarlo, pero me parecía irresistiblemente atractivo el caminar por esas calles con todo y sus fallas, si Bethesda le echara un poquito de más ganas al apartado gráfico, seria un juego espectacular.
Decir que el juego será igual de bueno que el 3 a estas alturas es un volado, ya que sus desarrolladores tienden a crear estas discrepancias entre los usuarios, vamos Obsidian Entertainment ya lo habían hecho con Knights of the Old Republic 2, nacidos para segundear como el grupo de Otto.
Jugué una misión que se siente exactamente como Fallout 3 en cuestiones de gameplay, en pocas palabras New Vegas bien podría ser una expansión, aunque supongo que esto no es ninguna mala noticia, ni para los fans, ni para mi.
Si Obsidian logra darle una pulidita gráficamente, estamos frente a un título que seguramente será del gusto de todos los que dedicaron cientos de horas al tercero.